En los días de calor, las preparaciones frías y livianas se vuelven grandes aliadas. El escabeche de pollo y vegetales es una opción práctica, sabrosa y muy versátil, ideal para servir como entrada en la mesa de Navidad o para tener listo en la heladera y resolver una comida sin complicaciones. Se puede acompañar con verduras frescas, tostadas o un buen bollito de pan casero, y además permite reutilizar carne si te sobró pollo asado.
Ingredientes
- 1 kg de pollo
- 1 cebolla blanca
- 2 zanahorias
- 1 morrón
- 1 taza de aceite
- 1½ tazas de vinagre blanco
- 1 litro de agua
- Pimienta negra entera, c/n
- Sal, a gusto
- Hierbas a elección (laurel, tomillo, orégano, romero), c/n
Procedimiento
Empezamos picando las verduras. Cortamos la cebolla en pluma: retiramos los extremos, la partimos por la mitad, quitamos la capa exterior y, apoyando la parte plana sobre la tabla, cortamos en tiras finas. Pelamos las zanahorias y las cortamos en rodajas finas o en bastones. Al morrón le retiramos las semillas y las nervaduras y lo cortamos en tiras.
En una olla amplia colocamos el aceite y llevamos a fuego medio. Agregamos las verduras y las rehogamos suavemente, sin dorarlas, solo hasta que comiencen a ablandarse y desprendan su aroma. Incorporamos los granos de pimienta, la sal y las hierbas elegidas.
Sumamos el vinagre y el agua, mezclamos bien y dejamos hervir unos minutos para que los sabores se integren.
Aparte, cocinamos el pollo. Si usamos pollo crudo, lo hervimos hasta que esté bien cocido y luego lo cortamos en trozos medianos. Si es pollo asado sobrante, simplemente lo desmenuzamos.
Incorporamos el pollo a la olla con el escabeche, bajamos el fuego y cocinamos todo junto durante 15 a 20 minutos, cuidando que las verduras queden tiernas pero firmes.
Retiramos del fuego y dejamos enfriar. Para un mejor resultado, llevamos a la heladera y dejamos reposar al menos 12 horas antes de servir, ya que el escabeche gana sabor con el tiempo.
Para servir y conservar
Se puede servir frío o a temperatura ambiente. Acompaña muy bien con hojas verdes, tomates frescos, tostadas o pan casero. Conservado en un recipiente hermético y bien cubierto con el líquido, dura varios días en la heladera, manteniendo intacto su sabor.
Una receta simple, rendidora y perfecta para sumar a la mesa navideña o disfrutar durante todo el verano.
