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15 noviembre, 2024

En Santa Fe el peronismo sufrió una masacre política, la quinta derrota al hilo en esta temporada electoral

¿Será hora de empezar a redefinir al peronismo y dejar de llamarlo como “partido de poder”?. En esta temporada electoral ya perdió el control de cinco provincias al hilo. A San Luis y a Santa Cruz las manejaba desde el regreso de la democracia en 1983; a San Juan y a Chubut desde hacía 20 años.

Este domingo se integró al grupo Santa Fe, pero con una particularidad: el peronismo sólo la pudo gobernar por un período de cuatro años. Apenas por un mandato y ya le tiene que entregar las llaves de la Casa Gris -es la sede de la gobernación- a otra fuerza política.

El caso santafesino suma otro elemento: el peronismo cayó este domingo por una diferencia con olor a masacre frente a Juntos por el Cambio: casi lo duplicó en votos. Es cierto que cuando recuperó la provincia en 2019, el PJ había enfrentado a una oposición dividida. Ahora el oficialismo santafesino fue a la elección con el peronismo implosionado y con la UCR, el PRO y el Socialismo aglutinados en un solo frente.

En apenas cuatro años -la Constitución provincial habilita un solo mandato- al gobernador Omar Perotti se le evaporó el poder y no pudo construir ni un heredero político ni un esquema que le permitiera al peronismo conservar el control de la provincia. En el PJ le empezaron a pasar en la misma noche de este domingo esa factura al mandatario.

Referentes del pejota santafesino le reprochan a Perotti que fue “mezquino” y “caprichoso” en su construcción política y que, desconfiado, se manejó con un esquema muy chico y cerrado.

Dirigentes peronistas con trayectoria de décadas se quejan de que nunca pudieron conocer personalmente a algunos ministros del gabinete. También le recriminaban a Perotti que nunca jugó a conducir a la totalidad del peronismo: “Nunca armó una mesa, nunca se puso el traje de jefe”.

Funcionarios de primera línea del actual gobierno nacional provienen del peronismo santafesino: el actual jefe de Gabinete -y candidato a vice de Sergio Massa- Agustín Rossi, el ministro de Transporte Diego Giuliano, la jefa de la Agencia Federal de Inteligencia Ana Alberdi y el titular de la bancada oficialista en Diputados, Germán Martínez. Ninguno llegó a sus puestos por impulso de Perotti.

El abrazo entre Maximiliano Pullaro y la candidata presidencial Patricia Bullrich. Foto prensaEl abrazo entre Maximiliano Pullaro y la candidata presidencial Patricia Bullrich. Foto prensaLe jugó en contra al gobernador, además, el descontrol de la violencia narco en Rosario. Desde el propio peronismo le cuestionan que no tuvo un modelo de seguridad claro: esto quedaría al desnudo en el perfil de los cuatro ministros de Seguridad que tuvo hasta el momento: el primero fue un licenciado en Ciencias Políticas (Marcelo Sain), el segundo un dirigente político (Jorge Lagna), el tercero un ex policía (Rubén Rimoldi) y el cuarto y actual un ex gendarme (Claudio Brilloni).

Lo que se propone Pullaro

El ganador de la elección de este domingo, el gobernador electo Maxi Pullaro, fue justamente ministro de Seguridad durante los cuatro años del mandato del socialista Miguel Lifschitz.

El radical no se jacta de su gestión: dice que no fue buena (debido a que el índice de homicidios en Santa Fe entre 2015 y 2019 fue más alto que el nacional) pero muchísimo mejor que la actual.

Pullaro se propone iniciar su mandato dando un giro de 180 grados en la política de seguridad. Ya en el arranque se propone la construcción de un nuevo penal en la provincia para alojar a 3.000 narcotraficantes. La nueva cárcel permitirá despoblar de detenidos las sobresaturadas comisarías y alcaidías policiales y las cárceles del Servicio Penitenciario.

Según Pullaro, durante la gestión de Perotti se cometió el error de desarticular los pabellones carcelarios para presos de alto perfil, que regresaron a pabellones comunes.

Festejos del radicalismo este domingo en Rosario. Foto Juan José García.Festejos del radicalismo este domingo en Rosario. Foto Juan José García. “Desde ahí generaron más violencia y más delitos”, dice a Clarín el flamante gobernador electo.

También plantea que el mal manejo de la Policía hizo que se perdiera el control de la calle. “En un año bajo los índices de delito sin ayuda de la Nación. Y si es con ayuda de la Nación lo hago más rápido”, se entusiasma Pullaro

Aún no difundió quién será su ministro de Seguridad, pero hizo saber que está entre dos personas. De su futuro gabinete sólo suena como seguro Pablo Olivares, ex secretario de Hacienda de Lifschitz y quien integra el esquema de Pullaro.

El mandatario electo promete ser generoso en el reparto de poder entre sus socios del PRO y del Socialismo

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