Por rendimiento, regularidad e influencia en el juego de River, Miguel Borja es el mejor jugador que hoy tiene el equipo de Marcelo Gallardo y lo volvió a demostrar en la victoria 4 -1 ante Atlético Tucumán en el Monumental.
El colombiano, tras el chequeo del VAR, marcó el segundo tanto y volvió al gol después de dos partidos. Pero además se lució aguantando la pelota de espaldas contra los centrales rivales para darle aire a los mediocampistas y romper la estructura defensiva del rival, que se paró con un 4-4-2 compacto y le cerró los espacios.
Tuvo que hacer el trabajo sucio Borja, especialmente durante el primer tiempo y más aún después del gol de Franco Nicola que puso en ventaja rápidamente al Decano. Se fajó contra Matías de los Santos y Nicolás Romero, quienes nunca lograron anticiparlo ni ganarle los duelos individuales, para finalmente tener su premio a los 38 minutos del primer tiempo. Ya había hecho el empate Leandro González Pirez un rato antes, a los 24’, y el delantero apareció para marcar el 2-1 que abrió el camino de la victoria.
Un precioso pase del Diablito Echeverri entró como un puñal en la defensa de Atlético y lo encontró por la derecha a Fabricio Bustos, que llegó hasta el fondo y tiró el centro. La pelota pasó al arquero y el colombiano quedó dentro del área chica sin marca. Insólitamente, su cabezazo dio en el palo, pero en el rebote pudo redimirse de ese grosero fallo.
Fue su gol 50 en 95 partidos con la Banda Roja y se transformó así en el quinto extranjero en llegar a esa cifra detrás de sus compatriotas Juan Pablo Ángel (62) y Rafael Santos Borré (55) y de los uruguayos Enzo Francescoli (137) y Walter Gómez (77).
Su último gol había sido ante Talleres por el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores, el gran objetivo del Millonario en la temporada, y volvió a gritar justo en la previa de la ida de los cuartos de final ante Colo Colo. Lo festeja Borja, lo festeja Gallardo y lo festeja todo River, que sabe que los goles de su goleador son irremplazables.