Una familia oriunda de Villa Carlos Paz, que se mudó hace poco tiempo al barrio San Martín, en la franja norte de la ciudad de Córdoba, vive horas de angustia tras sufrir un ataque que incluyó la exposición a algún tipo de sustancia química para que no despertaran y el robo de una gran cantidad de sus pertenencias.
El pasado domingo por la madrugada, un grupo de extraños invadió la vivienda ubicada en cercanías de José María Galán y Soldado Ruiz, donde todos dormían. Subieron hasta las ventanas de la planta alta del domicilio y por allí ingresaron, según quedó registrado en grabaciones.
Sin embargo, la familia compuesta por dos adultos y dos mujeres jóvenes no se enteró de nada. Según investiga la Justicia, habrían sido sometidos a los efectos somníferos de algún compuesto sobre el que aún no hay determinaciones.
“Nos despertamos el domingo por la mañana en un muy mal estado de salud. Estábamos aturdidos; teníamos las caras y las extremidades entumecidas, vómitos y un gran dolor de cabeza. Nos despertó mi hija mayor que se dio cuenta que había sucedido algo y nos alertó”, contó la madre de la familia, de quien se reserva su identidad.
Al mirar a su alrededor, se dieron cuenta que los habían “desvalijado”.
“Se llevaron los teléfonos, las computadoras, los televisores, herramientas de herrería, electrodomésticos, libros, álbumes de fotos, dinero en efectivo, artículos de uso personal, tarjetas, los DNI, mochilas, carteras y una gran cantidad de artículos”, reconstruyó la mujer.
Durante las primeras horas de la mañana, cuando cada integrante de la familia trataba de recuperarse del malestar, llamaron al 911 para alertar a las autoridades de lo que había ocurrido.
“Vinieron a hacer un operativo. Pero al día siguiente, después de ver el vídeo que habían capturado las cámaras de seguridad, subí al techo de la vivienda y encontré varias pertenencias tiradas en los techos de los vecinos y en los patios”, aseguró la víctima.
El enojo fue ensordecedor, reconoció. “Sentí que la Policía no había hecho nada ese primer día. O no pudieron o no quisieron revisar: lo cierto es que no lo hicieron, y había varias pertenencias, de menor valor, en las viviendas colindantes”, expresó.
Pero las sorpresas continuaron. A raíz de un repaso detallado de las imágenes registradas por las cámaras, la familia detectó que uno de los delincuentes que aparecía en la grabación sería un usuario de una cochera, ubicada en la casa vecina, que guarda su vehículo allí.
“Esto quiere decir que todos los vecinos saben quiénes fueron los que entraron a robar a nuestra casa”, comentó con tristeza.
Minutos más tarde, comenzaron a rastrear los celulares y las computadoras. “La geolocalización de nuestras pertenencias dijo que estaban guardadas en la intersección de las calles Rodríguez Peña y Antonio del Viso”, expuso la madre de la familia.
Y agregó: “De inmediato dimos aviso a las fuerzas policiales, pero hasta hoy no se logró recuperar ningún objeto robado”.
Amenazas y preocupación
A pesar del gran dolor que les produjo el robo, y que incluyó un aparente ataque que es investigado por la Justicia contra una de las hijas de la familia, quien habría despertado con signos de haber sufrido daños físicos, las cosas no quedaron allí.
Cuando la familia comenzó a expresar su descontento a través de redes sociales; es decir, cuando el caso se empezó a conocer en el barrio, la familia debió soportar la intimidante presencia de desconocidos que llegaron hasta la puerta.
“Los vamos a matar a todos si siguen denunciando”, les gritaban, según aseguran las víctimas.
Ante las primeras denuncias a la Policía, no hubo una respuesta satisfactoria. “No nos cuidaron los dos primeros días, más allá de que no hubo detenciones”, dijo la mujer.
Entonces, las víctimas recurrieron a una mayor difusión del caso y la divulgación en la prensa. Recién allí, comentaron, las autoridades revirtieron esta actitud, se les entregó un botón de pánico, toda la familia fue asistida y se están articulando todo tipo de medidas de ayuda y de contención a la familia”.
Lo cierto es que en la actualidad sienten temor de salir a la calle y a pesar de estar encerrados en una casa, con un uniformado en la puerta, se perciben muy inseguros. Los vecinos del barrio San Martín organizaron una comisión de seguridad para hablar con el ministro y pedir que la Villa Los Galpones sea retirada del lugar de asentamiento, ya que hay una innumerable cantidad de delitos constatados por las investigaciones, cometidos por los individuos que residen en ese asentamiento ilegal.
“Estamos rodeados de narcotraficantes y de delincuentes que, al parecer, están protegidos por las mismísimas instituciones que deberían combatirlos”, expresó el matrimonio damnificado.
Desde el domingo, comentan, se encuentran en un estado de shock del cual ni las hijas del matrimonio, ni los adultos, pudieron sobreponerse.
“Hace tres meses llegamos desde Villa Carlos Paz. Vinimos a Córdoba para darle un mejor pasar a nuestras hijas, con esa ilusión. Jamás imaginamos semejante atrocidad y no estábamos, por supuesto, preparados para todo esto y rogamos que nadie más tenga que sufrir otro ataque así, instamos a las fuerzas a prevenir estos actos de delincuencia que deliberadamente se están cometiendo en Córdoba”, comentaron los adultos.
Por estas horas se encuentran esperando una respuesta de la Justicia. El deseo de la familia es recibir la noticia de que atraparon a los sospechosos que ya fueron identificados gracias a la cantidad de videos de las cámaras de seguridad que aportaron amablemente los vecinos..
Mientras tanto, se están articulando todos los medios para reubicar a la familia en un lugar seguro y a salvo.