Nicolás Carpani Romero, uno de los detenidos por el fallido intento de robo a una sucursal del banco Macro en San Isidro con un túnel de entre 150 y 220 metros metros de largo y 4,5 metros de profundidad, fue extraditado este jueves por la noche desde Uruguay hacia Argentina, donde será indagado en las próximas horas por los fiscales del caso, Carolina Asprella y Patricio Ferrari.
El hombre de 34 años, de nacionalidad uruguaya y quien tiene antecedentes penales por drogas y robos, llegó al país escoltado por agentes de Interpol de la Policía Federal y quedó bajo la custodia de la Policía Bonaerense.
Carpani Romero fue detenido el pasado 19 de agosto en Montevideo, 12 días después de que un repartidor que había estacionado su camioneta en el centro de aquella localidad bonaerense frustró un robo que hubiera sido millonario al descubrir una varilla metálica que sobresalía del adoquinada, que derivó en el posterior hallazgo del túnel.
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Había sido arrestado en Montevideo y llegó a Argentina este jueves por la noche, escoltado por agentes de Interpol.
Sobre el sospechoso, miembro de la barrabrava del Club Nacional de Football, pesaba una orden de detención firmada por la jueza Andrea Rodríguez Mentasty, que a la vez derivó en una alerta roja de Interpol.
Según se pudo ver en el video del operativo difundido por el Ministerio del Interior uruguayo en X, Carpani fue identificado por los policías cuando circulaba en una camioneta: verificaron su identidad y le comunicaron que tenía un pedido de captura vigente.
Estaba vestido con una campera naranja y no presentó resistencia a las órdenes de los agentes. Y al revisarle el vehículo tenía bolsas con el distintivo de Nacional y cajas de herramientas. Esa misma tarde se realizó la primera audiencia de extradición para que pueda ser puesto a disposición de la Justicia argentina.
La Guardia Republicana detuvo a un hombre de 34 años, requerido por la uniad de Interpol de la Policía Federal Argentina, vinculado al intento de robo al banco de San Isidro a través de un túnel; poco después de que se publicara el alerta roja, solicitando su pedido de captura… pic.twitter.com/MSNkmhhNT0
— Ministerio del Interior (@Minterioruy) August 19, 2024 Fue, en definitiva, el tercer detenido por este caso. Previamente, habían sido capturados Alan Lorenzo, el otro uruguayo jefe de La Banda del Parque (tal como se conoce a la hinchada de Nacional), y Alejandro Rosendo López (42), con domicilio en Villa Paranacito, Entre Ríos,y quien sería la persona que cruzó en lancha a los integrantes de la banda desde Uruguay a la Argentina
Los investigadores llegaron a ellos gracias a una huella dactilar levantada del galpón desde donde se excavó el túnel, descubierto el 7 de agosto pasado en Chacabuco al 400, y la pista de una embarcación. La huella pertenecía a Lorenzo.
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Se trata de César Leonardo Cazenave Peña, uruguayo de 47 años y con varios antecedentes penales.
Luego, en septiembre, fue detenido César Cazenave Peña, de 47 años, también ciudadano uruguayo y ligado a la barra de Nacional, y con varios antecedentes penales. Sospechado de cumplir un rol de planeamiento y logística, sobre él también pesaba un pedido de Interpol. Fue encontrado en el Balneario San Luis, en Canelones.
Cómo se descubrió el plan
La secuencia empezó a las 8 de la mañana del martes 6 de agosto cuando el chofer de una camioneta vio una varilla que sobresalía de la calle y alertó a la seguridad del banco, según dijeron los investigadores a Clarín.
Alrededor de las 9.30 de la mañana del miércoles 7 de agosto, la Policía se comunicó con el área de Obras Públicas de la Municipalidad de San Isidro para saber de qué se trataba, buscando alguna obra o alguna tarea subterránea que desconocieran.
De los empleados con un pico pasaron a una retroexcavadora y cada vez más profundo. La travesía incluyó un caño roto y un llamado a Aysa para desagotar lo inundado.
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La vía subterránea era construida para cometer un robo en esa entidad, fue descubierta gracias a una varilla de hierro que asomaba entre los adoquines de la calle.
Abajo, un boquete de entre 150 y 220 metros metros de largo, a 4,5 metros de profundidad, estaba cerca de la bóveda de un banco, al filo de un golpe que podría haber sido millonario.
El caso generó conmoción entre los vecinos del barrio, quienes revelaron a los medios que en los días previos al descubrimiento habían visto movimiento de escombros en la zona y que habían escuchado fuertes detonaciones durante los fines de semana.
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Un comerciante comenzó a vender bolsitas con «tierra del tunel» a 200 pesos.
En las últimas semanas, esa sensación pareció quedar definitivamente atrás. Es que Clarín comprobó en una recorrida que para los vecinos del lugar se transformó en un nuevo lugar turístico, ya que varias personas pasan y se detienen a ver el lugar donde se cavó el pozo que descubrió el túnel que conducía a la bóveda del banco.
Sin embargo, uno de los hechos más insólitos es el de un comerciante de la zona, que le sacó provecho a la situación. Es que comenzó a comercializar unas bolsitas de nylon con tierra del túnel y un pedazo de baldosa del Banco Macro.
ES