El envejecimiento de la población es origen de multitud de cambios estructurales en la economía, en general, y en el mercado laboral, en particular. Según el Banco de España, la creciente edad media de los trabajadores ya está frenando la movilidad del mercado laboral (entradas, salidas y cambio de empleo) y avisa de que ello puede perjudicar al necesario proceso de adaptación de las plantillas al proceso de transición tecnológica y ecológica en marcha.
Los datos del Banco de España constatan, por ejemplo, que a mayor edad menor propensión a cambiar de empleo. Mientras que el porcentaje de trabajadores que cambian de empleo no llega al 1% para los que tienen más de 55 años y apenas es del 1,5% para los de entre 45 y 54 años, esta tasa llega al 3,5% para los de entre 25 y 34 años y alcanza el 6% entre los empleados con una edad menor de 24 años.
En promedio, se estima que alrededor del 2,2% de los trabajadores cambian de empleo cada mes, según datos procedentes de la Muestra Continua de Vidas Laborales (MCVL). El Banco de España calcula que sin el envejecimiento de la población producido en España desde 2005, esta tasa sería cercana al 3%. Y esto, traducido a números quiere decir que cada mes hay 82.102 movimientos empleo-empleo menos de los que hubiera habido con un perfil similar al que había hace 20 años, a principios del siglo XXI, según el organismo supervisor.
Mayor movilidad entre los jóvenes
«Los flujos laborales, tanto en términos de entradas y salidas del empleo, como en términos de movimientos entre diferentes empleos, son más intensos para los trabajadores más jóvenes, lo que sugiere una mayor movilidad laboral dentro de este grupo», apunta el Banco de España. En su informe sobre ‘El impacto del envejecimiento población en los flujos de entrada y salida en el mercado de trabajo español‘ publicado este jueves, el organismo concluye que «en esta coyuntura, es de prever que surgirán dificultades en los procesos de reciclaje laboral puestos ya en marcha por las transiciones digital y ecológica de las empresas, debido a la previsible intensificación del factor envejecimiento en el futuro próximo».
El envejecimiento de la pirámide de la población laboral experimentado entre 2005 y 2022 (periodo objeto del análisis) no solo se traduce en que cada mes puede haber 82.102 trabajadores menos que cambian de empleo. El Banco de España también calcula que cada mes se producen 122.670 entradas al empleo menos de las que se producirían con una estructura poblacional más joven, similar a la de 2005. Del mismo modo, estima que hay 89.590 salidas menos del mercado laboral (al desempleo).
«Por tanto, de acuerdo con los resultados presentados en este trabajo, en las últimas décadas el proceso de envejecimiento de la población española habría contribuido de forma notable a reducir el dinamismo de las tasas de entrada y salida del empleo, así como de los movimientos directos empleo-empleo», apuntan los autores del informe.
De cara a las próximas décadas -añade- el previsible envejecimiento progresivo de la población trabajadora en España «contribuirá a reducir aún más el dinamismo de los flujos laborales en nuestro mercado de trabajo» . Y, si bien el grado de incertidumbre es muy elevado, «este envejecimiento previsto podría dificultar, en ausencia de medidas correctoras —tanto en el ámbito puramente demográfico, como en términos de políticas de empleo y formativas—, los procesos de reasignación sectorial y ocupacional de los trabajadores necesarios para las transiciones digital y energética y para el crecimiento de la productividad», concluye en su informe el Banco de España.