Las suculentas son plantas resistentes que no requieren un cuidado meticuloso como muchas otras. Originarias de la familia del cactus, pueden pasar mucho tiempo sin necesidad de riego, aunque hay algunos mitos a desmentir.
Estas plantas son expertas en almacenar agua y se adaptan fácilmente a entornos tanto abiertos como cerrados, lo que las hace ideales para aquellos que no tienen mucho tiempo para cuidarlas. Solo necesitan un poco de riego y luz para mantenerse saludables.
Cuando se trata de cultivar suculentas en macetas, es importante saber que no necesitan el mismo tipo de sustrato que otras plantas. Pueden crecer en sustrato de arena, cactus o incluso piedras.
Al regarlas, asegúrate de que el agua drene por el agujero de la maceta, lo que es esencial para evitar problemas de riego y absorción. Algunas personas recomiendan usar tierra con piedras para mejorar el drenaje.
Estas plantas almacenan agua en sus hojas y no necesitan una exposición constante al sol, aunque requieren luz indirecta para evitar la deshidratación. Si las cuidas como cualquier otra planta y las riegas en exceso, podrían morir rápidamente.
Puedes controlar la cantidad de luz observando el color y la forma de las hojas. Si se vuelven secas o toman un tono rojizo o marrón, significa que están recibiendo demasiada luz. Si las hojas se tornan pálidas, necesitan más luz solar.
El riego y la cantidad de agua necesaria varían según la estación del año:
Verano: Acelera el riego, aproximadamente cada 4 a 8 días.
Otoño: Reduce el riego a unos 8 o 10 días.
Invierno: Disminuye el riego considerablemente, a alrededor de una vez cada 20 días, siempre que la temperatura no baje de 10 grados.
Primavera: Riega cada 10 o 12 días, ya que es cuando comienzan a brotar.
