14 marzo, 2025

Científicos se mofan de intentos de la EPA de afirmar que el cambio climático no es un peligro

WASHINGTON (AP) — A medida que el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump intenta invalidar un hallazgo fundamental que establece que el cambio climático pone en peligro la salud y el bienestar humano, los científicos dicen que sólo necesita mirar a su alrededor porque es obvio lo grave que es el calentamiento global y cómo está empeorando.

Investigaciones recientes y fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes demuestran aún más el daño que el cambio climático está causando a las personas y al planeta, le dijeron a The Associated Press 11 científicos diferentes, expertos en salud y clima, poco después de que se filtrara la noticia de los planes del gobierno recientemente. Mencionaron estudios revisados por otros científicos, y retaron al gobierno de Trump a justificar con datos científicos sus propios intentos.

“No hay un mundo posible en el que los gases de efecto invernadero no sean una amenaza para la salud pública”, afirmó Kim Cobb, climatóloga de la Universidad Brown. “Es física simple topándose con fisiología y biología simples, y con los límites de nuestra infraestructura existente para protegernos contra los extremos climáticos que empeoran”.

El hallazgo original de la EPA sobre el peligro de los gases de efecto invernadero

El jefe de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), Lee Zeldin, ha presionado en privado a la Casa Blanca para que se vuelva a redactar el hallazgo de la agencia que establece que los gases de efecto invernadero que calientan el planeta ponen en peligro al público. La decisión original de 2009, expuesta en 52 páginas, se utiliza para justificar y aplicar regulaciones y decisiones sobre las emisiones de gases de efecto invernadero que capturan el calor, tales como el dióxido de carbono y el metano, provenientes de la quema de carbón, petróleo y gas natural.

“El dióxido de carbono es la esencia misma de un contaminante del aire peligroso. La evidencia de salud era abrumadora en 2009 cuando la EPA llegó a su hallazgo de que es peligroso, y desde entonces esa evidencia sólo ha crecido”, aseveró el doctor Howard Frumkin, profesor de salud pública de la Universidad de Washington, quien dirigía el Centro Nacional para la Salud Ambiental en aquella época. “La contaminación por CO2 está provocando olas de calor catastróficas y tormentas, la propagación de enfermedades infecciosas, angustia mental y numerosas otras causas de sufrimiento humano y muertes prevenibles”.

Esa evaluación de 2009, fundamentada en datos científicos, señaló que el cambio climático era perjudicial para la calidad del aire, la producción de alimentos, los bosques, la calidad y el suministro de agua, el aumento del nivel del mar, los problemas energéticos, la infraestructura básica, los hogares y la vida silvestre.

Una década después, los científicos documentan el daño creciente

Diez años después, un grupo de 15 científicos revisó la evaluación. En un artículo publicado en la revista Science, cotejada por otros científicos, encontraron que en casi todas esas categorías la confianza científica en el daño había aumentado y se encontró más evidencia que apoyaba el creciente peligro para las personas. Y los daños eran peores de lo que se pensaba originalmente en los casos de salud pública, agua, alimentos y calidad del aire.

Esos científicos también añadieron cuatro nuevas categorías donde dijeron que la ciencia muestra daño por el cambio climático causado por las emisiones de gases de efecto invernadero. Estas fueron en seguridad nacional, bienestar económico del país, violencia y océanos que se vuelven más ácidos.

Con respecto a la seguridad nacional, el equipo científico citó al entonces secretario de Defensa de Trump, al presidente del Estado Mayor Conjunto y a un proyecto de ley de autorización al Pentágono que Trump promulgó en su primer mandato. También citó un estudio que decía que otro aumento de 1,8 grados Fahrenheit (1 grado Celsius) de calentamiento en los próximos 75 años de hecho reduciría el producto interno bruto de Estados Unidos en un 3%, mientras que otro estudio decía que el calentamiento le costaría a la economía estadounidense entre 4,7 y 10,4 billones de dólares para fin de siglo.

“En general, el respaldo científico para el hallazgo de peligro fue muy fuerte en 2009. Ahora es mucho, mucho más firme”, señaló en un correo electrónico Chris Field, jefe del programa ambiental de la Universidad de Stanford y coautor de la revisión publicada en Science en 2019. “Con base en evidencia abrumadora de miles de estudios, los gases de efecto invernadero bien mezclados representan un peligro para la salud pública y el bienestar. No hay duda”.

Larga lista de amenazas del cambio climático para la salud

“Hay un consenso global de que el cambio climático es la mayor amenaza de nuestro tiempo para la salud y para los sistemas de salud”, manifestó la doctora canadiense Courtney Howard, especialista en urgencias y vicepresidenta de la Alianza Global para el Clima y la Salud, una red de organizaciones unidas en el combate al cambio climático. Enumeró una larga lista: enfermedades relacionadas con el calor, agravamiento del asma, enfermedades cardíacas agravadas por el humo de incendios forestales, cambios en los hábitos de mosquitos, garrapatas y otros insectos que transmiten enfermedades, y pérdidas de cosechas que desembocan en hambre, guerra y migración.

Kristie Ebi, científica de salud pública y clima en la Universidad de Washington, dijo que un gran problema, pero del que se habla poco, es cómo los cultivos desarrollados bajo niveles más altos de dióxido de carbono tienen menos proteínas, vitaminas y nutrientes. Eso afecta al 85% de todas las plantas, e impacta la salud pública, afirmó. Experimentos de campo han demostrado que el trigo y el arroz cultivados bajo altos niveles de CO2 tienen un 10% menos de proteínas, un 30% menos de vitaminas del grupo B y un 5% menos de micronutrientes.

Son estos efectos indirectos sobre la salud humana los que son “de gran alcance, integrales y devastadores”, advirtió Katharine Hayhoe, científica atmosférica en Texas Tech y científica en jefe en The Nature Conservancy. Indicó que el aumento en los niveles de dióxido de carbono en el aire incluso “afecta nuestra capacidad para pensar y procesar información”.

Los científicos indicaron que el gobierno de Trump tendrá dificultades para encontrar una justificación científica —o científicos legítimos— con los que pueda demostrar que los gases de efecto invernadero no son una amenaza para las personas.

“Este es uno de esos casos en los que no pueden impugnar la ciencia y van a tener una manera jurídica de eludirla”, observó Michael Oppenheimer, climatólogo de la Universidad de Princeton.

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El periodista de The Associated Press Matthew Daly contribuyó a este despacho.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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