El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, limitó el uso del Tylenol —popular marca comercial de paracetamol consumida en el país, en mujeres embarazadas y recién nacidos— al asociar el medicamento como “causante de autismo”, pese a críticas y advertencias del sector médico que califica el fármaco como seguro y necesario ante riesgos médicos más graves en el periodo de gestación.
Trump repitió en más de diez ocasiones la frase “no consuman Tylenol, no se lo den a los niños” durante la conferencia en la que oficializó sus acciones contra el medicamento al que su Administración liga directamente como un causante del autismo en el país.
Sin embargo, “a día de hoy, no existe evidencia científica suficiente que demuestre que el uso racional del paracetamol durante el embarazo sea causa responsable del desarrollo de autismo u otros problemas del desarrollo neurológico fetal de niños nacidos de madres que lo han usado”, explica Carlos Fernández Moriano, responsable del área de Divulgación Científica del Consejo General de Colegios Farmacéuticos.
Así, “debemos transmitir un mensaje de calma frente al alarmismo generado por las últimas noticias. Es cierto que se ha publicado algún estudio epidemiológico —sobre todo, de tipo observacional y retrospectivo— que apunta a una asociación entre estas dos circunstancias, pero también los hay, y quizás más sólidos, que demuestran que tal relación no existe”, señala el farmacéutico.
En todo caso, son estudios que, por su metodología, “pueden servir para encontrar una asociación entre dos o más factores o variables, pero no para demostrar que el uso racional del paracetamol durante el embarazo causa autismo, ya que pueden existir otros factores de confusión, como los genéticos, que de hecho se sabe que determinan el desarrollo de trastornos del espectro autista”.
Archivo – Un autodispensador de medicamentos / Alejandro Martínez Vélez – Europa Press – Archivo
Ni modificación ni precaución adicional
El sistema europeo de farmacovigilancia es un sistema muy garantista, que “vigila” la seguridad de los medicamentos antes y después de la autorización de estos.
Las agencias reguladoras, en nuestro caso la EMA, dispone de toda la información de reacciones adversas notificadas por profesionales, pacientes, industria, e incluso de otros estudios publicados, de manera rápida y eficiente, lo que permite analizar todas estas señales en conjunto.
Tras la pertinente evaluación de los riesgos, en caso de que sea necesario, se publican notas de seguridad o cambios en la información técnica que acompaña al producto. Hasta la fecha, “no se ha propuesto una modificación o precaución adicional” con la evidencia existente a nivel europeo.
“El consenso científico actual considera que, si es clínicamente necesario, para el tratamiento de la fiebre o del dolor durante el embarazo el fármaco de elección es el paracetamol, que se considera seguro siempre que se utilice la dosis mínima efectiva y durante el menor tiempo posible”, subraya Moriano.
Todo ello con la correspondiente evaluación por parte de un profesional sanitario que haya podido evaluar beneficios y riesgos según las características individuales de la paciente.
Desde la farmacia comunitaria, debido a la cercanía y proximidad con la población, los farmacéuticos, como profesionales sanitarios expertos en el medicamento, conocen el perfil de seguridad de los fármacos y están en disposición de asesorar y concienciar sobre el uso seguro de los medicamentos en etapas especiales como el embarazo.