5 junio, 2025

Descubren rastros de una enigmática civilización antigua en Colombia

Un equipo internacional de investigadores analizó el ADN de 21 conjuntos de restos humanos recolectados de cinco sitios en la meseta del Altiplano, en el centro de Colombia: los registros muestran la existencia de una población antigua, con una genética no relacionada con cualquier descendencia moderna. Se trataría de una civilización que puede haber sido parte de los primeros colonos en América del Sur, pero que posteriormente desapareció por completo y súbitamente hace aproximadamente 2.000 años.

Investigadores de la Universidad de Tübingen y el Senckenberg Centre for Human Evolution and Palaeoenvironment, en Alemania, y la Universidad Nacional de Colombia, han revelado la existencia de un grupo de cazadores-recolectores que habitaron el Altiplano cundiboyacense hace aproximadamente 6.000 años y cuya estirpe genética se extinguió por completo hace unos 2.000 años. El hallazgo, publicado en la revista Science Advances, aporta nuevas claves sobre las oleadas migratorias que poblaron Sudamérica en el periodo precolombino.

El equipo, liderado por el profesor Cosimo Posth y la arqueóloga Kim-Louise Krettek, analizó material genético recuperado de 21 individuos hallados en cinco sitios arqueológicos de la región de Checua, ubicada al norte de Bogotá, a unos 3.000 metros de altitud. Las muestras, extraídas de huesos y dientes, abarcan un intervalo temporal de casi 6.000 años, culminando justo antes de la llegada de los conquistadores españoles. Los restos más antiguos datan de alrededor de 4.000 a.C., cuando grupos de cazadores-recolectores se expandieron desde el norte del continente hacia el sur.

Un nuevo paradigma sobre el poblamiento de Sudamérica

“Son los primeros genomas humanos antiguos procedentes de Colombia que se publican”, subraya Posth en una nota de prensa, remarcando la relevancia de este estudio para conocer las rutas iniciales que poblaron América del Sur. Hasta ahora, se creía que los primeros habitantes del continente llegaron desde el noroeste, pero los datos de Checua confirman que estos pioneros se asentaron en el Altiplano antes de dispersarse a otras zonas andinas.

Cabe destacar que uno de los principales misterios que arroja la investigación es la desaparición total de la estirpe genética de estos primeros cazadores-recolectores. “No hemos encontrado ningún descendiente en individuos posteriores de la región de Bogotá”, explica Krettek en el comunicado. Entre los restos más recientes estudiados, de aproximadamente 2.000 años de antigüedad, no se detecta rastro alguno de la población inicial: eso implica que existió un reemplazo completo de la comunidad local, según los arqueólogos.

Los análisis genéticos señalan que la segunda migración, que inundó el Altiplano hace unos 2.000 años, procedió de áreas de Centroamérica y trajo consigo innovaciones tecnológicas como la cerámica. Además, probablemente introdujo en la región las lenguas chibchanas, ramas lingüísticas que aún se hablan en algunas zonas de Centroamérica y que, según la investigadora Andrea Casas-Vargas, de la Universidad Nacional de Colombia, “forman parte del legado cultural que dio origen a comunidades históricas como los muiscas”.

Una civilización desconocida y que se esfumó súbitamente

Además, Casas-Vargas señala que la desaparición total de los genes de la primera población es “inusual para Sudamérica”, donde se ha documentado cierta continuidad genética en los Andes y en el Cono Sur a lo largo de miles de años, incluso ante cambios culturales profundos. 

Referencia

A 6000-year-long genomic transect from the Bogotá Altiplano reveals multiple genetic shifts in the demographic history of Colombia. Kim-Louise Krettek et al. Science Advances (2025). DOI:https://doi.org/10.1126/sciadv.ads6284

Sin embargo, en el Altiplano bogotano se produjo un fenómeno distinto: tras la llegada de los nuevos pobladores, conocidos por sus nexos con las culturas precerámicas de la cuenca del Caribe, el linaje originario se esfumó sin dejar descendencia alguna.

Este estudio abre nuevas perspectivas sobre la migración y el poblamiento temprano de Sudamérica. El hallazgo de una corriente migratoria hasta ahora desconocida y su posterior extinción genética refuerzan la idea en torno a que las complejas dinámicas poblacionales en la región implicaron múltiples oleadas de colonización y reemplazos culturales.

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