12 marzo, 2025

La brecha salarial se enquista entre los jóvenes y las mujeres ya entran cobrando un 19% menos

Las mujeres jóvenes entran al mercado de trabajo cobrando ya casi un 19% menos que los hombres. A medida que cumplen años esa brecha se agranda y gran parte de esa diferencia retributiva se explica por el desigual reparto de las tareas de cuidados de los hijos.

Así lo constatan los respectivos informes sobre brecha salarial e igualdad de género en el mercado laboral publicados este viernes por los sindicatos CCOO y UGT, que celebran la leve mejora de los indicadores en los últimos años, pero alertan de que todavía hay mucho camino por recorrer para alcanzar la paridad.

En el mercado laboral catalán, a más edad, más probabilidades de tener mayor sueldo. La capacidad para promocionar, acumular pluses y sumar complementos por antigüedad explica que, en términos generales, los senior cobren más que los jóvenes. Pero una vez esa correlación se disecciona por género, los datos muestran que a mayor edad, más brecha de género.

Una parte de ello se debe a que, como ya vienen señalando diferentes estudios sobre igualdad en el mercado laboral, casi la mitad de la brecha anida en los complementos. Es decir, un hombre y una mujer ostentan cargos similares, pero él cobra un complemento por peligrosidad, de libre disposición o de antigüedad que explica porque cobra un tanto porciento más.

No obstante, también existe un efecto composición. Es decir, ellos entran al mercado laboral a través de sectores que pagan mejor que donde encuentran ellas trabajo. “La incorporación al mercado laboral de los y las jóvenes se produce ya con desigualdades salariales“, alertan desde UGT. Si se calcula cuánto deberían subir los salarios de las mujeres para cobrar igual que los hombres entre los menores de 25 años, la diferencia es del 18,8%, tomando como referencia la última encuesta de estructura salarial del INE.

También hay un efecto parcialidad que explica esa diferencia. Es decir, hay hombres que entran ganando más que las mujeres porque hay una mayor proporción de ellos que empieza a trabajar a jornada completa, mientras que muchas de ellas lo hacen a jornada parcial, ya que combinan laburo y estudios. No en vano, en la franja de edad siguiente (de 25 a 34 años) la brecha cae bruscamente hasta el 11,6%, lo que se explica porque muchas de esas mujeres que estudian acaban sus formaciones y pasan a emplearse a tiempo completo.

Un dato preocupante es que, mientras la brecha salarial se ha reducido en todos los tramos de edad durante la última década, permanece enquistada entre los más jóvenes. En 2012, la diferencia retributiva entre los menores de 25 años era del 18,6% y en 2022, últimos datos disponibles, era del 18,8%.

El precio de ser madre

El paso a la maternidad y el posterior desigual reparto de sus responsabilidades explica gran parte de la brecha salarial. Y es que son ellas las que siguen, mayoritariamente, dando un paso atrás en sus carreras profesionales para hacerse cargo de la crianza. Así lo muestra la tasa de ocupación, es decir, la proporción de hombres y mujeres ocupados, sobre el total de hombres y mujeres disponibles para trabajar.

Mientras entre las personas sin hijos la brecha de género es de apenas 3,3 puntos (79,9% ellos, 76,6% ellas), esta se dispara y quintuplica tras tener críos (88,4% ellos, 71,3%). Otro dato que ahonda en esa línea es cómo se reparten las excedencias por cuidado de hijo,. En Catalunya, de cada 100 excendencias, 85 las cogen mujeres y las 15 restantes los hombres. 

Techo de cristal y suelo pegajoso

“Las mujeres están recortando distancia salarial con fuerza en la parte superior de la estructura, el que empuja arriba su media salarial, mientras que los salarios de los hombres crecen mucho por encima de los de las mujeres en la base de la estructura. Estamos rompiendo el techo de cristal, pero no conseguimos deshacernos del suelo pegajoso”, afirman desde CCOO.

Cada año CCOO y UGT presentan sus diagnósticos sobre cómo está evolucionando la brecha salarial. Este 2025 ha tenido especial protagonismo como propuesta para corregirla el anteproyecto de ley de reducción de la jornada laboral. Según sostienen las centrales, esta medida beneficiaría especialmente a las mujeres y ayudaría a reducir esa brecha. Ello lo explican debido a la alta presencia de mujeres con contrato tiempo parcial, hasta el punto de que ellas concentran tres de cada cuatro de estos contratos.

Si la jornada laboral se reduce a 37,5 horas semanales se producirían dos efectos. Por un lado, algunas mujeres pasarían directamente a tener una jornada completa, si están ya en un tiempo parcial muy elevado. Y todas verían aumentado su salario, ya que el precio hora aumentaría y las que no llegaran a las 37,5 horas semanales, pasarían a cobrar más por la misma jornada. Lo que, a efectos generales, provocaría una disminución de la brecha salarial. Y también podría promover, al liberar más tiempo, un más equitativo reparto de las tareas de cuidados.

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