Al menos un ‘casco azul’ ha fallecido este lunes en un ataque perpetrado por hombres armados contra un convoy de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de Naciones Unidas en República Centroafricana (MINUSCA), en el noreste del país. Según ha indicado la MINUSCA en un comunicado, el fallecido era de origen ruandés y el ataque ha tenido lugar durante un patrullaje cerca de la ciudad de Sam Ouandja, en la prefectura Haute-Kotto, donde recientemente la misión ha reforzado su presencia por otro ataque contra los pacificadores durante la semana pasada.
En el ataque, las fuerzas militares han matado a tres hombres armados y han capturado a un cuarto, mientras que la jefa de la misión, Valentine Rugwabiza, ha subrayado la «respuesta firme e inmediata de la patrulla del contingente ruandés a este ataque, que ha permitido repeler a los elementos armados y proteger a la población de Sam Ouandja». Rugwabiza ha condenado «enérgicamente este ultrajante ataque contra los ‘cascos azules’» y ha reafirmado el compromiso de «mantener su postura firme en la ejecución de su mandato de protección de la población civil, en apoyo a las autoridades centroafricanas».
Por su parte, el portavoz del secretario general de Naciones Unidas, Stéphane Dujarric, que se ha sumado a la condena y ha trasladado sus condolencias a los seres queridos del fallecido, ha lamentado que este suceso «se produce tras el rápido despliegue de fuerzas (…) en respuesta a un ataque contra la ciudad por parte de un grupo armado que huyó tras una intervención de las fuerzas».
El secretario general adjunto de Operaciones de Paz de la ONU, el francés Jean-Pierre Lacroix, ha denunciado el «despreciable ataque a una patrulla de la MINUSCA destinada a proteger a civiles y trabajadores humanitarios en República Centroafricana», mientras que la misión ha pedido a las autoridades que no escatimen esfuerzos para identificar a los responsables del ataque contra las fuerzas de paz, recordando que este tipo de atentados contra la vida pueden ser considerados un crimen de guerra susceptible de persecución por parte de la justicia.