“A la hora de determinar el riesgo de obstrucción a la investigación, puede ponderarse el silencio del investigado ante el juez o su negativa a colaborar pues, aunque ambas actitudes forman parte de las facultades inherentes a su condición procesal, no colocan al investigado en la misma posición que quien ha admitido su culpabilidad o coopera sinceramente a que el procedimiento satisfaga si objeto”
Sala de Recursos, Tribunal Supremo (Sala Penal) ponencia del juez Pablo Llarena, 23 de julio 2025.
Como era previsible, la Sala de Recursos, integrada por Juan Ramón Berdugo (presidente), Antonio del Moral y Pablo Llarena (ponente) desestimaron el recurso de apelación de la defensa de Santos Cerdán, exsecretario de Organización del PSOE, y han decidido mantenerlo en prisión, donde ingresó el 30 de junio pasado.
Los argumentos son los mismos que el juez instructor Leopoldo Puente describió en su resolución del 30 de junio: Santos Cerdán ejercía un papel “directivo” en la presunta banda criminal de Koldo García y José Luis Ábalos y como tal, está en condiciones de destruir pruebas.
Pero resulta que han pasado casi 40 días desde que el 20 de junio pasado un grupo de la Unidad Operativa de la Guardia Civil (UCO) visitó el despacho de Cerdán en la sede del PSOE en la calle madrileña de Ferraz y clonó la cuenta de correo electrónico del ex secretario de Organización.
Todavía no existe informe sobre los resultados. ¿Qué pasa? ¿Qué la UCO no ha encontrado nada contra él? ¿Y que, por tanto, no va hacer informe de descargo?
¿Y qué ha ocurrido con los datos patrimoniales? ¿Que tampoco han logrado obtener datos incriminatorios y por ello no han hecho un informe?
¿Y no hubiera sido pertinente aportar a la hora de debatir el recurso de apelación contra el auto de prisión esos informes?
Claro que no, porque como le ocurre a muchos periodistas, ¿resulta que ahora también vale para la justicia aquello de que “no dejes que la verdad te estropee una buena noticia“?
Pues eso parece.
En su ponencia, que los otros dos magistrados no han atinado a corregir, el magistrado Llarena señala el “conjunto de conversaciones telefónicas protagonizadas por los propios investigados y que resultan claramente indicativas y confirmatorias de la realidad que se investiga, todas ellas encontradas en dispositivos electrónicos que se incautaron con ocasión de la entrada y registro efectuado en el domicilio de Koldo García Izaguirre”.
Es que, con todo respeto, es que no hay “un conjunto de conversaciones telefónicas”.
Y esto, que ya fue evidente en la Audiencia Nacional- se bajaron los audios de una nube o iCloud- debía aconsejar cautela a la hora de ratificar el auto de prisión.
Diligencia de volcado
Porque ha quedado nuevamente de manifiesto en la diligencia de volcado de los audios celebrada este jueves 24 en la Sala Segunda del Tribunal Supremo para cumplimentar la solicitud de la defensa de Santos Cerdán en presencia de la letrada de Administración de Justicia.
Jacobo Teijelo, codefensor de Cerdán junto con Benet Salellas, que ha escuchado los audios, señala este jueves a El Periódico: “Verificamos que no son audios telefónicos, es decir, conversaciones telefónicas. Han sido obtenidos con una grabadora carentes de etiqueta alguna y con un volumen mínimo y una calidad inexistente, sin referencias entre los interlocutores de las conversaciones a nombres propios o apellidos de ninguno de ellos, no encontramos la razón de la atribución de las mismas Santos Cerdán, como hablante, no hay base alguna para hacerlo. No se puede entender que se acordase la prisión y se confirmase este miércoles sin haber verificado la atribución y sin tenerlos a disposición creando una falsa apariencia”
Este jueves 24 se ha dado traslado a las defensas y acusaciones los ocho gigas, equivalentes a 80 horas de navegación por Internet, pero sólo al PP, que coordina a las acusaciones populares personadas en la causa. La defensa de Cerdán presentará la semana próxima un escrito sobre la diligencia y cuestionará la atribución de los audios.
Llarena ha apuntado también que al negarse al principio a responder a las preguntas del juez -cosa que tras responder a su letrado modificó para aceptar, pero que el juez declinó hacer en esas condiciones-, Cerdan se había colocado en posición distinta a quien admite el delito o coopera a su esclarecimiento.
No parece que ni Koldo García ni Abalos colaboren -¿o sí? y hayan ingresado en prisión. ¿O se refiere Llarena a Víctor de Aldama? El que fuera colaborador de la Guardia Civil, que está libre y se mueve como pez en el agua, ¿visita platos de televisión anunciando quien será el próximo imputado?
Ayer, en el Supremo preguntada la letrada de Administración de Justicia, durante la diligencia de volcado de los audios, por qué no se ha hecho entrada y registro en casa de Cerdán, explicó que se descartó porque la UCO no iba a encontrar nada allí.
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