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25 noviembre, 2024

La Casa del Teatro: cómo se vive hoy en el refugio de las estrellas olvidadas

Como la cigarra de María Elena Walsh, la Casa del Teatro, siempre está resucitando. A 85 años de su creación convive entre actividades creativas, la idea de hacer allí un Polo Cultural y una situación económica agobiante. Con una deuda de 40 millones de pesos en AFIP, un déficit mensual que oscila entre los 3 y 4 millones de pesos, y sin gas por una pérdida en la vereda, resiste, que no es poco.

Una metáfora de la vida de los artistas, si se quiere. Y no es cuestión de fama o de éxito, nadie tiene el futuro asegurado. Aún sigue el mundo del espectáculo conmovido por la noticia de que Jorge Martínez vive desde hace cuatro meses en esta residencia gratuita, que hoy alberga a 30 artistas jubilados con necesidades económicas y sin casa propia.

Linda Peretz, presidenta de la Casa del Teatro en 2016, desdramatiza la situación. Es optimista por naturaleza y también por experiencia: sobrevivieron a la pandemia que los ahogó aún más económicamente, ¿cómo no van a poder ahora?

Su energía contagia a los integrantes de la nueva Junta Directiva que la acompaña desde el 24 de mayo, con Thelma Biral en la vicepresidencia, Nito Artaza, Larry de Clay y Jorge Taiana (actor y homónimo del MInistro de Defensa), entre otros, encabezan una campaña para asociarse a través de la web www.casadelteatro.org.ar.

“Mi misión en esta vida es seguir el legado de Regina Pacini, la cantante lírica portuguesa que se casó con el expresidente Marcelo Torcuato de Alvear y juntos construyeron este mundo mágico de amor, de perseverancia y de resistencia. Esta casa inaugurada el 4 de enero de 1938 es patrimonio histórico, pero hay que mantenerlo. Entonces largamos una campaña para que todos se hagan socios, en especial la gente de mi ambiente querido”, invita Linda.

 Esta casa inaugurada el 4 de enero de 1938 es patrimonio histórico. Foto: Fernando de la Orden Esta casa inaugurada el 4 de enero de 1938 es patrimonio histórico. Foto: Fernando de la Orden Llegar caminando es un desafío. La avenida Santa Fe al 1243, justo en la puerta del histórico edificio art-decó donde también funciona el Teatro Regina, está detonada. El ruido es infernal, por las obras de Metrogas que cortan el paso a la mitad y el endemoniado tránsito matutino.

Adentro, es otra historia. Los coloridos percheros con prendas de la Boutique y de la Feria de Oportunidades le dan vida al hall. El movimiento es incesante porque los precios de ropa, calzado y accesorios donados por artistas son accesibles; además hay diseños exclusivos (un tailleur celeste de Mirtha Legrand, presidenta honoraria de la Casa del Teatro, cuesta 40 mil pesos y un vestido de Las Oreiro, 30 mil).

Linda Peretz y Jorge Taiana (a su izquierda), junto a residentes de la Casa del Teatro.Foto: Fernando de la OrdenLinda Peretz y Jorge Taiana (a su izquierda), junto a residentes de la Casa del Teatro.Foto: Fernando de la OrdenTambién en la planta baja están las Salas Museos Regina Pacini (totalmente remodelada) y Carlos Gardel (que a sus tesoros sumó el microcine), la biblioteca pública y la galería de cuadros.

“Muy pronto vamos a hacer las Tertulias. Retiraremos los percheros de la Feria y a partir de las 6 de la tarde vamos a poner un tablado, ayudados por Miguel Rottenberg, mi ex suegro, que puso mucha energía acá”, cuenta entusiasmada Linda.

Deuda millonaria y sin gas

-Linda, ¿resolvieron la deuda con la AFIP que en febrero de 2020 era de 8 millones de pesos?

-No…. ¡Y ahora son 40!

-¿No pudieron acceder a la moratoria o al plan de pagos que estaban gestionando?

-No. La AFIP es una máquina, una computadora que va sumando sola. Recuerdo que en el Conservatorio Nacional hacía un personaje en una obra que se llamaba El Señor Cero, de Elmer Rice, una obra de los años ’60, y ya era una computadora que estaba trabajando por sí sola. Al lado de las máquinas somos cero.

La entrada a la Casa del Teatro. Están sin gas y con una deuda millonaria. Foto: Fernando de la OrdenLa entrada a la Casa del Teatro. Están sin gas y con una deuda millonaria. Foto: Fernando de la Orden-¿Cuál es el gasto mensual?

-Tenemos entre 3 y 4 millones de pesos de déficit mensual. Más allá de las donaciones, lo que necesitamos es plata líquida, que es lo que sostiene a las instituciones.

-¿Siguen sin gas?

-Sí. Metrogas nos cortó el servicio, fue por una pérdida en la vereda y creo que hasta enero no vamos a tener gas. Ahora el Gobierno de la Nación está haciendo una especie de convenio para cambiar las viejas cañerías de gas, y también las de la luz.

-¿Cuál es la situación del teatro Regina?

– Está alquilado pero con un valor muy bajo, tendríamos que reestructurar ese contrato. Lo mismo los locales, que también se alquilan, algún día quiero quedarme con el que está saliendo a la derecha para hacer el Café de los Artistas como tienen Nueva York o Londres. Cuando yo era jovencita y venía a cobrar acá al primer piso, donde estaba la Asociación Argentina de Actores, había un barcito, el Bat Masterson… Vamos a revivirlo, pero primero hay que pagar las deudas.

-¿Cuántos residentes tienen?

– Hoy, 30. Tenemos 45 habitaciones, pero están hechas pelota, hay que restaurarlas, sino tendríamos más residentes; hay lista de espera, pero no pueden venir porque no tenemos todas las habitaciones en condiciones. Ahora vamos a tener una ayuda del Ministerio de Salud porteño para arreglos por la humedad, pintura, etcétera.

Jorge Taiana: Sí, porque esto no es un geriátrico, acá los recibimos con los brazos abiertos, se le da toda la atención que necesitan y es gratis. Ellos están como si vivieran en su casa, entran, salen, hacen sus actividades, pueden trabajar si quieren y acá se los atiende, se les da desayuno, almuerzo, merienda y cena. Por supuesto hay reglas de convivencia, de respeto, pero se formó una comunidad muy linda.

Un altar, emplazdo en la Casa del Teatro, refugio de artistas. Foto: Fernando de la OrdenUn altar, emplazdo en la Casa del Teatro, refugio de artistas. Foto: Fernando de la OrdenLinda: También hacen actividades recreativas, festejamos los cumpleaños de los residentes; la merienda con medialunas la tenemos gracias a la donación de la panadería de enfrente… Después de la cena, que es a las siete y media, se juntan a ver televisión en el living del 9° piso.

Pensamos reeditar el Cine Club que había antes de la pandemia, esta semana empezaron un taller cognitivo, hay clases de gimnasia y los días lindos salen a caminar. Ahora necesitamos reposeras para la terraza y bicicletas fijas para el gimnasio.

Las historias de quienes viven allí

Es la hora del almuerzo y poco a poco el amplio salón comedor del 9° piso será el punto de encuentro. No van a estar todos, ya que algunos han optado por comer en su habitación y otros, como la cantante, actriz y vedette Peggy Sol o la cantante de tangos Graciela Susana van a esperar que sigamos visitando otros pisos, porque prefieren no tener contacto con periodistas.

Mientras en la cocina están preparando milanesas con ensalada, el músico cubano Emilio Echevarría Cruz toca el piano La paloma y la cantante Ángeles Gianello la interpreta con pasión a su lado.

En el living escuchan como si fuera un concierto Alicia Katz, Jorge Priano, Jorge Marín, Fernando Ortega y sobre el final se acerca, recién llegado del dentista, el locutor y actor José Palomino Cortés, papá de Juan Palomino.

Ángeles Gianello, bailando por los pasillos de la Casa del Teatro. Foto: Fernando de la OrdenÁngeles Gianello, bailando por los pasillos de la Casa del Teatro. Foto: Fernando de la OrdenÁngeles Gianello cumple 74 años en noviembre, llegó a la Casa del Teatro el 15 de julio de 2013 y desde el año pasado está con ella, pero en otra habitación, su mamá, la cantante Romelia Palma, de 90 años. Su habitación del 5° piso luce impecable, como ella. De carácter alegre, dicen sus compañeros que es la que siempre “rompe el hielo”.

“Cuando llegué, estaba muy triste, creo que todos venimos un poco quebrados por algo. Pero, después de trabajar tanto, en Centroamérica y sobre todo en Europa con mi amigo Fernando Ortega (residente también), encontrarnos acá fue maravilloso. Como decía Kipling, el éxito y el fracaso son dos impostores, pero uno lo aprende cuando llega el momento. Para nosotros, que tenemos la mínima, estar aquí es una hermosa jubilación de privilegio”.

Emilio Echevarría Cruz, hijo del célebre músico cubano El Niño Rivera y la cantante Esther Cruz, nació en La Habana, es pianista, compositor, arreglista, director de orquestas populares y de coros, subdirector de la orquesta de Tropicana, inauguró el Tropicana de Santiago de Cuba. Llegó a Buenos Aires en 1999, “a las cinco de la tarde” -aclara-.

La Casa del Teatro tiene hermosos rincones, pero las habitaciones La Casa del Teatro tiene hermosos rincones, pero las habitaciones «están hechas pelota», según Linda Peretz. Foto: Fernando de la Orden“Soy cubano nacionalizado argentino, y acá estoy gracias Linda Peretz y a la Comisión Directiva que me permitió vivir en esta casa a la que vine hace dos años por las cosas de la vida. Yo trabajo de la música desde los 13 años, aparte hago publicidades para aquí y para el exterior, pero tuve la necesidad de pedir ayuda y ellos la entendieron. Tengo 75 años y en esta casa me siento apoyado; yo también los ayudo y sirvo de acompañante terapéutico musical”.

Jorge Marín es locutor, actor y actor de doblaje. Hace más de cuatro años que vive aquí y es el delegado de su piso, el 5°.

Jorge Marín y el pequeño jardín que armó en la terraza de la  Casa del Teatro. Foto: Fernando de la Orden Jorge Marín y el pequeño jardín que armó en la terraza de la Casa del Teatro. Foto: Fernando de la Orden “Es otra etapa de la vida que uno tiene que aprender. Y gracias a Dios que estoy en la Casa del Teatro, porque vine en una circunstancia muy difícil, estaba en situación de calle literalmente«.

Y continúa: «Tengo 72 años, más de 30 años de radio y aún hago cosas con Estela Montes, Rosa Rodríguez Luna y Susana Martínez Díaz, un micro programa que se llama Misceláneas y se difunde por diez emisoras. Eso me mantiene muy activo, aunque sea para despuntar el vicio”.

En la terraza Marín armó un pequeño jardín que cuida a diario: “Es un lugar que estaba un poco abandonado y lo pinté, tiene cinco manos de este color verde esperanza que resalta más las plantas que compré y muchas que nos regalaron”.

Fernando Ortega nos recibe en su habitación. Chasquea los dedos, une sus palmas que parecen volar junto a sus pies ágiles que improvisan sentado un baile de flamenco.

Fernando Ortega, en la Casa del Teatro: Fernando Ortega, en la Casa del Teatro: «Fui, soy y seré bailaor. El final es aquí, en la habitación 615, aunque nunca se sabe», dice de su lugar en la Casa del Teatro. Foto: Fernando de la Orden“Soy, fui y seré bailaor, también recito y hablo con el público. Tengo 78 años y va a hacer 13 que estoy en la Casa de Teatro. No te voy a decir que llegué aquí gritando en la tormenta porque no fue así, pero tras la muerte de mis padres encontré este lugar en el que soy feliz. Entro y salgo libremente, pero ya no trabajo…

«Cuando llegué a España tuve que empezar de cero, me perfeccioné y conocí a la más grande, Lola Flores, una mujer irrepetible y fuera de serie. Y el final es aquí, en la habitación 615, si es que no hay otro, porque nunca se sabe”.

Jorge Priano tiene 62 años, y aunque no cumple con el requisito de tener 65 para acceder al beneficio de vivir aquí, en 2021 hicieron una excepción dado su estado de vulnerabilidad.

“Soy actor de comedia musical. He trabajado con los grandes, con los mejores, con Enrique Pinti, Guillermo Francella, Miguel Ángel Rodríguez… Hice de todo, actué en La jaula de las locas, Los productores, trabajé mucho en televisión, por ejemplo, en Casados con hijos…».

Y sigue: «La última vez que estuve en un escenario fue acá, en el Regina, haciendo una obra (Elizabeth I, el Musical, 2021) que habíamos hecho en el Teatro Del Cubo, un teatro independiente, en el comercial lo último que hice fue Sunset Boulevard, en el Maipo con Valeria Lynch (2018).

Jorge Priano tiene gran experiencia en comedia musical. Llegó a la Casa del Teatro en 2021. Foto: Fernando de la OrdenJorge Priano tiene gran experiencia en comedia musical. Llegó a la Casa del Teatro en 2021. Foto: Fernando de la OrdenDespués de la pandemia me encontré que me quedaba en la calle o venía para acá, la pasé mal. Ahora me va bien, estoy tranquilo y la gente que está en mi piso es copada”.

Alicia Frank, más conocida como Alicia Figueroa, su nombre artístico, vive aquí desde hace once años. El 11 de octubre cumplirá 89 años.

“Fui siempre actriz de teatro más que nada, y cantante, ahora ya no puedo porque tuve tres preinfartos y se me fue la voz. Empecé cantando en sainetes. Tita Merello fue mi referente, yo cantaba La milonga y yo y tuve la suerte de que una vez vino Leopoldo Díaz Vélez, el autor, y me felicitó, eso fue divino…

Alicia Figueroa llegó a la Casa del Teatro tras la muerte de su hijo, su marido y su hermano menor. Foto: Fernando de la OrdenAlicia Figueroa llegó a la Casa del Teatro tras la muerte de su hijo, su marido y su hermano menor. Foto: Fernando de la Orden«Llegué a la Casa del Teatro hace once años con una carga tremenda de dolor, porque murió mi hijo, y al año mi marido, y un hermano menor. Los extraño, sí, pero acá me siento muy bien, es mi otra casa”, finaliza.

El álbum que grabaron los residentes

Mi casa canta es el nombre del disco que grabaron en el mini estudio que el cubano Emilio armó en una habitación del noveno piso, en plena pandemia, con todos los cuidados pertinentes para prevenir contagios de covid.

Es un disco con tangos, baladas, boleros y chachachá.

Emilio Echevarría Cruz se armó un miniestudio en su habitación y grabó un álbum junto a los otros residentes. Foto: Fernando de la OrdenEmilio Echevarría Cruz se armó un miniestudio en su habitación y grabó un álbum junto a los otros residentes. Foto: Fernando de la OrdenJosé Palomino, con su voz gutural, es el presentador de la obra; Zulema Durán, Tito Rocca, Jorge Priano, Analía Caviglia, Agustín Busefi y Emilio que canta el bolero Cuando la paz enloquece, de su autoría. El demo está listo, a la espera de que alguna discográfica se sume al proyecto.

Cómo son los días de Jorge Martínez

La biblioteca de la Casa del Teatro. Ahora van un plan para lograr más afiliados que colaboren. Foto: Fernando de la OrdenLa biblioteca de la Casa del Teatro. Ahora van un plan para lograr más afiliados que colaboren. Foto: Fernando de la OrdenEl actor de 76 años llegó a la Casa del Teatro hace cuatro meses. La noticia, que recién trascendió el 24 de agosto, impactó por la extensa y rutilante trayectoria de éxitos inoxidables de Jorge Martínez tanto en cine, como en teatro y televisión.

Imposible olvidarlo junto a Verónica Castro en Verónica: el rostro del amor (1982), en María de nadie, con Grecia Colmenares (1985) y en La extraña dama con Luisa Kuliok (1989).

Jorge vive en el octavo piso y suele compartir con sus compañeros almuerzos y cenas en el comedor y actividades lúdicas.

Por cuestiones económicas tuvo que dejar el departamento que alquilaba cerca del Botánico. Actuó por última vez en Viva la vida, con Nora Cárpena, Mercedes Carreras, Rodolfo Ranni y Alberto Martín, en la temporada teatral de Buenos Aires en 2019. Y aunque después llamó a muchos productores, según contó, ninguno le respondió.

Deprimido y sin trabajo, sumado a malas inversiones, lo llevaron a un punto sin retorno. Antes de llegar a la Casa del Teatro, estaba en un geriátrico, hasta que Graciela Gramajo, su ex mujer y madre de sus dos hijas, le pidió a ayuda a Linda Peretz.

“Está perfecto, se adaptó muy bien a sus compañeros, es un chico muy educado, así que todo el mundo está contento con la presencia de Jorge”, cuenta Linda.

Respetando su decisión, le hicimos llegar unas preguntas, pero al final prefirió no contestar.

En la Casa del Teatro funciona una feria de ropa que fue usada por artistas. Foto: Fernando de la OrdenEn la Casa del Teatro funciona una feria de ropa que fue usada por artistas. Foto: Fernando de la Orden“Jorge es una figura pública, pero él dice que está retirado, que necesita descanso, intimidad, estar con sus compañeros de la Casa del Teatro y nada más. Acá hubo mucha gente famosa que pasó y nosotros respetamos su intimidad a ultranza. La nuestra es una actitud de amor y respeto. El dramaturgo Alberto Vacarezza decía que este es un refugio para los peregrinos del arte en su vejez y en su descanso”.

Polo cultural

Linda Peretz y Jorge Taiana trabajan por los residentes de la Casa del Teatro. Foto: Fernando de la OrdenLinda Peretz y Jorge Taiana trabajan por los residentes de la Casa del Teatro. Foto: Fernando de la OrdenEl actor y productor Jorge Taiana es vocal titular y encargado de prensa y difusión, explica el proyecto más ambicioso de la Casa del Teatro:

“Queremos formar un Polo Cultural aquí. Y ya estamos trabajando en eso, empezamos una gran campaña de asociados. La cuota es de 1.000 pesos por mes y con ella acceden a distintos beneficios, como acuerdos con mutuales para obtener descuentos en hoteles de Mar del Plata y Córdoba, y bonificaciones en cursos y seminarios.

El 17 de octubre tenemos la primera masterclass de la gran actriz y docente Thelma Biral, que se va a hacer en el teatro Regina, las entradas están a la venta por Plateanet. Y ya tenemos programadas otras con Santiago Doria, Ricky Pashkus y Diego Freigedo”.

WD

La Casa del Teatro. Foto: Fernando de la OrdenLa Casa del Teatro. Foto: Fernando de la OrdenLa Casa del Teatro. Foto: Fernando de la Orden La Casa del Teatro. Foto: Fernando de la Orden La Casa del Teatro. Foto: Fernando de la OrdenLa Casa del Teatro. Foto: Fernando de la OrdenLa Casa del Teatro. Foto: Fernando de la OrdenLa Casa del Teatro. Foto: Fernando de la OrdenLa Casa del Teatro. Foto: Fernando de la Orden La Casa del Teatro. Foto: Fernando de la Orden La Casa del Teatro. Foto: Fernando de la OrdenLa Casa del Teatro. Foto: Fernando de la Orden Esta casa inaugurada el 4 de enero de 1938 es patrimonio histórico. Foto: Fernando de la Orden Esta casa inaugurada el 4 de enero de 1938 es patrimonio histórico. Foto: Fernando de la Orden

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