MANILA, Filipinas (AP) — Hombres armados mataron a dos soldados e hirieron a 12 más desplegados para proteger un proyecto de subsistencia de la ONU en el sur de Filipinas, informaron el jueves funcionarios militares.
El ataque ocurrió el miércoles en la localidad de Sumisip, en la provincia de Basilan, y desencadenó un enfrentamiento en el que también murieron dos pistoleros, dijeron. El Ejército indicó que entre los atacantes había miembros del Frente Islámico de Liberación Moro, un grupo armado musulmán que firmó un acuerdo de paz con el gobierno en 2014.
Los agresores emboscaron un camión militar que transportaba a soldados asignados para proteger un proyecto del Programa de Desarrollo de la ONU, dijo el Ejército.
No había personal del PNUD viajando con los soldados, que se retiraron para evitar un conflicto mayor. Los hombres armados quemaron el camión militar, indicó el Ejército.
El jefe del Ejército filipino, el teniente general Roy Galido, dijo que las fuerzas armadas trabajaban con funcionarios provinciales y agentes del orden para asegurar que “se haga justicia a nuestros héroes caídos”.
El general de brigada Alvin Luzon pidió al Frente Islámico de Liberación Moro que tomara medidas contra los combatientes que participaron en el ataque. El Ejército prometió perseguir a los atacantes.
“Su participación socava los principios del acuerdo de paz y amenaza el progreso realizado en los esfuerzos de normalización”, dijo Luzon en un comunicado. “La responsabilidad es crucial para mantener la confianza y asegurar la integridad del proceso de paz”.
El frente rebelde moro fue el grupo insurgente musulmán secesionista más grande en el sur de Filipinas, hogar de la minoría musulmana en un país de mayoría católica, hasta que firmó un acuerdo de paz en 2014 con el gobierno que estableció una región autónoma musulmana llamada Bangsamoro en el sur.
El acuerdo de paz redujo considerablemente los enfrentamientos en la zona. Los antiguos líderes rebeldes se convirtieron en administradores de la región autónoma, que incluye la provincia de Basilan, bajo un período de transición que debía concluir con las elecciones de funcionarios regionales programadas para mayo.
Muchos de los 40.000 guerrilleros moro han acordado dejar sus armas de fuego y volver a la vida normal a cambio de paquetes de subsistencia bajo el acuerdo de paz. Sin embargo, miles de otros rebeldes han conservado sus armas mientras esperan a un proceso de desarme de varios años.
El proceso se ha retrasado ante quejas de que los exrebeldes no han recibido el dinero prometido y otros incentivos del gobierno.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.