30 enero, 2025

América Latina intenta pactar una estrategia común frente a Trump tras el desafío a Colombia

El Canal de Panamá puede esperar, aunque no por mucho tiempo. La primera crisis entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la región tuvo otro signo de la previsibilidad: su política migratoria. Las agresivas deportaciones de colombianos y brasileños provocaron reacciones negativas de distinta magnitud. La crisis con Bogotá ha dado signos de ser superada después de que Gustavo Petro aceptara las condiciones de deportación de Washington. Algunos observadores creen que es la calma que precede a futuras tormentas.

Nos parece bien que hayan llegado al final a un acuerdo entre el gobierno de Colombia y el gobierno de Estados Unidos. No son buenos ni las tarifas ni otros mecanismos”, celebró no obstante la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, con la mirada puesta en la propia frontera. “Es bueno porque debe prevalecer el diálogo y el respeto”, dijo, y pareció hablar también de los complejos vínculos que México mantiene con la administración Trump desde que asumió y puso en marcha la ola de arrestos y expulsiones. “Estamos obligados a tener una buena relación”, dijo sobre el modo, en clara alusión al modo en que su Gobierno acaba de hacerse cargo de los primeros 4.094 deportados. El Gobierno anunció días atrás el “Plan México te abraza”. El impacto político, social y económico de las deportaciones no invita al optimismo.

Los chispazos con Colombia le permitieron a la Casa Blanca no solo cantar victoria de manera altisonante sino utilizar la fricción como un caso testigo que debe disciplinar a la región. Elsecretarioo de Estado, Marco Rubio, se propone constatar de primera mano la recepción del mensaje de Trump con su primera gira regional, en principio prevista para esta semana. Brasil ha tomado nota de las nuevas circunstancias que, en un punto, ponen a prueba su liderazgo sudamericano. El Ministerio de Relaciones Exteriores convocó en la noche del lunes al encargado de negocios de la embajada norteamericana en Brasilia para esclarecer la situación de los brasileños deportados en una situación que fue calificada de “denigrante”. Todavía se espera un pronunciamiento del presidente Luiz Inacio Lula da Silva. El silencio es elocuente. Lula y sus asesores deben estar eligiendo qué palabras decir y evitar el roce retórico con un Trump capaz de incendiar las redes sociales con sus invectivas.

El mensaje del multimillonario republicano llegó a los oídos de quienes quisieron escucharlo sin ambigüedades, entre ellos el presidente salvadoreño Nayib Bukele, un aliado natural de Trump, quien, según ´CBS News`, negocia un acuerdo con Washington que otorgaría a los migrantes salvadoreños un trato preferencial a cambio de que Bukele acepte recibir un importante flujo de deportados de terceros países, especialmente centroamericanos. “Tercer País Seguro”, se llamaría ese pacto bilateral, de acuerdo con la cadena norteamericana.

Cuba y Perú

El canciller cubano, Bruno Rodríguez, calificó de “inaceptable” e “indiscriminada” la campaña de deportaciones de inmigrantes irregulares. Se trata de un asunto altamente sensible en una isla que abandonaron casi dos millones de personas en los últimos tres años. Parte de ese éxodo carece de papeles.

El gobierno peruano, en tanto, anunció que ofrecerá “todas las facilidades” para agilizar la reintegración de sus ciudadanos expulsados de Estados Unidos.  El ministro de Exteriores Elmer Schialer dijo que la administración de Dina Boluarte los esperará con “asistencia médica y orientación para reintegrarse al mercado laboral”. La ligereza de las autoridades no guarda relación con los trastornos que se avecinan si Trump va hasta al fondo con su política: un millón de peruanos viven en Estados Unidos, de los cuales al menos 300.000 se encuentran en situación irregular.

Cumbre de la CELAC

En la región existe la certeza de que lo ocurrido en las últimas horas es apenas el comienzo de un problema mayor que puso en evidencia una dispar relación de fuerzas y un escaso margen de autonomía. A pedido de Petro, cuando todavía estaba inmerso en su batalla verbal con Trump, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, accedió a convocar el próximo jueves a una reunión de ministros de Exteriores de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Castro, quien ejerce la presidencia Pro Témpore (PPT) de ese foro, remarcó que la cuestión migratoria dominará la reunión en Tegucigalpa. “Es un honor confirmar que el Excelentísimo Señor Gustavo Petro Urrego, Presidente de la República de Colombia, y Presidente Pro-Tempore entrante de la CELAC, ha confirmado su participación de manera presencial”, informó la mandataria hondureña.

Sheinbaum, en tanto, analizaba su presencia en la capital hondureña o si hablaría a los presentes de manera virtual. La mandataria mexicana, quien debe a su vez enfrentar la decisión de Trump de designar a los cárteles como organizaciones terroristas, había tomado la decisión de darle nuevos bríos a la CELAC a los efectos de contar con un agrupamiento regional sin la presencia de Washington, como ocurre en la Organización de Estados Americanos (OEA), de la cual participa también Canadá. Resta saber qué hará Lula, de cara al desafío de esta semana. Una reunión sin Brasil sería el reconocimiento de una dificultad para consensuar posiciones.

Diplomacia de la cañonera

“Fiel a su estilo directo y a menudo grosero, Trump reforzó los temores sobre una relación que probablemente estará marcada por las tensiones, las amenazas y el resurgimiento de principios de la política exterior estadounidense de otras épocas, como la Doctrina Monroe, la Diplomacia de la Cañonera y la Doctrina del Destino Manifiesto (un concepto del siglo XIX utilizado para justificar la necesidad de expansión territorial de EEUU) “, señaló el diario carioca ´O Globo`. Para otros analistas la cuestión migratoria ha escalado con esta intensidad porque es la cara de una moneda que en el otro lado tiene inscrito “Canal de Panamá”- Trump dijo a la prensa de su país que Estados Unidos “no necesita a América Latina”. Sin embargo, la región sí necesita a ese país. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) consigna que el capital estadounidense mantiene su liderazgo el ranking de Inversión Extranjera Directa al sur del río Bravo. Trump sabe por otra parte que no puede dar la espalda en una América Latina donde China se ha convertido en un socio comercial estratégico de sus países más importantes.  En la actualidad, México es el principal socio comercial de su vecino y China ocupa el tercer puesto. Los analistas se preguntan si la Casa Blanca está dispuesta a que ese orden se invierta.

La CELAC pondrá a prueba su fortaleza en Honduras donde se espera la ausencia de Argentina. El presidente Javier Milei quiere ser el principal y fiel interlocutor de Trump y ha dado señales de que lo seguirá hasta en sus aventuras políticas. El Gobierno de ultraderecha se propone endurecer la normativa migratoria y además prohibir el uso del sistema de salud para extranjeros sin residencia en Argentina. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se propone alambrar parte de la frontera norte con Bolivia. “Bullrich busca adjudicarse la medida para hacer una paralelismo con Donald Trump y su muro en la frontera estadounidense con México”, señaló el portal ´La política online`.

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