19 enero, 2025

Exitosas, bellas, seducidas y engañadas

Icónicas, hegemónicas, emprendedoras y exitosas. Sus cuerpos y rostros son los más buscados por las marcas a la hora de vender sus productos por la admiración que generan con su sola presencia. Sin embargo, no pudieron evitar que sus parejas las engañaran. Desde la óptica masculina el cliché dice: “¿Cómo alguien puede engañar a Pampita?”, mientras las mujeres se preguntan “¿Si engañan a Ingrid Grudke, qué me espera a mí?”. Lo cierto es que ninguna de las mujeres paradigmáticas de la época fueron ajenas a la traición y en el último tiempo salió a la luz que Graciela Alfano, Ingrid Grudke, Carolina Ardohain y Wanda Nara, entre muchas otras, fueron seducidas y engañadas, algunas de ellas, incluso, por sus sucesivas parejas.

Un mismo patrón se repite en todos los casos. Se las ve en sus redes sociales felices, plenas, trabajando de lo que les gusta, y, a los pocos días, se destapa el infierno que vivían en la intimidad o que tal vez hasta ellas desconocían.

Emblema argentino. El caso de Graciela Alfano es una clara muestra de ello. Hasta hace unos meses se la podía ver en éxtasis en las playas de Croacia junto a su novio uruguayo, el millonario empresario automotor Carlos Bustín, en un velero de lujo al ritmo de la música de ABBA. Ella bailaba, sonreía y, a sus 72 años, creía estar viviendo el amor adolescente más pleno. Pero ya hacia fin de año sus posteos en soledad hicieron presagiar que esa relación habría llegado a su fin. Hace unos días, en una entrevista con Ángel De Brito, reveló que fue engañada varias veces por “un eterno seductor” que conquistaba mujeres frente a sus ojos. Ante las atónitas angelitas, Alfano resumió: “Él se levantaba mujeres en mi cara. Hubo un impasse, estuve con mi familia en Navidad y Año Nuevo, y cuando volví tuvimos una charla como dos personas adultas y pusimos punto final. Le pedí que no me llame nunca más”.

Otra víctima de la estafa emocional fue Ingrid Grudke. La modelo misionera parecía estar transitando el mejor momento de su vida. Referente de las pasarelas argentinas desde hace más de dos décadas, comenzó a incursionar en el mundo del fitmodel, disciplina que une alimentación sana, cuerpo esbelto y fisicoculturismo. De hecho, en el 2023 fue la única representante de Latinoamérica en el mundial realizado en Lituania. En sus redes regalaba belleza y felicidad, y sin embargo, por detrás y sin ella saberlo, se tejía una trama de engaño y lujuria. Su pareja de hacía seis años y con quien se mostraban llenos de amor, Martín Colantonio, mantenía una relación prohibida con la novia del sobrino de Ingrid. Una especie de sobrina política de ambos. Según los chats filtrados, los tortolitos aprovechaban descuidos en las reuniones familiares para encontrarse en puntos neutros y besarse apasionadamente. Una vez que se hizo público, la modelo reconoció que le empezaron a decir de su círculo íntimo que su ex pareja tenía diversas amantes porque a todas les decía que tenían una pareja abierta cuando no era cierto. Ella reflexionó en una entrevista con Karina Mazzocco: “Quizás no fui suficiente para él, pero me lo podría haber dicho”.

Reincidencia. Conocedora como pocas de la interacción entre hombres y mujeres en lo prohibido, Wanda Nara sufrió otra vez la desilusión por un amor que quedó trunco. Víctima en diferentes capítulos de su vida gracias a los affaires de Maximiliano López primero y Mauro Icardi después, ahora fue con L-Gante, su última pareja, que, tras años de seducción y de querer estar al lado de una de las mujeres más exitosas de la televisión argentina, ante el mínimo conflicto la abandona. No fue un engaño sexual pero sí emocional. Elián Valenzuela desafió a las clases sociales, a la prensa, a la Justicia y, cuando logró el beso público de su admirada Wanda, la dejó para seguir su vida con una sentencia afín a la poesía que le imprime a sus canciones: “Esta novela ya fue, termínenla sin mí”. A los pocos días se lo vio bailando muy acaramelado con Dakota Goth, una modelo y bailarina de 22 años.

Aunque la separación de Pampita y Roberto García Moritán pareciera noticia vieja, la realidad es que se separaron hace pocos meses. Y aunque la modelo hoy esté felizmente en pareja con el polista Martín Pepa, hasta hace un tiempo aún resonaba su tierna plegaria “le pedí a Dios un compañero de vida”. Pampita ya había sufrido el engaño de Benjamín Vicuña a merced de la implacable “China” Suárez, y la aparición del ignoto Moritán parecía calmar las aguas. Sin embargo, la exposición de su flamante marido y la incursión de este en la política lo transformaron y, en uno de los tantos viajes por trabajo de la modelo, cayó en la tentación de engañar a la mismísima Pampita y al Estado nacional en una investigación que continúa su curso por malversación de fondos públicos. Pampita, con su experiencia, en menos de 24 horas publicó datos concretos y el 20 de septiembre dio por finalizado el matrimonio y, lejos del escándalo, le sonrió a Susana Giménez a cambio de 10 mil dólares para verificar la oscuridad de su ex marido.

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