Un espectador imprudente causó una caída masiva durante la 15ª etapa del Tour de Francia y abrió otra vez el debate sobre las múltiples interferencias que suele provocar el público en la prueba, un evento gratuito que convoca en cada edición a miles de personas a los costados de las rutas. Y este lunes, el equipo Jumbo Vista -cuyo corredor, el estadounidense Sepp Kuss, fue el primero en irse al piso en el incidente- afirmó que demandará al fanático «por los daños que ha provocado al equipo y a los corredores implicados».
El accidente ocurrió en el kilómetro 52 del tramo de 179 entre Les Portes Du Soleil y Mont Blanc. En su intento de sacarse una selfie o filmar con su celular el paso del pelotón, un fanático -fue identificado por la gendarmería francesa, pero su identidad no fue divulgada- invadió el espacio del trazado con su brazo y tocó a Kuss, quien perdió el control de su bicicleta, se cayó y generó un efecto dominó por el que unos veinte corredores terminaron desparramados en el asfalto.
Afortunadamente, todos los involucrados lograron volver a la competencia y no sufrieron heridas graves. Pero, en un momento duro para el ciclismo -el Tour comenzó con el dolor aún fresco por la muerte de Gino Mäder durante la Vuelta a Suiza-, llovieron los reclamos y quedaron en evidencia las diferencias de postura entre los equipos y los organizadores.
«Había un estrechamiento a la entrada de una ciudad y un espectador que estaba al borde de la carretera me golpeó el manillar. Afortunadamente estoy bien. Espero que los otros corredores implicados estén bien. No es lo ideal lo que ha sucedido», comentó tras completar la etapa Kuss, compañero del campeón defensor y líder de la general, el danés Jonas Vingegaard.
«¡¿Qué demonios estás haciendo ahí?! Acabás de derribar a un par de corredores de sus bicicletas. Quedate en casa si no respetás a los ciclistas», escribió en Twitter, muy enojado, Richard Plugge, director ejecutivo del Jumbo, junto a un video en el que se ve claramente cómo se originó la caída.
«Se lo debemos a los ciclistas que estaban en el suelo. No solo de nosotros, sino también de otros equipos», aseguró el equipo al confirmar que demandará al espectador. Y explicó que intentará «reparar, vía judicial, algo del mal que el aficionado causó a sus hombres por su irresponsable conducta».
Más allá del daño deportivo que pudieron sufrir los ciclistas por el tiempo que perdieron por la caída, el accidente no fue más que un susto. Aunque recordó uno mucho más grave que ocurrió durante la tercera etapa de la edición 2021.
En aquella ocasión, una mujer obstruyó el paso de los corredores cuando quiso mostrar una pancarta con dedicatorias a sus abuelos y provocó también una caída que perjudicó a 20 ciclistas, entre ellos el alemán Marc Soler, quien sufrió tres fracturas en el brazo izquierdo. Cuatro de los implicados abandonaron la prueba.
El sábado, durante la 14ª etapa, las motos de prensa -de televisión y de fotógrafos- fueron acusadas de bloquear al esloveno Tadej Pogacar, uno de los grandes candidatos al título, quien no pudo continuar con su ataque en la cima del Col de Joux Plane. Pero hubo varios ciclistas que señalaron que la culpa había sido de los aficionados, que había acorralado a los vehículos, impidiéndoles avanzar con normalidad.
«Se vieron bloqueadas por el público. Había cuerdas que la gente no respetó. Siempre tienen mucho cuidado y las cámaras tienen un zoom importante. Pero si se ponen demasiado lejos, el público se pondría delante y no tendríamos ninguna imagen», reflexionó el francés Anthony Turgis, del equipo Total Energies.
Muchos medios que están cubriendo en vivo la presente edición consideraron que el entusiasmo del público este año parece ser mayor que de costumbre. Quizás ese interés mayor tenga que ver, en parte, con el nuevo acuerdo entre el Tour y TikTok poco antes del comienzo de la prueba.
El gigante de las redes sociales se convirtió en el nuevo proveedor oficial de Le Grande Boucle, lo que le permite a sus usuarios seguir las etapas a través de creadores de contenido de la plataforma. Pero desde la organización, además, animaron a los espectadores a generar contenido en esa plataforma.
La invitación a aprovechar esa nueva sociedad podría haber incentivado demasiado a algunos fanáticos. Y el domingo, tras esa masiva caída, todas las partes tuvieron que salir a recordarle a la gente que debe «comportarse» durante la competencia.
«El Tour es una fiesta, pero es muy importante seguir las recomendaciones», escribió el organizador en Twitter. Y enumeró: no invadir la carretera, no arriesgar por una foto, no correr al lado de los ciclistas, no empujarlos y no encender bengalas.
En tanto, el equipo francés Cofidis pidió: «Por favor, tengan cuidado para que la fiesta siga siendo una fiesta, para los corredores pero también para ustedes. No necesitás un celular para crear recuerdos alucinantes».
Con seis etapas por disputarse -este martes se correrá la 16ª, tras la jornada de descanso del lunes-, habrá que ver si los fanáticos responden al pedido y el Tour puede completarse sin nuevos incidentes.