Este sábado, 30 de marzo, Eric Clapton cumple 79 años. Uno de los grandes guitarristas del rock, con una historia en la que los contrastes son la regla. Un enorme talento como músico con una exitosa trayectoria y una vida personal en la que no faltaron adicciones, tragedias y enfermedades a lo largo de los sesenta años de su carrera.
Clapton se presentará el 20 de septiembre en el estadio de Vélez; será su cuarta visita, desde su debut en Buenos Aires, en 1990 y sus dos anteriores actuaciones, en 2001 y 2011.
Eric Clapton en el afiche de su actual gira «60 Tour». Foto: IGSu gira “60 Tour” que retoma el 9 de mayo, en Newcastle, Inglaterra y que seguirá con shows en Liverpool, Birmingham y cuatro actuaciones en el Royal Albert Hall, de Londres. Un tour con un cierto sabor a despedida, al menos para este tipo de gira en la que el músico cruza el Atlántico en dirección a América del Sur.
La música lo ayudó siempre
La historia de Clapton recorrió luchas con las drogas y el alcohol, la tragedia de perder un hijo y un trastorno del sistema nervioso, una neuropatía periférica, que no sólo supone fuertes dolores sino también la incapacidad para desarrollarse en el escenario y que por el momento ha podido manejar.
Ahora bien, ninguna de todas estas vicisitudes logró desviarlo de la música, un carácter que, evidentemente, lo ayudó a salir adelante golpe tras golpe.
Pocas veces un artista recibió una inmediata aceptación de colegas y público como la que tuvo Clapton tras su paso por The Yardbirds (1963), donde sorprendió por su calidad para expresar ese sentimiento tan especial que guarda el blues.
Eric Clapton en la época de Cream, con Ginger Baker y Jack Bruce. Foto archivo.Tanto sorprendió que menos de dos años después, el legendario John Mayall lo invitaba en abril de 1965, a ser parte de su banda Bluesbreakers. Por esa época, en la estación Islington, del subterráneo de Londres, apareció esa famosa pintada “Clapton is God”.
Vendría luego Cream, con Jack Bruce en bajo y Ginger Baker en batería y seguidamente, Blind Faith, el primer supergrupo del rock, con Baker, Stevie Winwood, en teclados y voz y Rick Grech, en bajo.
Mientras su estrella seguía en ascenso grabó con su gran amigo George Harrison, participó en la Plastic Ono Band, de John Lennon y lanzó su primer disco Eric Clapton (1970).
Eric Clapton en el casamiento con Pattie Boyd, la ex de su amigo George Harrison y musda de «Layla». Foto archivoEn busca de armar su propia banda, cruzó el Atlántico para grabar un álbum de excepción con el guitarrista líder de los Allman Brothers, Duane Allman. Bajo el nombre Derek and The Dominos lanzan Layla and Other Assorted Love Songs, con Layla, esa composición sin igual dedicada a su amor imposible hasta ese momento, Pattie Boyd, la esposa de Harrison.
Clapton y las drogas
Las drogas siempre fueron una presencia permanente en el ambiente del rock, Clapton comenzó a consumir a los quince años. Mientras que la heroína la conoció en su paso por Cream, el alcohol estuvo siempre presente.
Sin embargo, fue hacia 1970, cuando su consumo de heroína pasó de esporádico a permanente. En algún momento, tras haber peleado varios años para abandonarla admitió que, debido al miedo visceral a las agujas, la aspiraba y eso requería de mayores cantidades y de más dinero.
Eric Clapton en vivo en el evento benéfico Prince’s Trust de 1996 en Londres. Foto: ReutersEn Clapton, La autobiografía (2007) reconoce que gastaba unos 16 mil dólares semanales en heroína. Fueron alrededor de tres años que pusieron al músico al borde de la bancarrota financiera.
Dejó la heroína, que lo estaban fundiendo, pero cayó en el alcoholismo. “Cambió tiro por puñalada”, dirían en el barrio. Lo que vendría sería todavía más grave, más oscuro y pondría a Clapton al borde la muerte. Antes pasó por situaciones entre penosas y poco dignas, como cuando en un concierto (no fue el único), en la Costa Oeste, cayó al piso y se orinó encima.
Fue una larga borrachera que comenzó a mediados de los años ’70 y terminó en enero de 1982, cuando después de llamar a su gerente pidiéndole ayuda, lo subieron a un avión y se registró en el Centro de Tratamiento Hazelden, en Minnesota, en busca de salir de su adicción.
“No sé cómo sobreviví, especialmente en los años ’70. Hubo un momento en el viaje de Minneapolis-St Paul que me estaba muriendo. Tenía tres úlceras y una de ellas sangraba. Por esa época estaba bebiendo tres botellas de brandy y tomando puñados de codeína por los dolores. Estuve a punto de morir y ni siquiera lo recuerdo”, señaló en su autobiografía.
Además contó: “La única razón por la que no me suicidé fue porque sabía que no podría beber si estaba muerto. Era en lo que único en lo que pensaba y por lo único que valía la pena estar vivo, para beber”.
Eric Clapton atravesó los años ’70 entre su adicción a las drogas y el alvochol. Finalmente logró rehabilitarse en AA. Foto archivoLa sobriedad no iba a llegar fácilmente. Tardó algunos años en alcanzarla y lo hizo con la ayuda inestimable de la comunidad de Alcohólicos Anónimos.
Entre los mitos urbanos de Buenos Aires, hay uno que se refiere a Clapton durante su primera visita a la Argentina, en octubre de 1990. Un mediodía, en el grupo de AA, de habla inglesa de la Iglesia Metodista de Corrientes casi Maipú, en Capital, se sentó y sólo dijo “I’m Eric and I Have a Good Day”.
La defensa en el cuidado del anonimato hace imposible su confirmación, pero en aquel momento trascendió aquella visita, natural por cierto para aquellos que participan de las reuniones para sostener su sobriedad.
La trágica muerte de su hijo
Recuperado de sus adicciones, Clapton enfrentó el mayor golpe que puede soportar un padre, la pérdida de un hijo. El 20 de marzo de 1991, su hijo de 4 años, Conor (de su relación con Lory Del Santo) cayó de una ventana abierta, desde el piso 55, en Manhattan. Al parecer, jugando a las escondidas con la niñera.
Eric Clapton y su pequeño hijo Conor, que murió a los 4 años en un trágico accidente. Foto archivoClapton estaba yendo a buscarlo para hacer una visita al zoológico del Bronx, a ver a los elefantes. El día anterior habían ido al circo Coliseo Nassau, en Long Island, donde Conor se había fascinado con los elefantes y la visita al zoo respondía a seguir mirando esos seres fascinantes. Esa noche, la anterior a la tragedia, Eric le dijo a Lory “Tengo la intención de ser un padre apropiado”.
El guitarrista no había tenido relación con Conor, que había nacido de la relación con la modelo italiana, un “amor a primera vista” mientras Clapton todavía estaba en pareja, aunque en plena ruptura, con Pattie Boyd.
Fue Clapton quien debió ir a la morgue. “Cualquiera que haya sido el daño físico que sufrió Conor en la caída, cuando lo vi ya habían restaurado su cuerpo todo lo que se pudo. Recuerdo haber mirado su hermoso rostro en reposo y pensar. Este no es mi hijo, se parece un poco a él, pero él ya se ha ido”.
En el funeral, en la Iglesia de Santa Magdalena, en Ripley, Inglaterra, donde nació el guitarrista, Del Santo contó: “No lo vi llorar a Eric, pero sé que la gente llora de diferentes maneras”.
Eric Claptonen vivo en 2001 en Dallas, poco antes de casarse con Melia McEnery, de 25 años. Foto: APClapton entró en un cuadro depresivo que sólo su fuerza de voluntad y los grupos de AA lograron revertir. Recordemos que siete meses antes de la muerte de Conor, el 27 de agosto de 1990, moría trágicamente Stevie Ray Vaughan, quien había participado de un festival donde la figura era, precisamente, Clapton. El helicóptero en el que viajaba, cayó sobre la ladera de un monte, a pocos kilómetros del escenario, en una tormentosa madrugada de lunes.
Lo sacó de ese estado de parálisis depresiva un contrato para componer la música de la película Rush, producida por Reprise Records. Un filme que se estrenó en enero de 1992, donde la línea argumental está acompañada por nuevas canciones compuestas por el guitarrista, entre ellas esa belleza de balada Tears In Heaven, que resume ese legítimo deseo de todo padre de volver a ver a su hijo.
Un tema que no pasó inadvertido para las audiencias, que sucumbieron al encanto de la melodía y al hilo de voz con la que canta el artista.
Neuropatía periférica
En junio de 2016, Clapton confirma que está teniendo serios problemas de salud.
“Tuve algunos dolores el año pasado; empezaron como dolores suaves en la espalda, pero se terminó convirtiendo en lo que llaman una neuropatía periférica, en la que se siente como si tuviese descargas eléctricas bajando por mis piernas”, señaló en una improvisada conferencia de prensa.
Eric Clapton exhibe su distinción de Comendante del Imperio Británico, otorgado por el Príncipe de Gales en 2004 en el palacio de Buckingham. Foto: AFPLos problemas habrían comenzado en 2013, cuando a causa de los dolores debió suspender una serie de conciertos. “Es difícil tocar la guitarra así, incluso estar de pie a veces se me hace muy complicado”, agregó.
Dos años después, en 2018, admitió en una entrevista con la cadena BBC 2 que se estaba quedando sordo a raíz de un tinnitus, una enfermedad que puede además de causar pérdida de audición, genera un persistente sonido que no proviene de fuente externa, sino de adentro del mismo oído.
“Me estoy quedando sordo y mis manos no funcionan como antes”, añadió el músico. Su dolor en las manos proviene de esa neuropatía periférica que sufre desde hace ocho años y que le crea serias dificultades para tocar el instrumento, aunque Clapton, fiel a su historia, se sigue sobreponiendo.
El célebre disco «Umplugged», el álbum más vendido de Eric Clapton. Tiene una discografía importante, con más de 30 trabajos solistas, algunos como EC Was Here (1975), Unplugged (1992), From The Cradle (1994), Me and Mr. Johnson (2004) excelentes. También su trabajo con los Bluesbreakers, de John Mayall y los históricos álbumes con Cream. Ganó 16 premios Grammy en diferentes categorías.