El Gobierno tendrá deberá afrontar este viernes un segundo test a su protocolo antipiquetes: la CTA Autónoma junto a organizaciones sociales vinculadas al peronismo convocan a una «jornada de lucha» que, desde las 11, tendrá su epicentro con una concentración frente en el Obelisco.
Si bien los organizadores consideraron que el denominado plan para garantizar el orden público perdió fuerza tras los «cacerolazos» callejeros -en rechazo al súper DNU publicado por el Ejecutivo- del miércoles por la noche, admitieron que no les quedará otra que «cortar» parte de las avenidas que circundan al histórico monumento porteño durante la citada movilización.
En la cartera que conduce Patricia Bullrich ratificaron la vigencia de los controles con el objetivo de garantizar el libre tránsito por una de las avenidas troncales de la Ciudad, como es la 9 de Julio.
La jornada de protesta fue convocada por la CTA Autónoma, que se referencia en Hugo «Cachorro» Godoy, que contará con el acompañamiento de militantes de la Fenat (una federación cercana a la central), y delegaciones de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (Utep, piqueteros) y de agrupaciones sociales vinculadas al partido de Andrés «Cuervo» Larroque, «La Patria es el Otro».
Los organizadores remarcaron que la marcha a Corrientes y 9 de Julio se realizará en el marco de una «jornada de lucha con asambleas y ollas populares» en todo el país en rechazo al trazado económico del Gobierno y a la publicación del decreto que desregula la economía y deroga distintos articulados de leyes vinculadas a lo laboral.
De hecho, la conducción nacional de la central gremial se reunió en la tarde del jueves en la sede de Mitre 744 para analizar las medidas de fuerza que se tomarán ante lo que consideran «un brutal DNU» que afectará los intereses de los trabajadores. Confían, asimismo, en que la semana próxima se podría anunciar un paro general conjunto con la CGT.
En la Utep, que conforman el Movimiento Evita, entre otras organizaciones populares, confirmaron su participación en la manifestación de este viernes en rechazo a una «devaluación del 120%» que provoca que «una inflación desbocada y el congelamiento de los salarios estén acorralando dramáticamente a nuestra sociedad».
En este sentido, alertaron que debido al creciente deterioro de las condiciones sociales, «hoy hay mucha gente que no puede comer como corresponde. Y a eso, se suman anuncios de aumento de tarifas de transporte y servicios», en teoría, previstos para enero próximo.
Además del accionar de las fuerzas federales que conduce Bullrich habrá que ver también qué postura toma la Policía de la Ciudad, que se sumó a la idea de reprimir los piquetes y garantizar la libre circulación en su distrito.