Como parte del Calendario General del Jubileo, aprobado por el Papa Francisco en uno de sus últimos esfuerzos por abrir los horizontes de la iglesia católica, miles de feligreses queer se concentrarán este fin de semana en El Vaticano. “Buscamos dar visibilidad a nuestro colectivo como parte del Pueblo de Dios y su diversidad. Es una forma de hacer pedagogía y eliminar prejuicios, demostrando que se puede profesar la fe y ser homosexual o transexual sin ningún problema”, dice Óscar Manuel (45), activista y socio de Cristianas y Cristianos de Madrid Homosexuales (CRISMHOM). Él es uno de los madrileños que se ha desplazado hasta la Basílica de San Pedro en forma de peregrinación para hacerse visible de manera pública en la sede del poder papal. Se trata de un evento extraordinario en la historia de la religión católica que promovió Bergoglio y ha ratificado el nuevo pontífice, León XIV. Este se habría reunido hace unas semanas con James Martin, Jesuíta progresista, con el propósito de continuar el legado aperturista de su antecesor.
“Este peregrinaje puede ayudar a muchas personas del colectivo a salir del armario y aceptar su realidad. El hecho de que existan referentes ayuda a normalizar que la fe no está reñida con la orientación sexual o la identidad de género. Nos sentimos personas amadas por Dios y testigos del Evangelio”, añade. Sin embargo, el evento de carácter mundial, habría solicitado no ondear ningún símbolo asociado a la comunidad, como las banderas arcoíris: “Pasaremos tiempo juntos, nos conoceremos y daremos misas, charlas y comidas fraternas”. Óscar Manuel llegó a CRISMHOM en 2006, momento de su fundación, en un intento de vivir su fe siendo gay. Sin embargo, tuvo que enfrentarse a un conflicto interno: “Me peleé con Dios porque no entendía por qué pedía que nos amásemos unos a otros y a mí siendo homosexual me lo prohibiera. Le preguntaba con rabia por qué yo era gay, leía la Biblia y no encontraba consuelo, buscaba publicaciones sobre sexualidad a escondidas para ver qué me pasaba, pero no encontré respuesta”.
Decenas de feligreses LGTBI en la quinta asamblea de la Red Global de Católicos Arcoíris, celebrada en Madrid. / ALBA VIGARAY
50 madrileños
Decidió abandonar la fe y hacer pública su sexualidad acompañado de tres sacerdotes de su misma parroquia: “Dios se hizo el encontradizo y no fue hasta que encontré a otros como yo que entendí todo y comencé mi activismo”. Este fin de semana, el madrileño se rodeará de cientos de feligreses de su misma naturaleza en un encuentro al que se espera que acudan cerca de 100 españoles: “Seremos unos 40 o 50 madrileños”. El proceso que “tímidamente” inició Francisco continúa hoy con un acto que reanuda su legado. Desde que el pasado mes de mayo León XIV iniciase su pontificado, la comunidad LGTBI ha permanecido pendiente a cualquier declaración. “Ha hecho declaraciones que nos han entristecido y desanimado porque no ayudan a nuestra integración dentro de la institución. No obstante, entendemos su encuentro con James Martin como una disposición a la escucha y el diálogo”, sostiene. Mientras tanto, Óscar Manuel se apoya en sus aliados, mayoritariamente mujeres, dentro de la Iglesia que promueven la inclusión en todos los sentidos.
El activista insiste en distinguir entre las normas propias dentro de la Institución y lo que luego ocurre en realidad: “Es cierto que, a pesar de las declaraciones de Francisco y otros obispos a favor de abrirnos las puertas, no se ha cambiado ni una sola coma de los documentos oficiales que, aunque ya no son tan beligerantes, siguen siendo discriminatorios. Somos conscientes de que la Iglesia avanza más despacio que la sociedad, pero solo podremos cambiar las cosas si permanecemos dentro de ella”. En un intento de demostrar que no toda la institución discrimina al colectivo LGTBI, Óscar asegura que numerosos sacerdotes, religiosos y religiosas acogen y acompañan a su comunidad, “dando testimonio del Amor de Dios”.
Varios participantes de la quinta asamblea de la Red Global de Católicos Arcoíris. / ALBA VIGARAY
“Es cierto que esto no se ve y perpetúa el rechazo que seguimos sufriendo desde la jerarquía, pero hay obispos que nos apoyan”, insiste. Con la mente en el futuro, no cree que las cosas vayan a cambiar para su gremio en los próximos años: “Es probable que veamos el celibato opcional y el sacerdocio femenino antes que el pleno acceso de las personas queer al matrimonio religioso”. Su opinión contrasta con la de Luis Enrique (49), otro de los feligreses que ha tomado un vuelo de Madrid a Roma para el encuentro de este fin de semana. “Tengo fe y, por tanto, esperanza en el futuro. Esa es la razón de mi peregrinaje”, dice. Es auxiliar de enfermería y segundo vocal de CRISMHOM, agrupación a la que se unió en 2012 después de un segundo intento fallido de ser sacerdote: “Conocí la fe en el seno de mi familia, gracias a Dios, allí aprendí a amarle y reconocerle en los demás, viviendo en comunidad parroquial”.
“Talante conciliador”
Todo se torció cuando ingresó a la formación sacerdotal, donde le invitaron a abandonarla tras intuir que era homosexual: “Me dieron otros argumentos simplistas y poco creíbles, aunque en el fondo yacía la idea de que no era apto para el ministerio por mi condición afectivo sexual diversa”. Su presencia en El Vaticano este fin de semana responde, precisamente, a ese tipo de situaciones segregacionistas. “La peregrinación, que tiene lugar cada 25 años, pretende caminar como iglesia en sentido universal. Es un hito a la hora de normalizar nuestra realidad puesto que permitirá darnos a conocer, entablar diálogo sincero, mirarnos con amor evangélico, sin desconfianza mutua, reconociendo y poniendo en valor el don que cada uno es en sí mismo para la sociedad. En palabras del Papa Francisco, ‘Vivir la espiritualidad del encuentro’”, narra. Entre los eventos, una Vigilia de Oración este viernes a las 20:00 horas; y una Celebración Eucarística presidida por Mons. Francesco Savino el sábado a las 11:00 horas. Ambos en la Iglesia de Gesù, ubicada en la Piazza del Gesù en Roma.
El Papa León XIV en la Misa de inicio de su pontificado. / Michael Kappeler/dpa
A la hora de definir a Léon XIV, Luis Enrique utiliza las palabras “formado, equilibrado y con talante de pastor conciliador”. “Lo percibo con honda fe y ganas de que la Iglesia siga teniendo una voz esperanzadora para todos, especialmente para quienes sufren más”, sostiene. Si bien cree que es pronto para valorar su pontificado, el sanitario espera que pueda continuar con la línea aperturista marcada por Francisco. Acompañando a los cientos de asistentes, celebrarán también el Jubileo aquellos que no han podido hacerlo de forma presencial y lo harán en las diócesis particulares. “Es muy significativo que, por primera vez, la comunidad arcoíris católica se haga presente para unirnos al pueblo cristiano y atendiendo la invitación que convocó Bergoglio”, considera. Tanto Óscar Manuel como Luis Enrique acuden a Roma en un alarde de diversidad, que entienden no es más que un don de Dios.