Este verano no fue la excepción. La casa que tiene su abuelo Gustavo Yankelevich (75) en Solanas fue nuevamente el lugar elegido para celebrar las fiestas en familia y pasar juntos los primeros días del nuevo año. “La siento como un segundo hogar. Desde que era chico vengo a Punta del Este y siempre lo disfruto. Creo que ya es como una tradición reunirnos todos acá”, dice su nieto mayor, Franco Yan (24) –el hijo de Romina Yan y Darío Giordano–, quien, junto a sus hermanos, Valentín (21) y Azul (19), recibió el 2025 en Uruguay. Este último tiempo, Franco transitó un camino lleno de experiencias intensas.
“Aprendí y viví cosas que me marcaron para siempre”, explica el actor, quien luego de haber estado casi cuatro años en Europa –donde se graduó de bachiller en Actuación en el Royal Central School of Speech and Drama de Londres y participó en la comedia musical Los puentes de Madison en Madrid–, regresó a Buenos Aires para continuar apostando a su carrera, esta vez bajo la dirección de su abuela Cris Morena, en la serie Margarita. Ya con la agenda más liberada, reflexiona sobre sus últimos pasos y nos comparte sus próximos planes.
–¿Qué te dejó el 2024?
–[Piensa unos segundos]. Fue un gran año. Además de haber vuelto a la Argentina –un lugar que nunca estuvo ni estará lejos para mí–, aprendí muchísimo. Este 2025 quiero aprovecharlo para contar nuevas historias, interpretar otros personajes y trabajar con las personas que más admiro. En lo personal, creo que quiero tomarme más tiempo para estar con mi familia y mis amigos.
–¿Cómo fue tu experiencia en Europa?
–Londres fue una escuela absoluta para mi vida y mi profesión. Ahí me formaron para ser lo que siempre soñé: un artista. Todo lo que viví allá fue maravilloso y, al mismo tiempo, lleno de desafíos. No fue nada fácil, pero me encantó transitarlo.
–¿Qué fue lo que más te gustó?
–El ser uno más entre el montón. Allá no importaba de quién era hijo o nieto, era uno más… y eso fue lo mejor que me pudo haber pasado. Ellos me veían por quién era yo y lo que tenía para ofrecer desde mi profesión.
–Hace unas semanas le dedicaste un posteo a Gustavo Yankelevich en el día de su cumpleaños. ¿Qué significa tu abuelo en tu vida?
–Mirá, cualquier cosa que te diga de mi abuelo me voy a quedar corto… las personas que lo conocemos lo sabemos bien. Mi abuelo es un ser humano hecho y derecho. Un señor. Es mi templo, mi refugio. Con él siento que puedo equivocarme y aprender, siempre con el mayor de los amores porque así es mi abuelo. Es mi confidente… alguien que cree en mí, que sabe quién soy y lo que quiero. Sin dudas, tenemos una relación fantástica y una conexión muy grande.
–¿Y con tu mamá? ¿Cómo te conectás con ella?
–Mi mamá es mi faro, mi guía absoluta. Es una parte de mí y la siento conmigo a donde sea que vaya, me aconseja y me da señales siempre. Antes de salir a escena, por ejemplo, tengo un ritual en el que siempre le doy la mano antes de pisar el escenario, como para que vayamos juntos. También la sueño mucho, y son encuentros que me dan mucha paz y felicidad… no sé cómo explicarlo, pero a veces siento cuando me abraza.
–¿Cuáles son tus proyectos para este 2025?
–En unas semanas voy a hacer una publicidad muy importante para Europa, pero que se graba en Sudáfrica. Esa es una linda manera de arrancar el año [se ríe]. Después tengo unos meses para dedicarme a proyectos propios, cosas que escribí que tengo ganas de poner en marcha. Eso sí, mi gran sueño y aspiración es trabajar en Los Ángeles. Ese sería mi próximo paso.•
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