Los US$ 21.000 millones que la sequía le hizo perder este año a la Argentina se recuperarán casi en su totalidad el año próximo. Los pronósticos privados estiman que las exportaciones llegaran a US$ 80.000 millones en 2024.
Ya sin el efecto de la sequía, las ventas externas de la Argentina saltarán 18%, según las proyecciones de Marcelo Elizondo, especialista en comercio exterior.
Para este año se prevé que las exportaciones se achicarán a US$ 67.000 millones, una pérdida del 24% contra el 2022, mientras las importaciones se retraen 10%.
«Una previsión razonable para 2024 (aunque supeditada a que no haya problemas de diversa índole que no pueden descartarse) es de exportaciones de bienes por unos 80.000 millones de dólares».
«Los pronósticos climáticos auguran para 2024 una recuperación de la producción agropecuaria argentina. Sin embargo, a esta fecha se esperaba ya el beneficio de una mejora en las lluvias que se ha demorado afectado lo previsto para la cosecha fina», precisó Elizondo.
Lo que viene
Así, en 2024 habrá más dólares comerciales, aunque no tantos como en 2022. Y el resultado de la balanza comercial será menos generoso que en 2022, cuando el saldo favorable fue de US$ 6.900 millones. «Aun ingresando más dólares en 2024, no estarán entrando sustancialmente hasta el segundo trimestre, lo que genera dudas relativas a la condición cambiaria de los primeros meses de la nueva administración», marcó Elizondo.
El especialista destacó que la sequía no fue la única culpable del retroceso exportador de este año. En esa lista hay que anotar la caída del 9% de los precios internacionales, la baja de las ventas industriales y también «la merma en las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario, que se abastecen de la producción primaria local pero en tiempos de crisis podrían acudir -al menos en parte- a importar sustitutivamente y no lo logran por las restricciones argentinas».
«La Argentina arrastra defectos que no será sencillo ni rápido corregir», concluyó Elizondo.
En 2023 el país tuvo la menor participación en la historia en el total de lo comerciado entre el planeta: 0,25%. «Aun antes del descenso de este año, la participación argentina en el total del comercio internacional global descendió 25% desde el inicio del siglo».
La gran incógnita es qué ocurrirá con las importaciones, que este año se vienen achicando en medio de las restricciones impuestas por el Gobierno. Tras el cambio de administración no está claro qué ocurrirá con el mercado cambiario ni con el enmarañado sistema de permisos de importación que diseñó el kirchnerismo.
Pero si el mercado comienza a ordenarse, hay chances de que las importaciones crezcan más que las exportaciones. De ser así, será el segundo año consecutivo de déficit comercial, aunque se estima que estará por debajo de los US$ 7.000 millones proyectados para este año.
Si bien la sequía ya no estará, no todas las condiciones internacionales jugarán a favor de Argentina en 2024. Las razones son que los precios internacionales no serán tan altos como en 2022. Además, algunos mercados no tendrán la alta demanda de aquel año, marcado por la guerra en Ucrania y la recuperación de la economía global tras la pandemia.
Elizondo agregó que «la Argentina estará gobernada por una nueva administración que se espera que inicie un proceso de ordenamiento de las condiciones económicas que será complejo y no estará exento de algún accidente. La hipotética -no garantizada- normalización cambiaria no genera inmediata reacción exportadora si no llega una regularización de las condiciones generales, tal como mostró el mega ajuste cambiario de 2002 que no impidió una reducción de exportaciones del 3,4% en relación a las ventas de 2001″.