El que fuera asesor del Ministerio de Transportes Koldo García reenvió al empresario Manel Salles Carceller, imputado en un caso de fraude en el IVA de los hidrocarburos, los mensajes de Whatsapp que le había remitido unos minutos antes José Luis Ábalos, en los que el exministro le trasladaba un enlace de un anuncio de un chalet en el portal inmobiliario Idealista: “Esta casa no me gustaría perderla”, requirió.
Se trataba en concreto de un chalet de 450 metros situado en la localidad de Rivas-Vaciamadrid, al sur de la capital. En los mensajes, que fueron enviados seis meses después de la salida de Ábalos de Transportes, el exministro advertía a Koldo que tenía que darse prisa para cerrar la operación de compra, pues “una gente” había concertado una cita con el vendedor, pues “también habían visitado” la vivienda “para negociar”. Por eso, esperaban “una oferta”.
Después Ábalos explica a Koldo que una persona, que identifica con el nombre de “Diego [Ríos]”, le había asegurado que “estaba disponible”. Todos estos mensajes de carácter personal de Ábalos fueron reenviados por Koldo al empresario Manel Salles.
José Luis Ábalos / Roca
Fuentes cercanas a Ábalos han asegurado a esta redacción que en los momentos en los que se envían los mensajes Koldo García trabajaba para la empresa Instalíbero, propiedad de Manel Salles. Y que fue el propio Koldo quien informó a su antiguo jefe de que Salles era asesor financiero, por lo que tenía relaciones con bancos.
Ábalos buscaba una entidad que financiara la hipoteca de su nueva vivienda, porque su banco no se la quería conceder “pues todavía no había liquidado bienes” y sobre él pesaban varias hipotecas. Pero al final no consiguió que ninguna entidad se lo financiara, por lo que tuvo que buscar otra vivienda, que encontró también en Rivas-Vaciamadrid: “No salió nada y se buscó otra para alquilar”, especifican a esta redacción las fuentes consultadas.
Reconocido por el vendedor
En los mensajes descubiertos por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que se han entregado al juez del caso hidrocarburos, Santiago Pedraz, Koldo García traslada a Salles la sospecha que le había comunicado Ábalos de que el exministro había sido identificado por el vendedor de la casa de Rivas-Vaciamadrid, por lo que dudaba de que pudiera comprar el chalé utilizando una empresa: “La otra cuestión es que me reconocieron y ahora no sé cómo encaja que sea una sociedad la que compre. No sé cómo se puede explicar”, lamentaba.
Y Koldo García le respondió indicándole que se hacía cargo del asunto. “Y lo otro lo hablo con este para ver cómo se puede explicar“, sentenció. “Lo que se me ocurre es que vaya a verla él y diga que le interesa a él (…) Y así tú desapareces”, propuso.
“En ese caso, lo mejor sería que yo le he hablado de la casa“, apuntó Ábalos, que corrigió rápidamente: “Pero luego me verían ahí viviendo, con lo cual difícil está”.
“A las 9 de la mañana”
Y dos minutos después de que Koldo informara a Salles de las peticiones de Ábalos, el exasesor comunica al exministro de que “le está llamando“. Y justo después le relata que habían quedado al día siguiente “a las 9 de la mañana”. “A ver si hay suerte”, contestó Ábalos, al que respondió su exasesor: “Ya hablaron un rato largo, así que bien“.
Meses después Ábalos trasladó su residencia a una vivienda en la localidad madrileña de Rivas-Vaciamadrid. Un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, adelantado por El Independiente, recoge que el exministro envió en agosto de 2022 a Koldo un mensaje con un anuncio inmobiliario: “Creo que alquilo este”, le comentó, en referencia a otra vivienda de Rivas-Vaciamadrid.
Y días después le confirmó que se mudaba allí y adjuntó una fotografía de la casa, añadiendo que el alquiler ascendía a 1.800 euros mensuales.
“Amistad” con Ábalos
En su declaración como testigo en el Tribunal Supremo Manel Salles aseguró al juez Leopoldo Puente que mantenía “una relación de amistad” con Ábalos. Y que ese fue el motivo por el que le envió el 19 de enero de 2022 un mensaje sobre el inmueble de La Alcaidesa, en Cádiz, que después reenvió al propio Ábalos, vinculándola a las gestiones realizadas para que la empresa Villafuel obtuviera una licencia para comercializar hidrocarburos.
Estas gestiones se produjeron meses después de que Koldo García realizara gestiones con los ministerios de Industria y de Transición Ecológica en favor de Villafuel, la empresa a la que se destinaban las gestiones de Víctor de Aldama, que según los mensajes habría cobrado comisiones por lograr las reuniones con miembros del Ejecutivo.
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