Volvieron propuestas que habían dejado de hacerse y también están los clásicos. Historias de expositores.
Arrancó otra edición de La Rural en Palermo. Como otros años, el predio que es sede de la exposición de agricultura, ganadería e industria se convierte en un paseo de vacaciones de invierno en el que los chicos de la Ciudad se acercan a actividades no tan comunes para ellos.
Y este año volvieron acciones que se habían dejado de hacer. Por ejemplo, los más chiquitos pueden conocer e interactuar con los animales del campo con el regreso de La granja al aire libre, las vueltas en petisos y el tambo educativo. Además, pueden aprender todo sobre huerta, compostaje y biodiversidad en los talleres que se dan todos los días; así como disfrutar el pabellón de maquinaria agrícola y el espacio de test drive de las camionetas 4×4.
La granja vuelve después de cinco años. La última vez que se hizo fue en 2018. Está en un rincón del predio. En el día del debuto, se vio a decenas de chicos con cara de asombro al acercarse a terneritos, alpacas, chanchitos y ovejas. «Me encanta que sean tan chiquitos y peludos. Me gustaría llevarme uno a mi casa», le dice Agustín a su mamá Laura, mientras mira cómo los chanchitos juegan entre ellos en la granja.
Al lado está el redil con los ponis. Una larga fila de familias espera su turno para que los nenes puedan disfrutar de una vuelta. «Es gratis. Solo hay que esperar el momento. Se dan un par de vueltas y ya», contó la encargada del lugar. «Desde que llegamos mi nene me está hinchando todo el tiempo que quiere andar en poni. Bueno, acá estamos. Haciendo la fila para que dé un par de vueltas. Es muy divertido para los chicos», dice Cristina mientras sujeta al tímido Ignacio.
A unos metros está la pista central, que se convierte en el escenario de las juras, shows y competencias de las diferentes razas y deportes de picadero. En el primer día, que alternó momentos de sol con otros nublados, comenzaron a desfilar los primeros animales en competencia y la gente hizo fila para ocupar un lugar en la tribuna ante cada evento programado.
Tradición de familia
Entre ellos, este año hay una familia que se dedica hace décadas la raza bovina Shorthorn. Es la más antigua del país. Los Eyherabide hace más de 50 años que están con sus animales en La Rural. Héctor, que fue uno de los primeros, ahora le pasó la posta a Francisco, que con 24 años está acargo de la nueve muestra en el predio de Palermo.
«Mi papá arrancó con esto a los 15 años. Ahora tiene 76. Y a nosotros desde chicos nos pasó esta pasión por la ganadería y sobre todo por el Shorthorn. Así que ahora estoy yo vinculado a esto», asegura Francisco. Y agrega que su familia comenzó a criar la raza por el tío de su papá. «Tenía un rodeo en el que ordeñaba 800 vacas Shorthorn a mano. Ahí arrancó la pasión que llegó hasta nosotros».
SC