Ramón «Tito» López se acomoda el sombrero de ala ancha y piensa antes de responder. Clava la mirada cuando una pregunta no le gusta. Disfruta discutir, refuta todos los términos. Por más que todo Chaco lo identifique como el piquetero más importante de la época post Emerenciano Sena, él reniega del término.
Jura que no es piquetero. Dice que tampoco fue aliado del gobierno de Jorge Capitanich. Ni que es peronista. Cuenta a Clarín cómo son los entramados reales del poder en las calles de la provincia y hasta pone en duda que Leandro Zdero, el flamante gobernador, pueda llevar a cabo lo que prometió: desarmar los negociados con planes sociales. «No sé si llega a terminar el mandato», aventura Tito.
López es una de las figuras centrales de una provincia que entrará en disputa tras el cambio de gobierno, donde uno de los principales enigmas será resolver la telaraña que conforman organizaciones sociales, grupos piqueteros, fundaciones y cooperativas que crecieron en las últimas dos décadas y hoy acumulan un poder inmenso y muchísimos recursos económicos.
Son las mismas que también brindan contención, asistencia, hogares y muchas veces un plato de comida a millares de familias carenciadas, en una provincia sumida en la pobreza.
Es que a pesar que el oficialismo provincial puso en duda el dato, el INDEC señaló esta semana que el Gran Resistencia es la ciudad más pobre del país, con el 60,3 por ciento de las personas bajo la línea de la pobreza.
Leandro Zdero votando. Fue elegido gobernador con el 46 por ciento de los votos (foto Marcelo Carroll)Lo cierto es que «Tito» López hoy es el referente con mayor poder de convocatoria en la calle y el primero que salió a marcarle la cancha al radical luego de la elección. Se jacta de haber llevado unas 10 mil personas a una marcha para pedir alimentos a un frigorífico y que puede quintuplicar esa cifra.
A diferencia de Sena, que surgió de los movimientos de trabajadores desocupados de fines de los 90, López se hizo más de abajo. «Ellos eran obreros, nosotros no. Yo era carrero, Yo era un un simple tipo que salía, juntaba basura de la calle», relata en un mano a mano con Clarín.
Cuenta que se crió en una guardería del barrio Santa Catalina de Resistencia, que salió a changuear de chico («no trabajar, a changuear», diferencia). Que consiguió su carro y su caballo, y su primera lectura llegó de los libros que tenía en la calle. Historia argentina, la Constitución.
─Era lo que hoy se conoce como un trabajador de la economía popular, ¿no?
─Se le dice así ahora ─dice entre risas─ A mi abuelo cuando hacía eso le decían croto. Después a eso le dijeron que era cartonero. Y ahora trabajador de la economía popular.
Ramón «Tito» López, referente del Movimiento Trabajadores Desocupados de Chaco (Foto gentileza Edgar Aguirre, mascontenidos.net )López relata que en la década del 90 su negocio era contrabandear productos de Brasil para vender en Resistencia aprovechando el cambio favorable. Pero que su vida cambió «por un corte de ruta». Fue una tarde, donde al volver con su mercadería se quedó impactado por los reclamos de la gente que protestaba. Dice que a partir de ahí comenzó a meterse en los movimientos y aprender.
Hoy es la cara visible del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) 17 de julio, una organización social que nació a comienzos de la década del 2000, en lo que fue la génesis de las agrupaciones piqueteras.
«Las 70 agrupaciones que hay ahora acá son hijas del MTD», cuenta, antes de resumir la historia de los movimientos en una provincia que es considerada para los propios como «la capital nacional del piquete».
Una de las organizaciones que se desprende del MTD es el propio Movimiento Emerenciano, que tomó relevancia nacional luego del femicidio de Cecilia Strzyzowski. Sena y López se conocen desde hace unos 25 años, en esas primeras reuniones. Han tenido internas públicas y arreglos. Pero hoy «Tito» es quien encabeza cada jueves los reclamos para pedir por la libertad de su amigo.
El MTD nació con el nombre Gral. San Martín a partir de los desocupados de la década del 90 que comenzaron a movilizarse para pedir ayuda ante la crisis económica. Allí se cruzaron con vecinos de la periferia de Resistencia que reclamaban por el daño que había causado una dramática inundación.
«Emerenciano Sena es el más visible, pero no es el único. Es el que tiene más marketing», cuenta en estricto off the record un referente de la primera plana de la política de Chaco que conoce el paño de los movimientos sociales. A muchos de ellos los ha sufrido, a otros los ha beneficiado.
Corte de ruta del Movimiento de Trabajadores Desocupado de Quintilipi (Archivo enero 2019- Marcelo Carroll)En los 90 la provincia era gobernada por el radical Ángel Rozas (1995-2003) primero y luego por su vice, Roy Nikisch (2003-2007). La relación era tirante, más dialoguista con el primero y más tensa con el segundo. El pedido de esas primeras agrupaciones era de trabajo, de planes o de bolsones de alimentos. Llegaban, cortaban, reclamaban y se iban.
«Eran grupos menores. Emerenciano nunca se imaginó que iba a terminar siendo aquello en lo que se convirtió«, cuenta otra fuente que transitó el palacio de gobierno en los 90.
El quiebre para las organizaciones sociales llega con Jorge Capitanich a la gobernación. Coqui eligió construir con los movimientos de su lado. Según cuenta López, en noviembre de 2004 les pidió su apoyo en una reunión. «Él quería ser gobernador», comentó.
Para los movimientos sociales en 2007 arrancó una etapa de crecimiento, donde tenían una respuesta en Casa de Gobierno. Paradójicamente, las movilizaciones y los cortes no bajaron, crecieron.
El mapa de las organizaciones piqueteras
«El modelo que funciona ahora es el de la extorsión. No es oposición, no es que están en contra de Coqui o del político de turno, pero saben que se plantan en la puerta del Instituto de Vivienda o de algún ministerio y esperan hasta que baje alguien, los reciba, les de algo y después de eso recién se van», comenta a Clarín una fuente con historia en el palacio de gobierno.
Las organizaciones sociales comenzaron a fragmentarse en grupos menores, a la par que surgían otras nuevas. Como la respuesta era atender todos los reclamos, se formaban grupos más pequeños, a veces de no más de veinte personas, que se acercaban a cortar. Se estima que hay cerca de un centenar de agrupaciones en toda la provincia.
En el camino de la organización estos grupos luego se inscriben como cooperativas y gestionan alguno de los distintos programas que el Estado tiene para bajar asistencia social a los sectores postergados. Estos incluyen programas de vivienda, becas, planes sociales o bolsones de mercadería.
Allí aparecen dos universos distintos. Por un lado los punteros, que responden a algún político e intermedian entre los barrios. Ellos reclaman en privado, movilizan en actos y a cambio aportan votos. Por el otro aparecen las organizaciones piqueteras, que presionan a través de las movilizaciones en la calle.
Entre otros referentes que aparecen con poder de movilización se encuentra Carlos Barraza, del Movimiento de Trabajadores Humildes (MTH), empleado de la estatal Sameep (agua) a quienes fuentes provinciales ubican cercando a Coqui. En las últimas PASO se presentó como candidato a intendente de Resistencia.
Otro de los nombres que tenían músculo era Osmar «Quintín» Gómez, un funcionario municipal que fue acusado de abuso sexual y actualmente se encuentra detenido.
Osmar Quintín Gómez y Emerenciano Sena, junto con Jorge Capitanich, en la escuela Emerenciano Sena.Un intendente que pide anonimato describe cómo es ese mapa, pero pide reserva. Para ejemplificar cuenta el caso de una panadería que le pertenece a una referente. Allí se utiliza la harina que baja de Desarrollo Social, mientras que la mano de obra la ponen personas que cobran becas. Todo ganancia. Son las distintas maneras de hacer caja que tiene la política.
La caída de Emerenciano puso en el centro de la campaña el poder que habían ganado las organizaciones sociales durante la última década. A la par hizo explotar un enojo acumulado que latía en una Resistencia que se había acostumbrado a tener cada día una protesta distinta, obligando a los comerciantes a bajar persianas o interrumpían el tráfico.
«Tito» López cree que ese odio de la gente no es responsabilidad de los piqueteros, sino que nace de los punteros que nacieron al calor del Estado y rodearon al gobierno provincial.
─¿Y por qué perdió ahora Capitanich?
–En el primer mandato Capitanich nos cumplió lo que pedimos. Si hoy no ganó es porque dejó de escucharnos y se rodeó de punteros del PJ. Los punteros políticos se disfrazaron de piqueteros, son organizaciones que fueron armadas por los mismos ministro e intendentes. Esos, con tal de rascar, llevaron a que nos odie la sociedad.
Caso Cecilia Strzyzowski: «Emerenciano es inocente»
Según cuenta López a Clarín, en el expediente que investiga el femicidio de Cecilia no hay un solo detalle que apunte a Emerenciano.
─¿Por qué plantean que Emerenciano es inocente?
─Hay 500 pruebas, dicen los fiscales, pero no hay ninguna prueba contra él. No hay nada. Ni (Gustavo) Obregón, ni Marcela (Acuña), ni Cesar (Sena) lo nombran a Emerenciano como que participó en esto. Claro, Entonces nosotros decimos que el fiscal o los fiscales que no digan puntualmente una prueba contundente. Que digan ‘bueno, mirá, acá tiene un cuchillo. Están las huellas de evidencia’. Eso sería una prueba contundente dentro de la casa. Pero hoy está preso por asesino. Es un preso social socialmente, condenado por los medios de comunicación.
─¿Y Marcela y César?
─No decimos Marcela, no decimos César. No decimos los otros muchachos. Nosotros lo que planteamos es la inocencia de Emerenciano.
Movimientos sociales presionan por la libertad de Emerenciano Sena (Foto Gentileza mascontenidos.net)Desde la detención de Sena, el enojo con los movimientos sociales se hizo más latente y en el gobierno tomaron nota. Se implementó una política de ‘tolerancia cero’ a la protesta que se mantuvo hasta la semana posterior a las elecciones. «Nosotros somos un sector de la sociedad organizada. Como la iglesia, los sindicatos o los empresarios. Y nosotros vamos a esperar a que nos convoque para que hablemos», planteó López.
Es que en campaña, Zdero dijo que acompañarán las organizaciones que efectivamente tengan un rol social, pero que buscan que sea el Estado el que llega a la gente «sin intermediarios». «Queremos evitar que después haya grupos que tienen flotas de camiones, campos y otras cosas. Nosotros no queremos manejar con esa oscuridad, no vamos a transar«, prometió.
─¿Cómo creen que será la relación con Zdero?
─A ver, él hizo, él hizo tres propuestas que le votó la gente. Una era que vamos a terminar con el piquete o vamos a terminar con los piqueteros. Si vos sí vas a terminar con el piquete quiere decir que vas a crear fuente de trabajo. Si vas a terminar con los piqueteros, quiere decir que vas a matar unos cuantos.
A partir de diciembre Zdero tendrá el desafío de saber cómo moverse en ese escenario que ya lo está desafiando. «No sé si llega a terminar el mandato», dice «Tito» López. El gobernador radical todavía no asumió, pero tiene una certeza: le darán la bienvenida con un piquete.
PJB