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25 noviembre, 2024

Cómo hizo el grupo The Hives para triunfar con un integrante ficticio, al mejor estilo Patricio Rey

Desde 1993, hace treinta años ya, el grupo The Hives ganó popularidad primero en su Suecia natal, luego en Europa y finalmente el mundo entero, sumándose al revival por el garage rock en la década del 2000, junto a The Strokes y Franz Ferdinand, con hits como Hate to say I told you so.

Una particularidad del conjunto era que todas las composiciones se atribuían a un misterioso y desconocido guía llamado Randy Fitzsimmons, quien aseguraban que descubrió a la banda y era su productor y manager. Pero nunca se le vio la cara, y los fans especularon sobre su identidad durante años, al mejor estilo del mítico Patricio Rey de Los Redonditos de Ricota. Resultó ser un seudónimo registrado del guitarrista Niklas Almqvist.

Ahora, tres décadas después, The Hives puso fin a un largo receso y sorprendió con el lanzamiento de su primer álbum en más de una década, titulado The Death Of Randy Fitzsimmons, donde se despiden del viejo personaje grabando unos supuestos demos suyos.

The HivesThe HivesSiempre enérgicos y salvajes, con un estilo retro inspirado en los años ’60, confirman su estilo y fueron los primeros sorprendidos por la gran respuesta en todo el mundo, un éxito que los empujó a volver a actuar en vivo. El 30 de noviembre volverán a la Argentina para tocar en el Teatro Vórterix,

Un continente inexplorado

El cantante Pelle Almqvist charló con Clarín en un alto de su gira actual, y comenzó recordando su primera visita a la Argentina.

«Recuerdo que se sentía nuevo, porque habíamos hecho tantas giras por Europa, Estados Unidos y Japón que de pronto se abrió a nosotros todo un continente inexplorado. Yo estaba realmente emocionado de comer comida nueva, conocer gente nueva y ver otros lugares».

The HivesThe Hives-Muchas bandas dicen que el público de México, Brasil y Argentina es realmente salvaje. ¿Esa es tu impresión?

-Es una buena audiencia y creo que está ahí, entre las mejores. Nuestro público ha sido increíble en toda esta gira, pero tengo muchas ganas de llegar a Sudamérica.

Treinta años de vida

-Han pasado 30 años desde que empezaste. ¿Alguna vez imaginaste que The Hives duraría tanto?

-No precisamente. Creo que la razón por la que hemos logrado mantener al grupo es que no imaginamos mucho el futuro. Simplemente lo tomamos paso a paso. Es un poco extraño mirar hacia atrás y ver que hayamos estado así durante tanto tiempo. Me siento muy afortunado de poder hacer algo que amo durante tanto tiempo, y parece que cada año nos hemos convertido en una nueva audiencia de jóvenes de 16 años, así que podemos seguir adelante.

The Hives en 2002, cuando comenzaron a cosechar sus grandes éxitos e hicieron giras mundiales. Foto: APThe Hives en 2002, cuando comenzaron a cosechar sus grandes éxitos e hicieron giras mundiales. Foto: AP-Si tuvieras que mencionar algunos hitos de todos estos años, ¿cuáles mencionarías?

-Creo que el primer momento especial fue cuando hicimos nuestra gira europea con otras tres bandas en 1998. Hacer algo así fue como cumplir un objetivo en la vida; era una especie de sueño. Éramos muy jóvenes en ese momento, teníamos un EP y fue increíble. Fue algo que quisimos hacer más de una vez y lo hicimos.

Después vino un álbum revolucionario con el hit I told you so, y fue la primera vez que agotamos las entradas para un espectáculo por nuestra cuenta, que fue en Hamburgo, ante 200 personas.

-¿Qué recordás de esas primeras giras con largos días y largas noches?

-No sé si era un trabajo tan duro, aunque había que salir por la mañana, conducir 5 horas hasta el show, preparar el sonido, tocar y luego conducir otras 5 horas hasta la próxima ciudad. No lo sentís porque estás en una camioneta con todos tus amigos, pero sí, fue un trabajo duro y agotador. Ahora definitivamente no vamos en muchas fiestas y nos divertimos igual. En mi caso, el cantante no puede salir mucho porque pierde la voz.

The Hives en Obras durante el festival Pepsi Music de 2008. Foto: Martin Bonetto The Hives en Obras durante el festival Pepsi Music de 2008. Foto: Martin Bonetto -¿Cuál es la peor parte de estar de gira?

-Estoy muy, muy harto de los aeropuertos. Y cargar tu equipo hasta el aeropuerto y revisarlo. No es tan terrible, pero no me gusta volar. Prefiero viajar en micro, porque luego del show podés irte a dormir y despertarte en otra ciudad. No me voy a quejar de la forma en que viajamos ahora porque es realmente cómodo y divertido.

-Hubo un rockero famoso que dijo que tocaría gratis pero que le paguen por todo el tiempo que pierde en los aeropuertos.

-El rock and roll es al menos 70% de espera. Esperar en el aeropuerto, esperar en el hotel, esperar en el lugar de show. Así que será mejor que leas un libro o algo así.

-Para terminar, ¿cómo se les ocurrió la idea de un álbum dedicado a Randy?

-Fue porque él estaba desaparecido y ya no estaba con nosotros, así que tenía sentido. Y lo que dejó atrás fueron las canciones y el título, que era parte del paquete. Es un momento extraño porque parece que todavía hay canciones que él escribió, pero no participó en la realización del álbum, como si no estuviera en el estudio. En cierto modo fue como convertirse en adulto, al final de la vida. Fue una especie de final de algo y el comienzo de algo nuevo. Eso es lo que siento.

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