Los pacientes con accidentes cerebrovasculares tienen altos niveles de microplásticos en la placa que obstruye sus arterias, según un nuevo estudio. De esta manera, los elevados niveles de plástico podrían estar relacionados con muchos casos de ACV y pérdida de visión, entre otros problemas de salud.
Un estudio reciente liderado por el Dr. Ross Clark, de la Universidad de Nuevo México, en Estados Unidos, ha detectado niveles notoriamente más altos de microplásticos y nanoplásticos en la placa arterial de pacientes con accidente cerebrovascular (ACV) que en las arterias sanas. La investigación aún debe ser revisada por pares, pero va de la mano con otras evidencias y estudios.
Los investigadores hallaron que las placas de personas asintomáticas contenían 16 veces más plástico, mientras que quienes habían sufrido ictus o pérdida de visión presentaban una concentración 51 veces mayor de lo normal, según informa Bussines Insider. Además, las células inmunitarias y las células madre presentes en estas placas cargadas de plástico mostraron alteraciones en la expresión génica, especialmente en genes vinculados al control de la inflamación.
Misterios a desvelar
Aunque los mecanismos exactos continúan siendo un misterio, este hallazgo subraya la posible implicación de la contaminación plástica en la patogénesis cardiovascular y refuerza la necesidad de investigaciones más contundentes y metodologías mejoradas.
Los microplásticos (fragmentos de plástico menores a 5 milímetros) y sus primos aún más diminutos, los nanoplásticos, han sido hallados en prácticamente todos los ecosistemas, desde los océanos hasta el aire que respiramos. Estudios anteriores han identificado estas partículas en tejidos humanos como pulmones, sangre y placenta, como informa Health, generando preocupación sobre su impacto en la salud: múltiples indicios muestran que estos contaminantes podrían no solo acumularse pasivamente, sino también interactuar con nuestros sistemas biológicos de maneras potencialmente nocivas.
El equipo de Clark analizó muestras de la arteria carótida de 48 pacientes, comparando arterias sanas con aquellas afectadas por placa aterosclerótica. Hallaron que, incluso en placas “silenciosas” (sin síntomas), la concentración de micro y nanoplásticos era 16 veces superior a la de arterias libres de placa. Pero en pacientes que habían sufrido un accidente cerebrovascular, un ictus leve o pérdida visual, la diferencia se disparó a 51 veces, una magnitud realmente asombrosa.
Evidencias que se suman
Estos resultados se suman a un estudio publicado en New England Journal of Medicine en 2024, en el que se analizó a 257 pacientes y se constató que la presencia de microplásticos en placa carotídea se asociaba con un riesgo 4,5 veces mayor de ataque cardíaco, ictus o muerte durante un seguimiento de 34 meses. De forma similar, un artículo publicado en Scientific American destacó que casi un 60% de los participantes en esa investigación presentaban estos contaminantes en sus placas, lo que reforzó la hipótesis en torno a que las partículas plásticas podrían ser un factor de riesgo cardiovascular emergente.
Además, Clark y su equipo examinaron la transcriptómica de las células presentes en las placas. Identificaron que un grupo de macrófagos había silenciado un gen clave para la resolución de la inflamación, mientras que en células madre se observaban cambios en genes relacionados con la estabilidad de la placa. Estas modificaciones sugieren que los microplásticos no solo se acumulan, sino que podrían interferir en procesos celulares críticos para el mantenimiento vascular.