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25 noviembre, 2024

Susana Rinaldi y Osvaldo Piro explican por qué recién ahora graban por primera vez juntos, décadas después de ser pareja

Pocos emblemas del tango son los que aún viven para contarlo todo sobre su época dorada, en la que Aníbal Troilo y otros tantos destacados marcaban el pulso en la noche porteña.

Dentro de esa impresionante oleada del auge del dos por cuatro, una pareja dio que hablar por ir a contramano del tango ortodoxo, rompiendo así un esquema en plena década del ’60: Susana Rinaldi (87) y Osvaldo Piro (86).

Ambos aún cuentan con mucha tela para cortar: fueron pareja, tuvieron dos hijos (Ligia y Alfredo) y conformaron una orquesta que dio que hablar, noche tras noche, enamorando a propios y extraños, convulsionando el ambiente en las veladas del Michelangelo de San Telmo, hace unos 55 años atrás.

En este último tiempo, la música volvió a ser el punto en común entre la gran cantante y el bandoneonista, más allá de los hijos que los une en común, pues editaron juntos por primera vez un álbum, al que titularon Reencuentro (o sea, nunca antes grabaron juntos).

Susana Rinaldi y Osvaldo Piro en la intimidad de la casa de la cantante. Foto: Ariel GrinbergSusana Rinaldi y Osvaldo Piro en la intimidad de la casa de la cantante. Foto: Ariel GrinbergLa otra gran noticia tiene que ver con un concierto que realizarán, tras añares sin subirse a un escenario como dupla y con orquesta.

El show en el que recrearán las versiones de grandes clásicos como Sur, Yuyo verde o canciones de la autoría de Osvaldo como Plenilunio o Diagonal, entre otras, será el 30 de noviembre en el Teatro Coliseo.

«El hombre de mi vida»

Apenas a dos cuadras de Cabildo y Juramento vive Susana Rinaldi. Precisamente en el piso 21 de una enorme torre. Desde sus ventanales y balcón se divisa el río e incluso unos nubarrones que son el presagio de una tormenta que se avecina.

Adentro del living-comedor, innumerables cuadros cuelgan en paredes y vitrinas, incluso hasta retratos de la cantante en sus tiempos de juventud, además de diplomas y premios a granel.

Susana Rinaldi y Osvaldo Piro, cuando dieron un espectaculo  en el Teatro Colón. Susana Rinaldi y Osvaldo Piro, cuando dieron un espectaculo en el Teatro Colón. Osvaldo, fiel a su estilo, lleva puesta una camisa con corbata, mientras que la Tana aparece radiante en el salón, dispuesta para las fotos.

Luego de un par de retratos, ambos se sientan en las sillas frente a una larga mesa y enseguida trasluce la complicidad de dos personas que se conocen casi de toda la vida.

-¿Recuerdan cómo se conocieron?

Osvaldo: -Hay que remontarse a Michelangelo en 1969, cuando había tres cuevas allí y una era dedicada al tango. Por allí tocábamos el Quinteto de Astor Piazzolla, Susana y su trío, y yo con mi orquesta.

Susana: -En esas conversaciones, él siempre tenía razón. Lo quise desde que nos conocimos. Al mismo tiempo, me llamó la atención el amor que recibimos de mi madre, Angelita. Osvaldo siempre fue el hombre de mi vida.

Amigos famosos

Por tratarse de una mujer, Susana debió superar tiempos en el que el machismo era moneda corriente.

“El varón era el de la palabra, jamás era el caso mío. A la inversa: me querían mucho sus amigos. No olvides que era muy difícil el papel de una mujer; sin embargo, yo planteaba lo mío sin duda alguna”, relata la Tana.

Susana Rinaldi en sus comienzos. Foto de archivo.Susana Rinaldi en sus comienzos. Foto de archivo.En una época en la que las tertulias eran parte de los encuentros nocturnos dentro del ámbito del tango, según cuentan, los amigos eran cruciales para un todo, a punto tal que mucho tuvieron que ver en la relación de pareja de ellos.

“Tuvimos amigos que nos quisieron a los dos por igual. ¿Por qué se fueron? Eran simpáticos, sinvergüenzas, honestos. Por ejemplo Cátulo Castillo, que era un santo, un maestro; si es que la encarnación no existe, él fue un maestro superior”, plantea Rinaldi, a lo que Osvaldo adiciona:

“A ver, primero mis amigos fueron parte del público, porque sucede por piel. Así era un grupo de amigos antes”.

Osvaldo Piro dirigiendo a su orquesta. Foto de archivoOsvaldo Piro dirigiendo a su orquesta. Foto de archivoSobre la personalidad de Cátulo vuelve a hacer mención Susana, incluso esta vez hace hincapié en el rol que ocupó dentro de los más allegados a ellos dos.

“A él lo llamaba para que no se portara mal conmigo. Y a mí lo hacía para darme explicaciones de por qué era Osvaldo como era. Porque a Osvaldo no había mujeres que no lo quisieran. Yo dejé de lado muchas cosas por él. Nunca quise a otro personaje que no fuera él. Osvaldo fue el amor de mi vida”, recalca ella, sin sonrojarse.

En este pasaje de la charla que incluye un gran ejercicio de recordatorios del ayer, la Tana también asume el impacto que generaba ella entre los hombres.

“Tuve gente que se quiso acercar a mí, pero no. Por ejemplo, Astor Piazzolla, quien era un amigo. De todos modos, cuando me casé con él, me odió. ‘¿Cómo te podés casar con este señor? ¿Por qué con él?’, me repetía. Yo le quise mucho desde las entrañas del tango, pero insistía con eso de ‘¿qué le viste a este tipo?’, aunque lo hacía medio en broma y medio de verdad”.

Observando a la Tana desde un costado, Osvaldo también apela a aquella situación: “Es que estábamos todos allí en Michelangelo, Astor fue testigo de todo el proceso de cuando nosotros dos nos conocimos”.

Troilo vs. Piazzolla

Respecto a la juventud musical de esos años del tango en Buenos Aires y sus claras influencias, Osvaldo recala en algo trascendental.

“Toda mi generación fue Troiliana y de Piazzolla. Si bien Pichucho fue ídolo en los años ’40, como gran creador. Es que yo fui músico suyo, estuve en su orquesta”.

Susana Rinaldi y Osvaldo Piro tienen 87 y 86 años, respectivamente. Volverán a presentarse juntos. Foto: Ariel GrinbergSusana Rinaldi y Osvaldo Piro tienen 87 y 86 años, respectivamente. Volverán a presentarse juntos. Foto: Ariel GrinbergA lo que Susana agrega: “A Piazzolla le pasaba lo siguiente. No le gustaba la mujer en el tango. Y si le gustaba sólo era para él. Difícil igualmente compararse con Piazzolla. Cada uno tiene su verdad dentro de su oreja. Hay quienes reflejan en Osvaldo y hay quienes en Astor”.

Luego, la gran cantante refriega su frente con la mano derecha y continúa: “Hay cosas que canto y nunca pude cantar con otra persona. Por ejemplo, cuando llegábamos a Tinta Roja dentro de nuestro repertorio realmente era impresionante lo que sucedía con la gente. Osvaldo es único, y Piazzolla fue otro”.

Por otra parte, la Tana Rinaldi se muestra indignada por parte de la juventud que no hace foco en la época dorada en la que ella y sus grandes socios de dos por cuatro fueron protagonista.

“¡No me dan bolilla los nuevos! Nunca cambiaría lo que escribió Piazzolla, Osvaldo o Pichuco. Mucha gente joven se olvidó de ellos. Gente maleducada que hoy prefiere el jazz. Lo digo con conocimiento de causa, por haber brillado en el mundo entero”, se enfada.

A su lado, Osvaldo prefiere analizar el por qué de los dichos de su ex mujer y madre de sus hijos.

“El Estado les puso eso en la cabeza, es la mentalidad del colonialismo. Además, porque somos hijos y nietos de gringos. Amamos ser nietos de ellos y esa es una razón del desamor por lo nuestro”.

En paralelo, Piro compara a otros países en relación a lo que manifiestan con ímpetu sobre jóvenes de hoy y sus elecciones musicales por fuera de la música ciudadana.

“Esto que nos pasa a nosotros no lo ves en Brasil. Ellos aman a su música, pese a que respeten a otras músicas que no les pertenece. Cuando toqué en el Canecao (Río de Janiero) para cinco mil personas, ellos anunciaban el show como ‘Una noite en Buenos Aires’. Creo que aquí influyó cuando Perón puso la ley de cincuenta por ciento de música nacional. En cambio, en Brasil el ochenta por ciento es de música nacional”.

El exilio de la Tana

Por cierto, si de viajes se trata, más allá de que la Tana haya recorrido el mundo como embajadora del tango argentino, sus años en Francia en tiempos de Dictadura no pasaron inadvertidos, codeándose con grandes artistas, tales como Julio Cortázar o Charles Aznavour, que supieron apreciar de su talento arriba de los escenarios.

Susana Rinaldi, de paseo por París, haciendo compras en sus años de exiio.Susana Rinaldi, de paseo por París, haciendo compras en sus años de exiio.“Allá me encontré con personas extraordinarias. Aprendí a hablar en francés y me lo encontré a Piazzolla. Deberíamos agradecer a los franceses y españoles porque nos trataron muy bien en aquellos años difíciles para nuestro país”, recalca.

-¿Por qué regresaste al país tras la Dictadura, si tan bien te iba en Europa?

Susana: -Volví porque mi casa es mi casa. Porque no tiene comparación. Además, porque había que continuar la historia.

Yo vivía en una casa que tenía preparada allá. Era terrible todo aquí. “Vuelvo mañana”, le dije a mi mamá. Ella no sabía pero mi familia sí. Después al tiempo me llevé a mamá a vivir conmigo allá y estaba encantada.

Osvaldo, por su parte, añade lo siguiente: “Se trató de regímenes dictatoriales en connivencia con civiles. Uno estaba al lado de un sinvergüenza y no lo sabías. Había un hombre cercano a mi grupo de amigos que era del servicio de inteligencia y no lo sabíamos”, relata con sus ojos bien abiertos, toma aire y retoma:

“Ese mismo hombre fue quien una vez me dijo que me iban a reventar. Él se sentaba en mi misma mesa. Le gustaba mucho el tango. Y luego de esa advertencia me dijo: ‘Alguno que puede hasta estar tirando cables sobre el escenario y ser del servicio’”.

Separados pero en contacto

Con el paso del tiempo y pese a que Susana y Osvaldo se separaron, ellos siguieron en constante contacto desde lo humano y además por sus hijos y nietos en común. Y aunque la Tana vive en Belgrano y Piro en Córdoba, la distancia nunca fue un obstáculo para estar comunicados.

“Me fui a Córdoba porque justo me quedé sin trabajo y me salió algo para hacer allá. Me hice cargo de la Orquesta nacional de Música Ciudadana. Aquí tuve muchos problemas en el gobierno de Fernando De la Rúa, entonces ya me quedé a vivir en Córdoba”, revela el músico.

Susana Rinaldi y Osvaldo Piro tuvieron dos hijos y ambos son cantantes: Alfredo y Ligia. Foto: Ariel GrinbergSusana Rinaldi y Osvaldo Piro tuvieron dos hijos y ambos son cantantes: Alfredo y Ligia. Foto: Ariel GrinbergY acerca de los hijos y nietas, cada uno tiene lo suyo para expresar.

“Mi hija canta en inglés, pero tango no. Canta maravillosamente, tal como mi hijo. Ella una vez quiso tener a su madre en un disco y yo le dije, tajante: ‘Mirá que yo canto un tango’. A mi me da pena que no cante tango, porque es una cantante importantísima”, señala la Tana.

Acto seguido, Osvaldo intercede por la hija de ambos: “Lo que pasa es que ella te admira mucho, te tiene en un pedestal. Esa es una de las razones por la cual para ella es imposible atreverse a cantar tango, con una figura como la tuya como gran símbolo”.

Luego es el turno de la relación con los nietos. Y la posta enseguida la toma Piro.

“Si ellos quieren, van a entrar. Si me dice que quiere ser músico le pregunto: ‘Pero vas a estudiar?’. Ezequiel, el hijo de Alfredo, cuando vine me fue a buscar al aeropuerto y me hizo feliz. ¿Qué más puedo pedir?”, se explaya.

En consonancia, Susana también se llena la boca de elogios sobre sus nietos.

“Ellos son divinos y diferentes. Les cuesta más a los varones el tema del tango porque sus padres escuchan otras músicas. Ellos están en su época y yo lo tengo que entender”, explica.

«No nos han valorado lo suficiente»

Acerca de la situación actual del país, Susana se muestra más reacia a opinar, aunque Piro no tiene pelos en la lengua a la hora de compartir su análisis:

“A un candidato en campaña es un poco difícil creerle. Después se sabrá si gestiona o no, si es que le toca. Porque en la etapa preliminar se trata de sacarle un voto al otro. Es parte de la política”.

La Tana, por su parte, prefiere tomar la palabra para apoyarse en la experiencia personal como artista y en cómo se sintió tratada desde el plano artístico por los diversos gobiernos de turno.

“Nosotros nunca sentimos haber recibido lo que nos merecemos por todo lo que hicimos por la cultura desde el tango. Siento que no nos han valorado lo suficiente. Es cierto que ambos somos ciudadanos ilustres, pero no basta. Agradecidos estamos con los que nos vienen a ver cantar”, remarca.

La tapa del flamante álbum La tapa del flamante álbum «Reencuentro», de Susana Rinaldi y Osvaldo Piro.-Para concluir, ¿cómo se explica que recién hayan grabado un disco y encima lo vayan a presenten en un teatro?

Osvaldo : -Ya no trabajamos todas las noches como en otra época, ni tampoco lo haríamos porque somos gente grande. Pero estamos juntos. Hice los arreglos en Córdoba. Grabé y fue la Tana para allá. Cuando escuchó las grabaciones con auriculares, enseguida se predispuso.

Susana Rinaldi: -Nunca antes habíamos grabado juntos. Este disco es un testimonio para siempre. Es por eso que esperamos a todos aquellos que nos siguen y respetan, la cita es en el Coliseo. No podemos decir que es nuestro último concierto, quizás algún productor se interese y esta historia pueda continuar sobre otros escenarios. Nunca se sabe.

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