Con una potencia rizomática, la aplicación de esta ley que ya tiene 18 años permitió -como se sabe- denunciar abusos sexuales y violencias, pero también genera la revisión de las propias vidas de las personas que se forman para ser docentes. La sexualidad vista desde la afectividad, y el deseo, situados en esta perspectiva, puede generan un profundo cambio social.