“Que se vayan todos, que no quede ni uno solo” cantaban los manifestantes aquel 20 de diciembre de 2001. La escena, que se repetía a lo largo de las calles y plazas de todo el país, terminó con una brutal represión policial y precipitó la renuncia del entonces presidente Fernando de la Rúa. Y aunque han pasado ya más de 20 años, la crisis de 2001 sigue presente en la mente de los argentinos.
La serie Diciembre 2001, dirigida por Benjamín Ávila, intenta contar lo que pasó retratando a los políticos que tuvieron en sus manos el destino del país en esas semanas de incertidumbre. Eduardo Duhalde, Carlos Ruckauf, y Ricardo López Murphy son algunos de los referentes que pasan por este drama histórico a lo largo de sus 6 capítulos. Pero ¿fue todo realmente como lo muestra la serie?
Por el momento es imposible saberlo, al menos de boca de sus protagonistas: Clarín entrevistó a varios de los políticos retratados y se encontró con que ninguno la había visto, aunque todos por motivos diferentes: Carlos Ruckauf estaba de viaje en el momento del estreno y no tuvo tiempo de verla, y Graciela Fernández Meijide, por su parte, reconoció que casi no consume series y películas argentinas porque las ve “muy artificiales”.
Y ya que ninguno de los entrevistados vio la serie, la pregunta que surge es: ¿Qué están haciendo ahora los referentes del 2001? Hoy en día, la mayoría de ellos siguen siendo participes de la política de una u otra manera.
¿En dónde están ahora?
Eduardo Duhalde
Está muy activo y tiene ganas de hablar; no es casualidad que uno de sus libros se titule Es hora que me escuchen. De hecho, ha sido muy fructífero en su faceta de escritor y lleva ya más de 20 publicaciones. Su último libro, El poder moral, salió a la venta hace poco más de un mes.
Duhalde sigue hoy muy pendiente de la política argentina y se mantiene en contacto con todos los representantes de los partidos más importantes: tiene buena relación con Cristina Fernández de Kirchner y cuenta que se reunió con ella hace menos de 3 meses: “Le pregunté ¿por qué cuando murió Néstor me mandaste a decir por Aníbal Fernández que no vaya al velatorio?” “Es que tenés un carácter de mierda”, le habría contestado la vicepresidenta.
Siente un gran respeto por Néstor Kirchner, aunque cree que el expresidente se equivocó cuando empezó a considerar que hacer política consistía en buscar un enemigo y derrotarlo: “Yo, al revés, buscaba un adversario y lo convertía en amigo para gobernar juntos”, dice.
¿Ve una salida a la crisis actual? Sí, pero enfatiza en que sólo se logrará trabajando en consensos entre los distintos partidos, dejando de lado algunas diferencias y apoyándose en la comunidad y la producción.
Domingo Cavallo
A sus 76 años se mantiene activo, sigue dando clases en Harvard y su última aparición pública fue el pasado 11 de julio como orador en la quinta edición del ciclo Democracia y desarrollo, organizado por Clarín.
En esa charla defendió su plan de convertibilidad que, según él, fracasó porque no fue comprendido por el gobierno de la época: “La convertibilidad nunca estuvo pensada como un sistema de tipo de cambio fijo”, argumentó. Según su análisis, durante los ’90 debería haberse permitido que el peso se aprecie sobre el dólar y eso hubiese evitado la crisis del 2001.
En sus últimas entrevistas se mostró en contra de una devaluación, aunque sí consideró que es necesario unificar el mercado cambiario para lograr que el dólar conviva con el peso. Hay rumores que lo vinculan con el armado de Javier Milei, pero no han sido confirmados por ninguno de ellos.
No obstante, una de las definiciones políticas de Cavallo en la charla de“Clarín fue: “Hay que pensar en la organización que había tenido Juan Bautista Alberdi cuando escribió Sistema económico y rentístico de la Confederación Argentina. Muchos economistas deberían releer ese libro. Es complementario a las bases que dieron lugar a la Constitución Nacional”; un guiño, quizás, al candidato libertario.
Eduardo “Chacho” Álvarez
Carlos Ruckauf
Tras esa última experiencia en la Cámara de Representantes se retiró de la política partidaria para dedicarse a su vida familiar y personal. Desde 2020 y a pedido de diversos medios de comunicación hace análisis de la realidad nacional e internacional.
En esta nueva faceta, Ruckauf dice intentar transmitir ideas para mejorar el futuro de la Argentina a través de su experiencia. En cuanto a los problemas de la actualidad comparados con los del 2001, si bien reconoce que las crisis tienen puntos de contacto, cree que ninguna situación es igual. Coincide con Duhalde en que “son necesarios acuerdos de gobernabilidad”.
Graciela Fernández Meijide
Dice haber renunciado a ese puesto por considerar que no podía convalidar con su presencia el ajuste realizado en Educación por López Murphy. Reconoce que ése fue su punto de quiebre con la Alianza.
Luego de su salida del gobierno de De la Rúa, se dedicó a escribir por un tiempo y publicó 4 libros; además, fundó el Club político argentino y aún participa de sus reuniones. Desde 2014 conduce el programa de radio ¿Por qué? que se emite todos los domingos en la Once Diez. Sigue viviendo en su departamento de Capital Federal junto a sus 2 gatos: Luqui y Lupita.
Dice haberse prometido a sí misma que jamás volverá a la política partidaria, aunque se mostró muy permeable a las preguntas que iban surgiendo; comentó que pasó por una depresión muy grande y que en su momento tuvo miedo de salir a la calle por el clima hostil que vivía la sociedad frente a los políticos. Contó a Clarín que escribir su primer libro, La ilusión, en el que evoca los motivos que llevaron al gobierno a ese desenlace fatal, la ayudó a salir de ese estado.
Ricardo López Murphy
Desde 2021 es Diputado de la Ciudad de Buenos Aires por el partido Republicanos Unidos. Aunque en la actualidad ese partido está liderado por Roberto García Moritán, López Murphy se inclina por apoyar a Patricia Bullrich. En sus palabras: “Yo creo que ella tiene más convicción y más decisión de emprender una reforma de la magnitud que la Argentina necesita. Argentina tiene que darse vuelta como una media”.
Respecto del futuro, Ricardo cree que el cambio debe ser radical; según él “no es que hay que cambiar un poquito el Banco Central, acá hay que cambiar la educación, la salud, el medio ambiente, la justicia, la seguridad, la defensa; hay que hacer todo de nuevo, pero no haciendo un invento sino lo que hacen los países que les va bien. Copiar a los que les va bien”.
López Murphy dice estar luchando en la política hace 50 años. Se define -según sus propias palabras- como el barco insignia: “Soy la historia, la tradición. Soy el proyecto de la libertad”, y asegura creer desde siempre que “se debe formar una fuerza política que sea capaz de defender estas ideas en todo el territorio de la nación”.
Sin embargo, reconoce que no le suele ir bien en las elecciones y, por eso, tomó la decisión de no presentarse en un año electoral tan decisivo, pero sí apoyar candidatos que son parte de su armado, y ahora del armado de Patricia Bullrich. Entre ellos está María Eugenia Talerico, actual precandidata a Senadora Nacional por la Provincia de Buenos Aires. Antes, en Capital Federal, también apoyaba al primer precandidato a legislador Franco Rinaldi, que hace poco renunció a su candidatura.
Jorge Remes Lenicov
En mayo presentó su libro 115 días para desarmar la bomba, en el que cuenta su visión sobre los problemas políticos, económicos y sociales que enfrentó el gobierno de Duhalde tras el estallido de 2001; habla también de los errores políticos que condicionaron su gestión y analiza los resultados de su plan.
Junto con Domingo Cavallo, fue uno de los principales oradores en el ciclo Democracia y desarrollo organizado por Clarín. Ambos economistas coincidieron en que “devaluar en este contexto no tiene ningún sentido”.
Cómo vivieron el 2001
Eduardo Duhalde guarda un recuerdo desagradable de ese momento: el expresidente cuenta que experimentó el “que se vayan todos” en carne propia: “Era todos los días a toda hora. Yo no podía volver a mi casa, las calles estaban siempre llenas, había gente puteando, gritando. Pero la gente tenía razón”.
Guarda además una anécdota del momento en que asumió: “Me llenaron la Plaza de Mayo, yo iba a bajar y me dijeron ´Señor, no puede bajar´; así que hice subir a los 7 (referentes) más importantes y les dije: ´Si yo no estuviese gobernando, estaría protestando con ustedes´”.
Respecto de la caída de De la Rúa -a quien dice tenerle un gran respeto-, Duhalde considera que hubo dos motivos: “La ida de Chacho Álvarez lo dejó malherido. Y después, tenía un compromiso absurdo: mantener la convertibilidad por 10 años. La convertibilidad no se termina cuando uno quiere”.
Al analizar la misma situación, Ricardo López Murphy plantea el factor económico a nivel mundial: según el economista, el 2001 fue un año muy difícil, y hace hincapié en 3 crisis mundiales que se vivieron ese año: “La crisis asiática que derribó los precios de las commodities, la crisis rusa que cerró los mercados de capitales, o sea, los dos mecanismos de vinculación de la Argentina con el mundo y esa crisis derrumbó a Brasil”.
López Murphy plantea que esas circunstancias, en conjunto, provocaron un shock descomunal en la economía argentina, comparando la situación con el tsunami de Fukushima: “Japón había preparado su defensa para un tsunami que no había ocurrido en 1.000 años y ocurrió uno que no ocurría en 1.000.000 de años, una ola, en vez de 10 metros, de 20 metros.”
Para Graciela Fernández Meijide tampoco fue un momento fácil: en ese momento estaba al frente del Ministerio de Desarrollo Social: “cuando la economía empieza a fallar se hace un mundo aparte porque cada uno tiene que resolver los problemas que tienen y en mi caso eran muchos, porque ese ministerio cuando De la Rúa lo formó juntó todas las secretarías que antes dependían de presidencia. Es decir, eso hizo que se juntaran dentro del mismo ministerio una cantidad de pequeñas instituciones, desde protección a la familia, niños menores en tránsito hasta jubilaciones, además de acción social”.
Respecto de la situación actual, Fernández Meijide está muy al tanto de la discusión sobre los rumores de una posible dolarización y se remite a la experiencia del 2001: “Había gente que decía que sí, pero es la misma discusión que se está dando ahora, hay quien te dice alegremente sin darte demasiadas explicaciones ´se dolariza como hizo Cavallo, pero la verdad que no te explican por qué a Cavallo le terminó yendo mal. Esa experiencia era de Cavallo, y a último momento De la Rúa, fue aconsejado por Chacho, que aunque se había ido de la vicepresidencia, intervenía. El 72 por ciento de la población creía que Cavallo por ser padre de la criatura lo podía arreglar. Y, la verdad, es que no”.
Carlos Ruckauf, por su parte, coincide en lo complicado que fue gobernar durante la crisis, pero suma otro punto de vista: “Fue difícil. Argentina es un país, económicamente unitario. Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y CABA reciben una coparticipación de impuestos muy inferior a lo que aportan al PBI. Cuando el Gobierno federal no paga a tiempo, todo se complica”.
Al igual que Duhalde, coincide con que la renuncia del vicepresidente fue uno de los factores decisivos en la caída del gobierno de la Alianza: “En lo político la renuncia de Chacho, la negativa de la UCR a las medidas de Cavallo y la propia rigidez del ministro llevaron a una situación insostenible, agravada por el triunfo electoral del PJ”. Y aunque le preocupa el presente, al preguntarle cómo ve el futuro se muestra optimista: “Con muchas posibilidades si el próximo gobierno acierta”.
¿Y por casa cómo andamos?
Aunque los actores emblemáticos de la crisis del 2001 se encuentran hoy relativamente alejados de la vida política, resulta apresurado decir que realmente “se fueron todos”.
Sin ir más lejos, a excepción de Javier Milei, los candidatos a presidente que según las encuestas tienen mejor intención de voto para las elecciones del 2023 formaron en mayor o menor medida parte activa de la política durante la crisis. Uno de los entrevistados que hizo foco en eso fue Eduardo Duhalde; en sus palabras “Nos hablan de Carrió, Bullrich y de López Murphy que en esa época eran parte del gobierno y actualmente siguen estando”.
El planteo del expresidente parece válido al mirar la trayectoria de los actuales candidatos: Patricia Bullrich fue primero secretaria de asuntos penitenciarios, luego ministra de Trabajo y finalmente ministra de Seguridad Social del gobierno de Fernando de la Rúa. Sergio Massa, mientras tanto, empezaba su carrera como diputado de la provincia de Buenos Aires por el Partido Justicialista y durante el gobierno de Eduardo Duhalde quedó al frente de la ANSES.
En el caso de Horacio Rodríguez Larreta, comenzó el gobierno de De la Rúa como interventor del PAMI, pero en 2000 pasó a ser presidente del Instituto de Previsión Social de la provincia de Buenos Aires y finalmente en septiembre de 2001 quedó al frente de la DGI.
Gerardo Morales, su candidato a vicepresidente, también tuvo un paso por la administración pública en esos años: fue Secretario de Desarrollo Social entre junio de 2000 y septiembre 2001.
La crisis de los años 2001 y 2002 es quizás el hito más importante en la historia reciente de nuestro país, pero son pocos los que recuerdan que el pedido en ese momento era “que se vayan todos”. Menos aún son los que se toman el trabajo de hacer las cuentas para ver si realmente se fueron todos. Casi nadie tiene en cuenta que, por el contrario, es probable que hayan quedado varios rezagados aún formando parte de nuestra política.
Tabatha Barrera, Marcela Marín y Fernando Zeoli, de la Maestría Clarín-San Andrés
POS