27 diciembre, 2025

Aproximación a Bruno Gelber

«…uno tiene que ser, como decía Leonardo, el espejo que recibe y refleja».

B.G.

«A man who still cares deeply 

about his mystique. »

Gemini

Atrás quedaron los cinco mil conciertos, los castillos, el Rolls Royce y que Alberto de Mónaco se acerque a saludarte detrás del escenario. Bruno Gelber se mueve en silla de ruedas en lo más alto de la Torre Saint, una «mezcla de esbelto paquebote con estilizado templo egipcio». Caigo como una fantasma de atardecer, ¡sin avisar! Es la hora en que estas cuadras de la calle Perón son del otro. Se atienden menos los pisos de Eslavonia que los contenedores de basura.

—¿Bruno? —digo al portero eléctrico, con una vaga confianza de que la leyenda viviente me trate como un paracaidista amigo.

Ese atardecer, solo dejé mi contacto en la zona de interés. Lo que diga Gelber que quede mayormente para los biógrafos. De Spotify es la tarea de reproducir qué toca il maestro con sus manos mágicas. Para el caso, me quedo con el respiro lírico y melancólico, cantable, que el 2do movimiento le da a las sonoridades más bien trágicas de la Sonata n. º 8 en do menor de Beethoven op. 13, también conocida como Grande sonate pathétique. Los trillones de átomos de la entidad llamada Bruno Leonardo Gelber interpretan ese Beethoven apasionado, triunfal, desesperante con la genialidad de los que hacen fácil lo difícil. Pienso en Gheorghe Hagi en fútbol o en John McEnroe cuando resolvía en el court central de Wimbledon como si jugara a la paleta en la playa. ¿Y por qué no dejamos que YouTube nos muestre cómo Bruno Gelber la rompe en el Concierto para piano n. º 1 en re menor op. 15 de Brahms, maestro en el uso de la libre disonancia? Para Netflix quedará la novela de cierto ardor prohibido entre Brahms y la mujer de su maestro Schumann. Por las dudas, el talento de Gelber no es solo uno. Llegó a dar un concierto con la mano vendada. Es beethoveniano. Respira en la boca del monstruo para ir con todo contra el obstáculo.

Hubiera dicho que el retrato, un tantico empalagoso, que le hizo Leila Guerriero en Opus Gelber era la referencia obligada, en particular, para aquellos con voluntad de rasgar esta olla sin fondo. No digo lo contrario, la obra es informativa, quizá demasiado.

Mañana de domingo, despierto con una llamada perdida de Bruno Gelber… Hablamos unos cuarenta minutos que fueron casi como estar en línea con Howard Hughes o Manuel Belgrano. Gelber llegó a confesarme su incomodidad por cierta sobreexposición, unos datos, harto mundanos y por poco cómicos, que se filtraron en esa intensa biografía. Hasta buscó solaz en la metáfora: «si sos infiel, no te presentes declarándome alto amor».

La revelación del desconcertante malentendido nos deja, cuando menos, una explicación plausible de por qué Guerriero —con todo derecho devenida una gelberóloga— se excusó de hacer esta nota. Aquellos interesados por el periodismo en sí tendrán una nueva oportunidad para considerar las tensiones entre la investigación, el interés público, los porosos límites entre el on y el off the record y la privacidad de las estrellas.

No se puede aterrizar en un aeropuerto sin usar ciertos caminos bien determinados en el cielo. Por ejemplo, existen treinta y tres formas de aproximarse al aeropuerto de Madrid. Pero no, treinta y cuatro. Fuerzo la analogía con el gran Gelber, maestro del tempo musical que tuvo que aprender los protocolos de la realeza. En aquella conversación telefónica, cuyos matices ya adoptan los de un sueño, Bruno Gelber me lanzó la misma pregunta con la que cierra Mefisto, la película. Allí, en un enorme anfiteatro vacío, el artista de cejas arqueadas les grita a unos jerarcas nazis, su único público:

Was wollen Sie eigentlich von mir? (¿Qué quieren realmente de mí?).

¿Qué querrían todavía los nazis cuando el artista del régimen ya lo había dado todo?

Gelber me preguntó: —¿Qué querés de mí?

Tuve que ser espontáneo.

—No sé.

—Te voy a dar una primicia —dijo Bruno Gelber—. La personalidad de la ciudad de Córdoba no tiene nada que envidiarle a la de las grandes urbes del mundo.

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