3 noviembre, 2025

‘Antiedad’ y de producción local en el sur de España: así es la fruta de temporada en noviembre

Con noviembre recién estrenado en España, muchos ponen el ojo en el abrigo y la calefacción, pero también es momento de mirar al calendario de alimentos frescos. Saber qué frutas y verduras están en su mejor momento ayuda a elegir productos que crecen de forma natural en esta época del año y que llegan del campo a la mesa sin forzar la naturaleza.

Apostar por lo que está de temporada no es una moda ni una frase de mercado de barrio sino tiene impacto real. Por un lado contribuye a una alimentación más variada y nutritiva, porque las plantas están en su punto óptimo de maduración. Por otro suele implicar menos transporte, menos energía y, por tanto, una huella ambiental más baja. También suele significar mejor precio y más sabor, que eso tampoco sobra en tiempos de cesta de la compra apretada.

Elegir productos de temporada es una forma sencilla de cuidar la salud, apoyar al campo local y reducir el impacto ambiental. Y si encima una fruta como la granada suma compuestos que la ciencia está estudiando por sus posibles beneficios sobre el envejecimiento celular, pues mejor que mejor.

La fruta que ahora reina en el sur

Entre las protagonistas de este mes destacan productos que se dan con fuerza en el sur del país. Y una fruta en particular merece una mención especial: la granada. Su temporada en España es corta, concentrándose sobre todo entre septiembre y diciembre, lo que la convierte en un fruto muy ligado a este tramo del otoño.

Además gran parte de la producción nacional tiene lugar en zonas mediterráneas, especialmente en la Comunidad Valenciana y otras áreas del sur, lo que refuerza esa idea de consumo local que cada vez pesa más en las decisiones de compra.

¿Por qué tanto revuelo con la granada?

Más allá del color bonito y ese ritual casi meditativo para sacar sus granos, la granada tiene un perfil nutricional interesante: aporta vitamina C, folatos y una dosis importante de polifenoles, compuestos vegetales a los que se atribuye buena parte de su capacidad antioxidante.

Ese interés por la granada como alimento “antiedad” no viene de la nada. En estudios experimentales realizados en modelos animales, extractos concentrados de este fruto han demostrado efectos protectores frente al daño solar en la piel, con menor formación de arrugas, mayor humedad cutánea y una mayor presencia de colágeno y ácido hialurónico tras la exposición a radiación UVB. Así lo recoge un trabajo publicado en Experimental and Therapeutic Medicine (2017), donde investigadores observaron además una reducción de marcadores inflamatorios y oxidativos vinculados al envejecimiento cutáneo en ratones tratados con polvo concentrado de zumo de granada.

Por otra parte, una revisión publicada en 2024 en la revista Molecules señala que, aunque estos compuestos han mostrado capacidad antioxidante y antiinflamatoria en estudios celulares y en animales, todavía no existen ensayos clínicos concluyentes en humanos que confirmen su efecto sobre el envejecimiento.

Su carácter otoñal también se deja ver en la mesa: funciona sola pero brilla en ensaladas de escarola, mezclada con miel y limón, o como toque crujiente y fresco encima de yogures y postres. También se puede congelar el grano para usarlo más adelante sin perder propiedades destacables.

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