Canal 5, conocido como Televisión Nacional de Uruguay (TNU), es el canal de televisión pública del Estado.
Operado por el Servicio de Comunicación Audiovisual Nacional (SECAN), dependiente del Ministerio de Educación y Cultura, comenzó sus transmisiones el 19 de junio de 1963. Su sede está en Montevideo.
A lo largo de todos los gobiernos, incluido el de Luis Lacalle Pou, el canal ha operado consistentemente para promover la agenda cultural de la izquierda, más allá de los partidos políticos.
La directora
La directora de Canal 5 (TNU) es Erika Hoffmann, quien también preside el Servicio de Comunicación Audiovisual Nacional (SECAN).
Asumió el cargo en marzo de 2025, con el gobierno de Yamandú Orsi.
Nació en Montevideo hace 50 años. Está casada y tiene tres hijas. Pero lo relevante no es ni su estado civil ni su descendencia.
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Lo importante es su proyecto para un canal financiado con los impuestos de todos.
Su padrastro, Pedro Seré, fue uno de los fundadores de la Vertiente Artiguista.
Liber Seregni, líder histórico del Frente Amplio, frecuentaba su hogar durante reuniones fundacionales de la Vertiente en 1989.
Ella no adhirió a la izquierda moderada de la Vertiente, sino que simpatizó por el Partido Comunista.
Sesgo mediático a favor de la izquierda cultural
El canal tuvo un rol marcado en la cobertura de las elecciones departamentales de mayo de 2025, con transmisiones en vivo y mesas de “análisis políticos”.
Estos “análisis” promovían narrativas alineadas con la izquierda cultural, reforzando su agenda ideológica.
Cobertura de la “Marcha del silencio”
Canal 5 cubrió la Marcha del Silencio 2025 con un sesgo a favor de los familiares de los denominados “desaparecidos“, y una impronta anti militar, en línea con la agenda cultural de la izquierda.
Se transmitió en vivo y también a través de YouTube.
La transmisión de la marcha del 20 de mayo, realizada por el canal que se financia con los impuestos de todos, comenzó alrededor de las 19 horas, capturando el recorrido y los momentos clave por la avenida 18 de julio.
Hoffmann, desde el canal que debería ser de todos los uruguayos, priorizó las proclamas de quienes marchaban, alineadas con la narrativa de la izquierda cultural.
Se difundió la idea de que en Uruguay hay 197 desaparecidos, cuando en realidad hay 33 o 34, ya que el resto desapareció en territorio argentino.
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El canal ocultó que los familiares de los desaparecidos cobran indemnizaciones y reparaciones millonarias, también omitió que muchos de los desaparecidos fueron guerrilleros que cometieron delitos de sangre y atentaron contra la República.
El canal, que se financia con los impuestos de todos, utilizó la marcha del 20 de mayo para fomentar el relato de la izquierda cultural, generando un clima de odio y venganza.
Se difundieron mentiras, y se injurió a personas y organizaciones que no son de simpatía de la izquierda cultural.
Se usó un canal que se financia con los impuestos de los contribuyentes para promover una marcha alineada con la izquierda radical, donde se difundieron falsedades y se ocultaron verdades.
En los días posteriores al 20 de mayo, Canal 5 insistió en el asunto de los desaparecidos, repitiendo la narrativa de que en Uruguay hubo casi 200.
En ningún momento se hizo referencia a las reparaciones económicas que cobran los familiares, pagadas con los impuestos de la gente.
No se mencionó que los desaparecidos pertenecieron a bandas terroristas que atacaron la institucionalidad, y que muchos de ellos cometieron delitos de sangre.
Programas “periodísticos”
Desde marzo, el canal ha profundizado en sus programas “periodísticos”, que funcionan como propaganda de la agenda cultural de la izquierda.
Cuando se invita a algún político, las preguntas suelen estar diseñadas para reforzar las narrativas de la izquierda cultural, sin importar su afiliación política.
Los “análisis políticos” suelen ser realizados por el opinólogo Daniel Chasquetti, que en su juventud militó en el Partido Comunista.
Un canal al servicio de una agenda ideológica
En definitiva, el canal, que se financia con los impuestos de todos los contribuyentes, se ha transformado en un arma de propaganda para la agenda cultural de la izquierda, un patrón que se ha mantenido a lo largo de todos los gobiernos, incluido el de Luis Lacalle Pou.
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No hay pluralismo ni se expresan voces que desafíen esta agenda. Lo que hay es un relato permanente a favor de la izquierda cultural.
El canal se está pareciendo al de los gobiernos socialistas autoritarios, que usan un medio de comunicación que debería ser de todos para fines ideológicos.
Si Canal 5 sigue por este rumbo, se convertirá en Venezolana de Televisión, el canal de la dictadura chavista, donde solo se promueve una narrativa ideológica y se difama a quienes no la comparten.
Lo mejor sería cerrar para siempre el canal, y que el dinero que los uruguayos pagan para financiarlo se utilice en algo más útil.