Córdoba posiblemente tenga reservado un lugar especial en el corazón de los Burruchaga. Allí, Jorge, campeón del Mundo con la Selección en 1986, supo convertir décadas atrás su primer tanto en Primera División contra Estudiantes de Río Cuarto. Le siguió su hijo Mauro, que debutó como futbolista con la camiseta de Arsenal en una visita a Talleres el año pasado pasado. Ahora, como si el destino estuviera escrito, fue el turno de Román, quien en el centro geográfico del país también dio sus primeros pasos para continuar con la dinastía deportiva. Pero no como futbolista, sino que inmerso en el mundo del tenis: se estrenó en el cuadro principal de un torneo ATP nada menos que con un triunfo inolvidable ante Diego Peque Schwartzman.
Con las manos en alto, los ojos cerrados y una sonrisa inevitable, al igual que su padre festejó el gol contra Alemania en la final del mundo, tanto que únicamente conoció por viejas repeticiones, Román Burruchaga festejó el martes por la noche su primer triunfo dentro del circuito ATP en la primera ronda del Córdoba Open. Nada menos que luego de vencer por 6-1, 4-6 y 6-4 a un Peque Schwartzman que continúa sin mostrar un buen tenis, en un duelo de poco más de dos horas de extensión.
«No quiero hablar tanto de mí. Fue el primer partido de ATP que ganó Román. Yo estoy enojado con mi nivel, pero hay que ver el lado positivo de que se suma otro argentino. Ojalá lo disfrute y siga avanzando», reconoció Schwartzman el talento de su vencedor, que lo obligó a extender la racha negativa que arrastra desde octubre pasado.
A sus 22 años y ocupando el puesto 170 del ranking, Burru hijo dio el primer paso para comenzar a forjar su historia dentro del mundo de la raqueta. Lo hizo de local luego de mucho tiempo jugando en el exterior, bajo un calor agobiante que azotaba en la capital cordobesa, pero con la motivación especial de contar con el apoyo de un campeón del mundo. Es que su padre estuvo en las gradas de la cancha central del Polo Deportivo Kempes, predio aledaño al estadio provincial, lugar donde Jorge convirtió su primer tanto y Mateo debutó como futbolista. Increíble, pero real.
«Estoy muy contento. Lo dedico a mi familia. Iba controlando bien, pero nunca es fácil cerrar un partido, y menos contra Schwartzman. Estoy feliz por haber ganado mi primer partido de ATP», declaró Román luego de necesitar cuatro match points para definir un triunfo que posiblemente nunca olvidará.
El joven diestro y de revés a dos manos había dado un paso gigante al tan solo asegurarse su clasificación al cuadro principal, luego de vencer a Hernán Casanova y Marco Cecchinato en la qualy. Tal era la importancia de la situación que motivó a su padre a tomarse un vuelo el mismo martes para estar presente en el debut de la competencia, junto a su entrenador Leonardo Mayer, histórico campeón de la Copa Davis 2016.
«Siempre jugar en casa es especial y estoy contento de haber ganado. Mi papá quería verme acá, el siempre estuvo apoyándome y ahora se va a quedar estos días con nosotros», confirmó el debutante de 183 centímetros de altura.
Ahora, con un lugar asegurado en la próxima ronda del torneo categoría 250, Román se medirá el jueves contra el alemán Yannick Hanfmann (59°), que viene de imponerse ante el peruano Juan Pablo Varillas. Excusa suficiente para que Jorge extienda su estadía en Córdoba y siga disfrutando de unos de sus deportes favoritos.
Burruchaga junto a su entrenador Leo Mayer luego de un subcampeonato. Foto: @romanburruchagaSí, porque en la vida del ídolo de Independiente también llegó a cruzarse el tenis. Ocurrió durante su paso por el Nantes de Francia, donde llegó a tomar clases y participar de algunos torneos, aunque su máxima vocación siempre fue la de inflar redes.
De tal palo, tal astilla. Porque al igual que Burruchaga padre toma a la raqueta como un hobbie, su hijo Román hizo lo mismo con el fútbol. Incluso, llegó a ser su deporte favorito hasta que a los 8 años conoció el tenis y lo enloqueció. Lo hizo en River, club donde jugaba a la pelota de chico.
Luego de un tiempo llevando a cabo ambos deportes en la institución de Núñez, Román decidió apostar de lleno por el tenis. Y ya desde pequeño dejó en claro que heredó los dotes de su padre para el deporte. Es que en 2016 fue parte del equipo que consagró a Argentina como campeona del mundo Sub 14. Al igual que su padre anotó en la final, Burru ganó su respectivo partido en la final contra China. Además, también llegó a ser campeón Sudamericano en 2018.
Es así como luego de disputar miles de competencias juveniles, desde principios de 2019 Román comenzó a forjar su camino dentro del tenis compitiendo en varios torneos de categoría ITF y Challenger.
Aunque no sería hasta mediados de 2021, siendo entrenado por Mariano Hood y Mariano Monachesien, cuando en el M15 de Gdynia, Polonia, conseguiría su primer título como profesional.
El hijo de Burruchaga sueña en grande tras vencer al Peque Schwartzman. Foto: @romanburruchaga.Levantar el trofeo le permitió al chico transformarse en Top 700. Quien le diría que tres años después merodea por las aguas que ocupan los 100 mejores del escalafón mundial, con una victoria ante un ex top 8 del mundo sobre la espalda, como resulta serlo Peque Schwartzman.
No obstante, al igual que en singles, Burru también se destaca en dobles. Se posiciona en el puesto 291 del ranking -llegó a ser 191- luego de conseguir su mejor racha durante 2021 y 2022: alzó tres M15 y se quedó con el Challenger de Sevilla, nunca repitiendo pareja en cada una de las consagraciones.
Al cerrar el año pasado con un subcampeonato en Brasil, la experiencia que viene acumulando año tras año le permitió a Román tener la posibilidad de aspirar a una temporada de ensueño. Así lo demostró al participar de las qualys del ATP 250 de Hong Kong y de nada menos que del Abierto de Australia. Tras quedar eliminado en ambas, la tercera resultó la vencida y ahora aspira a seguir avanzando en el Córdoba Open en lo que representa el inicio de la gira sobre polvo de ladrillo.
«La idea es escalar en el ranking lo máximo posible, aprendiendo, entrenar y mejorar, que después los resultados vienen», analizó Román luego de su noche de gloria. Parece tener en claro los pasos a seguir para comenzar a dejar su nombre escrito dentro del tenis argentino. Y quien dice que, al igual que su padre en el fútbol, consigue codearse con los mejores del mundo.