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16 noviembre, 2024

¡Feliz cumpleaños, fútbol! La historia de un deporte con 160 años hasta llegar a la tercera estrella de Argentina

El deporte más popular del mundo nació un día como hoy, 26 de octubre, pero de 1863. Es decir que el fútbol moderno está cumpliendo 160 años. La historia fundacional cuenta que fueron 11 clubes que se juntaron en una taberna de Londres, la Freemason’s Tavern en la Great Queen Street, y crearon The Football Association, la federación más antigua del mundo. La revolución industrial llevó el nuevo juego a todos los rincones del mundo, al año siguiente ya hubo británicos jugando al fútbol en Buenos Aires, en 1904 nació la FIFA con ocho países europeos pero sin los británicos, en 1930 comenzaron los mundiales y el 18 de diciembre de 2022, en Qatar, Argentina logró la tercera Copa del Mundo. En el país de los campeones del mundo, se festeja el cumpleaños del fútbol.

La mitología británica cuenta que el niño Arturo fue salvado por el mago Merlín, quien luego fue fundamental para que el Rey Arturo gobernara con sabiduría sobre Camelot. La figura de Merlín resultó influyente en miles de historias de la vieja Britania a Gran Bretaña. ¿Habrá algo de su magia en el enorme potencial que tuvo aquel simple juego de la elite londinense?

Se sabe mucho de lo que pasó después con el fútbol. Pero poco de cómo se llegó al big bang que lo transformó en el juego de todos. Por eso vale preguntarse. ¿Quién dio el puntapié inicial? ¿Quién fue el primero que le encontró sentido a eso de andar corriendo detrás de una pelota? ¿Los chinos? ¿Los japoneses? ¿Los griegos? ¿Los romanos? ¿Los toltecas? ¿Los mexicas? ¿Los florentinos? ¿Los bretones? ¿Los británicos? ¿Un poco de todos a través de una evolución natural? Sea quien fuere, fue el disparador de un mundo fascinante y apasionante. El mundo del fútbol. Pero antes de que el fútbol se modernizara y tuviera sus propias reglas, un montón de pueblos jugaron a la pelota, a su manera. ¿Era aquello fútbol? ¿Quién podría arrogarse el derecho de patentamiento del deporte más popular del mundo? Nadie. Sin embargo, hay un gen, hay un ADN en cada práctica deportiva, en cada golpe de pelota. Diversión, pasión y destreza. De esto se trata.

¿Los chinos? El palacio Weiyang, en la ciudad de Chang’an, fue construido en el año 200 antes de Cristo. Allí residió y gobernó durante 54 años (141 aC a 87 aC) a la china imperial el emperador Wudi (Han Wu Di), de la dinastía Han. En pleno apogeo de la dinastía Han, un juego era el más popular en aquella ciudad que ya había superado el millón de habitantes: Ts’uh Kúh. El emperador utilizaba el juego, que tenía carácter competitivo y un reglamento definitivo, para entrenar a su ejército. Se disputaba en un cuadrilátero amurallado, participaban 12 jugadores (seis defensores y seis delanteros), se usaba una bola de cuero rellena de plumas y pelos, bastante maciza para que no se eleve tanto, y había seis arcos curvos. Había dos árbitros, uno principal y otro auxiliar y un encargado de marcar con un banderín los tantos de cada equipo. Como en otras culturas, el balón simbolizaba el sol, los cuatro costados, las cuatro estaciones y los doce jugadores reproducen el calendario solar chino. Con los siglos, las reglas fueron cambiando y el juego terminó siendo algo ceremonial carente de competición. Eso sí, ningún vínculo hubo entre la cultura china y occidente, donde comenzaron a tomar forma otros juegos con pelota.

¿Los japoneses? El Kemari aparece como el juego favorito de los japoneses en el siglo X. La influencia de la cultura china en la aristocracia y las clases altas es innegable. Por eso, el kemari es descendiente directo del Ts’uh Kúh chino. Hacia el siglo VII el Ts’uh Kúh se había transformado en el juego de entrenamiento de la nobleza china y las reglas diferían mucho del antiguo juego. No es casualidad que Ts’uh Kúh y kemari signifiquen lo mismo: balompié. En el kemari, el goce, la destreza, pasa por dominar la pelota y pasársela a un compañero. Participan ocho jugadores en círculo y el de mayor rango le pasa la pelota al del rango inferior. Los jugadores se mueven libremente en busca del balón y luego vuelven a su posición. La idea es mantener el balón en el aire el mayor tiempo posible hasta tres toques y después pasarlo. El juego se mantiene como una tradición, especialmente en Kyoto. Sus seguidores disfrutan del sonido que se produce al golpear el balón

Un japonés jugando al Kemari en 2002.       AFP PHOTO / TOSHIFUMI KITAMURAUn japonés jugando al Kemari en 2002. AFP PHOTO / TOSHIFUMI KITAMURA¿Los toltecas? ¿Los mexicas? Anteriores a los aztecas, estas dos civilizaciones vivieron en el apogeo de la ciudad de Teotihuacan, México, en el siglo II. Si bien desaparecieron 700 años después y su extinción sigue siendo una incógnita, existen pinturas que permiten reconstruir el juego que se hacía en Teotihuacan, el lugar donde los hombres se convierten en dioses. La cancha se llamaba tlatchtli en náhuatl. El juego: ulamaliztli. Y, como los chinos y los japoneses, el balón esférico era para adorar al sol. El material era distinto. El hule no se conocía en la antigua Europa y ni en Asia. Las civilizaciones prehispánicas jugaban con una pelota esférica pequeña, que picaba mucho. En el juego había árbitros y veedores, público, músicos, un campo rectangular, mitad para cada equipo, a veces un aro y otras toda la línea final actuaba de arco, una línea divisoria, los jugadores podían hacer cuatro toques antes de pasarla al campo rival, podían usar las caderas, los antebrazos, los pies, en la cancha había cuatro marcadores fijos, uno en cada esquina y dos móviles, que iban marcando una nueva línea divisoria reduciendo el terreno del equipo que fallaba. El primero que llegaba a los cinco tantos, ganaba el juego. Luego del partido, todos ofrendaban sus ruegos a los dioses. Al comienzo o al final de la cosecha.

¿Los griegos? La civilización griega jugaban al Epislcyros (Episkyros) hacia el siglo III antes de cristo. Habían diseñado una pelota sin relleno (solo aire) y se jugaba con las manos. Pero no se sabe mucho más de este juego.

¿Los romanos? Tuvieron su propia versión de episkyros, al que llamaron haspartum. Se jugaba por dos grupos, que podían variar en número de integrantes, y consistía en impulsar una pequeña pelota hasta una línea que marcaba el campo rival y convertir el gol. Muy parecido a un try de rugby. El juego, muy rudo, se utilizaba en la milicia como divertimento y como ejercicio físico. Se hacían pases, se eludían adversarios, los miembros de un equipo tenían ya diferentes tareas tácticas y el público los animaba con gritos. Los romanos invadieron Gran Bretaña en el 43 después de Cristo y dominaron la zona por 400 años. Los bretones, por entonces mayoría en el sur de la isla, incorporaron a sus viejos juegos algunas características de ese entretenimiento romano.

¿Los bretones? Tras ser expulsados por los sajones de Gran Bretaña, los bretones se asentaron en el oeste de Francia. En principios de agosto se celebraba el comienzo de la cosecha. Como otros pueblos, sin puntos en común, adoraban al sol y un rústico balón simulaba la esfera dorada. Era un día festivo. Dos pueblos, frente a frente. El soul era el gran juego de los bretones. Cada pueblo ataca un trozo de madera pintada en un árbol a la salida del pueblo. La idea era golpear el balón contra la tabla rival. El río, el punto de encuentro. Montes y praderas, la cancha. Podían estar todo el día jugando e incluso, a veces, más de un día. Se hizo tan popular que el juego se extendió por toda Normandía.

¿Los británicos? El Shrovetide football, o fútbol de carnaval, comenzó a disputarse los martes y miércoles de carnaval a partir del siglo XII. Tenía algo del Harspartum, que asimilaron los bretones cuando los romanos invadieron las islas británicas en el año 43 después de Cristo; tenía algo de soule, que los bretones esparcieron por Normandía cuando se fueron a vivir al norte de Francia en el siglo IV y luego los normandos lo regresaron a las Islas, tras la invasión en el siglo XI. El viejo juego celta volvía a las islas. El círculo se estaba cerrando.

El juego era parecido al soule. Las metas estaban en el cauce del río, a cinco metros de distancia una de la otra. El arco era una rueda de molino. Y el gol valía después de pegar tres veces el balón contra la meta. Gol deriva del germano Tor, que significa meta. El juego era rudo, tanto que en algunos registros se encontró escrito que estaba todo permitido menos matar al contrario. Por eso, el rey Eduardo II fue el primero en prohibir el juego de football. Durante la Guerra de los Cien días que libraron Inglaterra y Francia desde 1337 hasta 1453, todos los sectores de poder británicos se encargaron de dictar leyes específicas para prohibir directamente los juegos populares. De esa época es el famoso decreto publicado por el parlamento convocado por Jaime I en Perth en 1424: «That no man play at the Fute-ball» (Que ningún hombre juegue al fútbol). La plebe no podía perder tiempo. Tenía que practicar el manejo de las armas. Además, como se jugaba los domingos, la gente no iba a la iglesia. Y los desórdenes callejeros molestaban a comerciantes y autoridades. La mejor regla era prohibirlo.

¿Los florentinos? Calcio significa patada o puntapié. Así se denomina al fútbol en Italia. Aunque se jugaba principalmente con las manos, algunas reglas tienen algún punto en común con el fútbol. También se jugaba los días festivos. Primero fue un juego de la burguesía y luego se convirtió en popular. Los días de carnaval, Florencia era una fiesta. Participaban los cuatro barrios de la ciudad y cada equipo se zona se identificaba con un color: Santa Croce (azul), Santo Spirito (blanco), Santa María Novella (rojo) y San Giovanni (verde). El escenario principal era la plaza Santa Croce, que se transformaba en un campo de 100 x 50 mts. Había lugar para 27 jugadores. Al principio, lo que menos importaba era el balón. El juego se transformaba en una batalla campal. Los jugadores tenían misiones específicas y había tres arqueros, cuatro defensores, 5 volantes y 15 delanteros. La disposición táctica sería un 3-4-5-15. De alguna manera, el harpastum romano también había germinado en Florencia. Hacia 1680 el fútbol seguía prohibido en Inglaterra. El conde de Albermale, quien estuvo mucho tiempo en misión diplomática en Florencia. Allí presenció muchos partidos de calcio. Cuando regresó a la isla, fue el principal propulsor para que la prohibición sea derogada. Lo consiguió en 1681.

El calcio florentino es una forma primitiva el fútbol originaria del siglo XVI en Italia Players take part in a game of the El calcio florentino es una forma primitiva el fútbol originaria del siglo XVI en Italia Players take part in a game of the «Calcio Storico Fiorentino», a traditional soccer played in costume, in Florence, Italy, 10 June 2018. This early form of football was created in the 16th century in Florence. ANSA/CLAUDIO GIOVANNINI florencia italia futbol primitivo calcio florentino futbol calcio storico fiorentinoA partir de entonces, otra etapa de evolución seguiría para los juegos de pelota con un gen común en el fútbol moderno. Menos espacio, menos participantes, más reglas. De los ríos, de las praderas, de las plazas a las instituciones educativas. La metamorfosis estaba en marcha.

El deporte moderno en los Publics School ingleses.

¿Los Public School eran escuelas públicas? No. Todo lo contrario. Son un grupo de escuelas independientes privadas de pago más antiguas, más caras y exclusivas del Reino Unido. Sin embargo, estos colegios surgieron de las antiguas escuelas de caridad establecidas para educar a escolares pobres y se utilizó el término Public para indicar que el acceso a ellas no estaba restringido en base a la religión, la ocupación o el lugar de domicilio. Westminster, Winchester y Eton son los más antiguos. En estos dos últimos, los juegos de pelota ya estaban incorporados desde el siglo XV.

Winchester es la antigua capital Sajona de Inglaterra. El Winchester College, fundado en 1382, fue considerado como el más antiguo por la Public School act 1868, ley que definió ese año los nueve grandes colegios de élite de Inglaterra.

El Eton College se llama King’s College of Our Lady of Eton, es decir, Colegio del Rey de Nuestra Señora de Eton. Fue fundado en 1440 por el Rey Eduardo VI. Es uno de los Public School más antiguos de Gran Bretaña. Está situado en Eton, Berkshire, cerca de Windsor en Inglaterra.

William Horman fue director de Eton (1485-1494) y de Winchester (1495-1501). En 1519 publicó Vulgaria, un libro de texto en Latín. Horman explica en la introducción que escribió el libro cuando era docente, muchos años antes. Allí aparecen las primeras referencias al juego de pelota dentro de los Public School. «lusui erit nobis follis pugillari spritu tumens”, explica en Latín. Decía que en la práctica deportiva tendrían un balón inflado para patear. Además, Horman creía en el valor de los deportes para la educación de los chicos. Aquello no era fútbol, pero ese juego popular, que se realizaba los días de carnaval y que estaba prohibido en el Reino Unido, ya se había metido dentro de los colegios más elitistas e importantes de Inglaterra.

El príncipe Harry jugando al fútbol en Eton.El príncipe Harry jugando al fútbol en Eton.Durante tres siglos, todos los Public School fueron amoldando el juego de pelota con sus propias reglas, orales, que iban cambiando a gusto de los jugadores. De las puertas para afuera de los colegios, los juegos populares seguían su camino. De las puertas para adentro, algo estaba cambiando.

El sociólogo inglés Eric Dunning, en su libro El fenómeno deportivo, estudios sociológicos en torno al deporte, explica lo que sucedía en aquellas escuelas antes de entrar al siglo XIX.

Al igual que en sus antecedentes populares, el football de las escuelas públicas de aquel periodo estaba regido por reglas orales. Esto significaba que el carácter del juego variaba de una escuela a otra, dependiendo las diferencias de las decisiones tomadas sobre las peculiaridades geográficas de las áreas se juego – el juego no se practicaba todavía en campos específicos para el propósito de jugar al fútbol – y por la evolución de las tradiciones específicas de la localidad. A pesar de tales diferencias, en todas las escuelas estaba permitido tanto coger la pelota con la mano como darle patadas».

«Todas las manifestaciones del football en las escuelas públicas de aquel periodo eran violentas. Por ejemplo, en las melés que se formaban en Charterhouse, ‘los tobillos pateados quedaban con moratones; las chaquetas y otras prendas, hechas jirones, y los siervos, pisoteados”.

En Westminster, ‘el enemigo te echaba la zancadilla, te pateaba en las espinillas, cargaba con el hombro, te hacía caer y se sentaba sobre ti; de hecho, casi podían matarte para quitarte la pelota”.

Y en el campo de football de Charterhouse, ‘se veían muchos tobillos rotos, ya que la mayoría llevaba punteras de hierros en sus fortísimos zapatos y algunos se jactaban de que daban más de lo que recibían’.

El calzado con puntera de hierro también se usaba en Rugby, donde los llamaban zapadores. Según cuenta un ex alumno de rugby allá por los años veinte, aquellos zapatones tenían ‘la suela gruesa, y la horma, al llegar a la punta, se parecía al espolón de un acorazado”.

Entre 1800 y 1850 se termina de definir el juego más popular del mundo. Y sucede dentro de los Public School. Para esa época, los juegos populares se fueron perdiendo. La gente trabajaba seis días a la semana, de sol a sol y no tenía tiempo para divertirse. En cambio, las clases altas y la nueva burguesía, nacida de la mano de la revolución industrial, enviaba a sus hijos a los mejores colegios. Estudiaban y también tenían tiempo ocioso.

La mayoría de los Public School tenía un autogobierno de los alumnos. La disciplina, en general cruel y dura, la imponían los más grandes. La aparición de una nueva clase pudiente generó más de una revuelta estudiantil dentro de los colegios. La designación del clérigo Thomas Arnold como director de la Rugby School, podría asegurarse, fue el inicio del cambio. No porque haya redactado las reglas del juego que se jugaba dentro del colegio. Lo que hizo fue elevar el prestigio de la institución a partir de reformas académicas y disciplinarias: elevó el compromiso docente con una fuerte suba de salarios y mantuvo el autogobierno de los alumnos pero generando el sistema de prefectos con los mayores. Lo que sucedió con las reglas de rugby llegó después.

Eton y Harrow eran escuelas que pertenecían a la elite inglesa. Rugby tenía un componente social medio, aunque económicamente pujante. Estas diferencias entrarían en juego tiempo después.

Si bien el Eton College reglamentó uno de sus juegos en 1815, fue en Rugby donde se escribieron las primeras leyes de football. Cuenta Eric Dunning, que “resulta significativo que fuera en una recepción de sexto grado (una asamblea de chicos más veteranos) de donde salieron las reglas escritas de 1845, cuya primera sección versaba sobre la mayor rigurosidad y legitimación del papel administrativo de los tutores respecto al football”.

En Rugby, William Weeb Ellis, quien habría tomado por primera vez el balón con la mano en 1823, ya se había transformado en mito, en leyenda. Su proeza, su rebelión, tomó fuerza con el tiempo. Ellis tiene una estatua en el colegio donde cambió la historia. Y el principal estadio de Sudáfrica lleva su nombre. El mundo del rugby le rinde pleitesía desde entonces.

La estatua de William Webb Ellis en Rugby. Foto: ANNABEL LEE-ELLIS and Annabel LEE-ELLIS / AFP)La estatua de William Webb Ellis en Rugby. Foto: ANNABEL LEE-ELLIS and Annabel LEE-ELLIS / AFP)Sin embargo, Dunning se permite dudar: “No hay duda de que Webb Elías fue alumno de Rugby en 1823. Lo dudoso es esta explicación reduccionista de la aparición del juego de rugby. Desde el punto de vista sociológico, es más plausible suponer que el rugby y el fútbol fueron coproducidos. Es decir, en más fácil asumir que se originaran, no sólo de forma aisladas en escuelas públicas concretas, sino en el campo social más amplio compuesto por todas las escuelas públicas del periodo particular de la industrialización, urbanización y formación del Estado que se alcanzó en Gran Bretaña entre las décadas de 1830 y 1850”.

Percy Young en el libro A history of British football, publicado en 1968, asegura que en Eton, en 1841, se jugaba con once jugadores. Pero no está escrito en las reglas que resolvieron los alumnos en 1847, dos años después que las elaboradas en Rugby. De las 34 reglas escritas, hay cuatro que ubican al fútbol de Eton muy cerca del fútbol actual.

Regla 8: “Los palos de la portería tiene que tener una altura de 210 cm: se mete un gol cuando la pelota entre entre los palos, pero nunca por encima de ellos».

Regla 9: «El espacio entre cada palo de la portería debe ser de 335 cm«.

Regla 22. «Las manos sólo se emplean para detener la pelota, o tocarla por detrás. La pelota no puede llevarse, lanzarse ni golpearse con las manos«.

Regla 29: «Se considera que un jugador roba (estar en fuera de juego) cuando sólo tres, o menos de tres jugadores contrarios están delante de él y no patea la pelota«.

Como en Eton y Rugby, la mayoría de los Public School tenían sus propias reglas de football. Cuando los ferrocarriles unieron a las ciudades, los eventos intercolegiales se hicieron una costumbre. Se disputaban, principalmente, pruebas de atletismo. Era muy difícil jugar un partido de fútbol. Cada escuela tenía sus propias reglas. Todas eran secundarias. La mayoría de los alumnos se incorporaban luego a Cambridge y Oxford, las prestigiosas universidades británicas. Era hora de unificar el juego en la nueva etapa de estudio.

Fue en Cambridge donde se redactaron las primeras reglas de football. En diferentes etapas. Las primeras entre 1837 y 1842. Luego entre 1846 y 1848, más tarde en 1856 y, finalmente, en 1863. Si bien no se conserva una copia de las reglas de 1848, se sabe que fue por la iniciativa de los estudiantes Herny de Winston y John Charles Thring, quienes además participaron de la creación del University Foot Ball Club. Ellos convocaron a ex alumnos de Eton, Harrow, Winchester, Shrewsbury y Rugby.

En cambio sí existen registros de las reglas de 1856. Allí se establecen el inicio y reanudación del juego tras cada gol, los saques de meta y de banda, la utilización de las manos para tocar el balón y empujar o sujetar a los rivales, la definición de los encuentros e incluso una regla de fuera de juego.

Paralelamente, en la ciudad de Sheffield, el 24 de octubre de 1857 aparece un código de reglas escrito por Nathaniel Creswick y William Prest. El código adoptó reglas que se ven reflejadas en el fútbol actual, como el uso de un travesaño (poste horizontal) de material rígido, en lugar de la cinta que se usaba hasta el momento. También se adoptó la utilización de tiros libres, saques de esquina y de banda como métodos de reanudación del juego.

El Sheffield Football Club, que el martes pasado cumplió 166 años y juega en la Northern Premier League Division One South, torneo de la Séptima División en el sistema de Ligas de Inglaterra, es el club de fútbol más antiguo del mundo. Hace unos años, para garantizar el futuro financiero, la entidad subastó un folleto original con las reglas manuscritas del año 1858. La casa londinense Sotheby las vendió por 881.250 libras (1.004.764 euros).

Finalmente, en 1862, Thring, uno de los propulsores de la reunión en Cambdrige en 1848, presentó un juego de reglas simples que reducían la cantidad de texto y de números de reglas. Una vez establecidas estas reglas, fueron clavadas en los árboles de Parker’s Piece, un amplio parque en la ciudad usado para los juegos populares, y allí se jugó el primer partido siguiendo las nuevas reglas. Por esta razón los habitantes de Cambridge colocaron una placa recordatoria en el parque que dice:

Aquí en Parker’s Piece, en los 1800s, los estudiantes establecieron un conjunto de simples reglas de fútbol enfatizando habilidad sobre fuerza, que prohibieron atrapar la pelota y zancadillear. Estas reglas de Cambridge fueron la influencia definitoria de las reglas de 1863 de la Football Association

El nacimiento del fútbol moderno

¿Por qué se consideran a las reglas de Cambdrige las bases del fútbol moderno? La regla número 13 dice: “La pelota, una vez en juego, puede pararse con cualquier parte del cuerpo, pero no puede cogerse ni tocarse con las manos, brazos u hombros”. Y la siguiente, la 14, especifica: “Cualquier tipo de carga es legal, pero retener o empujar con las manos, o dar patadas en la espinilla o poner la zancadilla está prohibido”.

Estas son las dos reglas que se mantuvieron inalterables en seis reuniones realizadas por los once clubes fundadores (Barnes, Blackheath, Charterhouse, Perceval House, Keningston School, War Office, Crystal Palace, Blackheath Propietary School, The Crusaders, Forest y No Name’s Club) entre octubre y diciembre de 1863. Uno de los clubes fundadores, el Blackheath, se retiró y se dedicó a fomentar el rugby, otro de los deportes modernos, no tan popular como el fútbol.

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