Desde la Redacción de El Diario de Carlos Paz
El rasguido de las guitarras y el retumbar profundo de los bombos se adueñaron de la madrugada serrana. Lejos de ser una peña más, el encuentro que tuvo lugar anoche en el reducto cultural El Pórtico se convirtió en un vibrante acto de desagravio y reafirmación cultural. Cientos de vecinos, artistas y bailarines se congregaron hasta el amanecer para responder con zambas, chacareras y pañuelos al aire a los recientes dichos del conductor Roberto Pettinato sobre el folclore argentino.
Baile en El Pórtico del viernes
La polémica, que encendió las redes sociales durante la semana, surgió a raíz de los comentarios en tono irónico de Pettinato, donde se refería a los instrumentos tradicionales de nuestra música de raíz de forma despectiva. Pero en Villa Carlos Paz, la respuesta no fue agresión, sino celebración y se sumaron a las respuestas de Juan Falú, Peteco Carabajal, y el Chaqueño Palavecino, entre otros exponentes de la música argentina.
El Pórtico, conocido por ser un bastión de la cultura local, desbordaba de un calor y un color que ninguna controversia podía opacar en una noche de viernes fría por fuera y corazón caliente por dentro. En plena Avenida Libertad, Samka Folclore y otros grupos musicales actuaban sobre el escenario y debajo de él, en rondas espontáneas, bailarines circunstanciales que celebran y disfrutan de nuestras canciones, de todas las edades, entrelazaban melodías de zambas, chacareras, gatos, escondidos y chamamés.
Folclore es fiesta
La cantautora local Fernanda Dupuy, una de las principales impulsoras del reducto junto a Paola Vega, con su guitarra en mano y una serenidad firme, se dirigió al propio Pettinato.
“Hay silencios que ofenden y hay palabras que hieren, pero no hay nada más poderoso que la música para sanar y responder”, expresó Dupuy ante el aplauso. Y luego, lanzó la invitación, cargada de una elegante ironía: “Por eso, lo invito a Roberto Pettinato a que venga a El Pórtico cuando quiera. Las puertas están abiertas. Yo misma, con este ‘charanguito’, esta ‘guitarrita’ y este ‘bombito’, me ofrezco a enseñarle, sin enojos, lo que es nuestra tradición y nuestra cultura. De esa manera, podrá sentir de cerca el latido de nuestra tierra, y entienda que el alma de nuestra gente no es algo menor”.