El Patio de los Naranjos de la Mezquita-Catedral, y no es la primera ni será la última que se dice en esta Guía de Flora, supone todo un reto para los artistas por sus dimensiones, sus múltiples perspectivas, el color sobrio de sus muros, la intensa luz, el paso constante de visitantes… Pero, sobre todo, por ser un referente histórico y patrimonial con tanta historia y arte en su entorno que, sencillamente, abruma. Quizá, por eso, en las cinco ediciones (contando la actual) en las que este recinto ha acogido una obra en competición solo puede contarse a un premiado: fue la reconocida Emily Thompson con una magnífica instalación que le valió el pasado año el segundo premio de la sección competitiva y el premio del público.
Y es que hablamos del jardín-patio más antiguo de Europa, en el que los cordobeses se purificaban antes de que orasen en la Mezquita y, tras la conquista de Fernando III, el primer escenario de toda solemnidad cristiana en el exterior de la Catedral. Su configuración actual, incluso en número y variedad de árboles, ya era similar en el siglo XV, y es monumento nacional desde 1882 y Patrimonio de la Humanidad en 1994. Puede que en este 2025, el artista Michael Putnam dedique un gesto de empatía con la ciudad tras ese incendio en agosto que encogió el corazón a toda Córdoba.