La trastienda de una determinación que no tuvo final feliz, ya que el Millonario jugó por debajo de su nivel habitual y cayó en su visita a Barracas Central.
En la vuelta a los entrenamientos, Martín Demichelis reforzó con sus jugadores el concepto de no relajarse, por más que el título local esté a la vuelta de la esquina ya que River les lleva nueve puntos de ventaja a Talleres y San Lorenzo, con quince en juego. Y de dejar atrás rápidamente el traspié del sábado con Barracas Central, que todavía sigue haciendo ruido.
Desde el momento en el que se conoció la formación, una hora antes del partido en el Claudio Chiqui Tapia, la pregunta que se replicó por todos lados fue: ¿por qué hubo una rotación masiva de jugadores? ¿Cuáles fueron los motivos que llevaron a Demichelis a poner una formación inédita?
El entrenador ya dio indicios en la conferencia de prensa posterior a la derrota con Barracas Central. “La rotación era muy pero muy necesaria porque venimos de un desgaste físico y mental, incluso más importante que el físico, que fue muy grande en las últimas semanas. En la previa a The Strongest había chicos al límite. Y si algo nos pasó ahí fue que habíamos perdido la frescura”, afirmó Micho.
“Se nos pueden romper tres o cuatro jugadores”, fue la conclusión que sacaron al hacer la evaluación final si se presentaba un equipo similar al que había jugado con The Strongest el martes en el Monumental. Y si eso ocurría, no solo corrían riesgo de no tenerlos en los últimos partidos del torneo, sino también de no llegar con ritmo futbolístico a los octavos de final de la Copa Libertadores, que serán a principios de agosto.
Los jugadores que estaban al límite eran Esequiel Barco (había disputado todos los partidos desde que comenzó el año) y Milton Casco. Por eso ni siquiera fueron al banco de suplentes. En tanto, de los habituales titulares solo jugaron desde el inicio Franco Armani y Enzo Díaz.
Esa es la explicación de la rotación desde el punto de vista físico. Después viene lo estratégico y táctico. Y en ese sentido, las decisiones de Demichelis también dejaron dudas ya que incluyó a jugadores que hace tiempo no tenían una gran cantidad de minutos, que evidenciaron estar varios niveles más abajo que el resto en lo físico y en lo futbolístico. Como por ejemplo -por citar un caso-Salomón Rondón, de quien se espera mucho más.
Demichelis consideró en la previa que su esquema igual podía adaptarse al campo de juego de Barracas. “Era una cancha chica, donde hay mucho pelotazo. Quería con los laterales estar en la presión mucho más rápido a sus laterales, tres centrales para los delanteros de ellos… Ellos nos jugaron con Tapia suelto y nos sobró un central. Ante esa anomalía de jugar un partido diferente al que estamos acostumbrados, quise que nos sintiéramos cómodos desde lo defensivo para luego progresar. Pero nos costó. El ritmo del partido y la cancha fueron lentos, muchos cortes de juego”, explicó el entrenador de River.
Y con respecto al doble 9, agregó: “Quería sacar una ventaja desde el juego aéreo para tirarles centros, pero no resultó, no vimos mucho de eso. Las ideas se entrenan, pero después hay un rival”.
Después de la dura derrota recibida el sábado, ante un rival con el que se descontaba que River podía sumar puntos, Demichelis afirmó que de todos los partidos “se saca una experiencia”. Y manifestó: “Confío plenamente en el plantel, cuando aparecen las oportunidades hay que demostrar y estar a la altura, entrar en la competitividad interna del plantel. Después haré un análisis de todo».
En tanto, también tendrá disponible a Leandro González Pirez, quien después de once días de recuperación por una distensión sufrida en el isquiotibial izquierdo durante el partido contra Instituto, recibió el alta médica, lo que representa una buena noticia para Demichelis dado que podrá contar con el marcador central más regular que tuvo en el año.