Los neumáticos tienen que estar siempre en condiciones óptimas, ya que de lo contrario las probabilidades de sufrir un accidente aumentan y bastante. Pese a que se piense que solo es necesario cambiar las gomas en invierno para evitar problemas, ahora que ya han subido las temperaturas también es importante revisar si se calzan los neumáticos adecuados.
Existen diferentes tipos de neumáticos y cada uno de ellos se adapta a climas diferentes, teniendo en cuenta la temperatura y las condiciones atmosféricas. Hay dos en concreto que se adaptan perfectamente al periodo estival.
Antes de nada, hay que saber cuándo cambiar los neumáticos. La primera clave es cuando se desgastan y la profundidad del dibujo baja de los 1,6 milímetros, que es el mínimo legal. La segunda, es cuando empiezan a subir o a bajar las temperaturas.
Neumáticos de verano
Los expertos recomiendan cambiar los neumáticos en esta época del año cuando las temperaturas mínimas se mantienen estables por encima de los siete grados. Una primera opción es optar por los neumáticos de verano.
Estas gomas son las aconsejadas con temperaturas por encima de esos siete grados. A altas temperaturas, ofrecen un mejor agarre en carreteras tanto secas como mojadas y proporcionan mejor estabilidad en curvas y un mayor kilometraje gracias a su composición.
Por estos motivos, es mejor deshacerse de los neumáticos de invierno, si han utilizado durante estos meses pasados, y cambiar a los verano. No obstante, gracias a las condiciones climatológicas de España, también otra opción.
Neumáticos all season
Se trata de los neumáticos all season. Como su propio nombre indica, se pueden utilizar durante cualquiera de las estaciones sin problema, siempre y cuando no haya una oscilación exagerada de las temperaturas. Estas gomas funcionan bien con climas más templados, con veranos e inviernos suaves y nevadas ocasionales. Si la rueda lleva el el marcaje 3PMSF, se comportarán bien en temperaturas entre los menos 10 y los 30 grados.
Pese a que es legal, no es aconsejable llevar neumáticos de invierno durante el verano. Al estar diseñados para temperaturas bajas, la goma se endurece con el calor, reduciendo el agarre del neumático y aumentando la distancia de frenado. Además, no cambiar los neumáticos de invierno cuando empieza el verano afectará al bolsillo, ya que se desgastarán más rápido y habrá que cambiarlos antes.