5 febrero, 2025

‘La infiltrada’, el ‘thriller’ sobre ETA que aspira a lo más alto en los Goya y ha seducido a los espectadores

‘La infiltrada’, con 13 nominaciones a los Goya de este año, se presenta como uno de los dos filmes favoritos, si nos atenemos al número de nominaciones y al rédito en la taquilla, junto a ‘El 47’, que tiene 14. El filme compite también con ‘Casa en flames’ –el ‘rival’ de ‘El 47’ en Catalunya–, ‘Segundo premio’ –el filme que la Academia del cine español seleccionó para los Oscar– y otro título de raíz musical, ‘La estrella azul’. La directora de ‘La infiltrada’, Arantxa Echevarria, aspira también al Goya, así como Carolina Yuste, quien encarna a la agente de policía infiltrada en ETA, Nausicaa Bonnín y Luis Tosar, en las categorías de actriz y actor de reparto. La película está igualmente nominada al mejor guion original, fotografía, montaje, música, maquillaje y peluquería, sonido, dirección de producción y efectos especiales.

Echevarria y Yuste ya habían coincidido en ‘Carmen y Lola’, filme de 2018 sobre las relaciones entre dos jóvenes gitanas. De hecho, aquel fue el debut en formato largo de la directora y el primer papel importante, aunque no ninguno de los dos principales, de la actriz. En ‘La infiltrada’ Yuste impone su magnetismo y energía habitual en un personaje mejor interpretado que construido desde el guion. Se trata de una agente del cuerpo de la policía nacional que, con 20 años, y utilizando el seudónimo de Arantzazu Berradre, se infiltró en la organización terrorista y fue pieza clave para la desarticulación del comando Donosti, uno de los más antiguos de ETA, ya que se creó en verano de 1969. A este comando se le atribuyeron los atentados a Gregorio Ordoñez, Fernando Mujica y Miguel Ángel Blanco, así como la emboscada a varios policías en Rentería el 14 de septiembre de 1982.

El filme cuenta como trabó relaciones con la izquierda abertzale, se ganó la confianza de algunos de sus miembros y acabó conviviendo en un mismo piso con dirigentes de ETA. Huelga decir que tuvo que cortar toda relación con amigos y familiares. La película funciona mejor en el estudio de un comportamiento aislado, en los peligros sicológicos de una doble identidad, que en el retrato documentado de un contexto histórico crucial en la lucha contra el terrorismo, empleando elementos clásicos del thriller y el relato policial. Luis Tosar encarna al contacto de la protagonista en la policía, su jefe de operaciones, apodado Ángel el Inhumano, que prestó colaboración en la preparación de la cinta.

No es la primera película, sobre todo en los últimos tiempos, que trata las dos temáticas, tanto la de ETA como la de los infiltrados, pero sin duda es de las que ha obtenido una mejor respuesta comercial. Se estrenó el 11 de octubre –aún puede verse en varias salas de Madrid, Barcelona y otras ciudades–, recaudó 8.200.000 euros durante los tres meses de 2024 y en enero de este año ha sumado 350.000, en total casi tres millones y medio más de los que costó.

En 2004, en el filme ‘El lobo’, Eduardo Noriega encarnó a un agente de los servicios secretos españoles, Mikel Lejarza, que también se infiltró, entre 1973 y 1975, durante los coletazos de la dictadura franquista, en la rama político-militar de ETA. En 2017 aparecía ‘Fe de etarras’, un retrato en clave de humor negro realizado por Borja Cobeaga sobre los cuatro miembros de un comando terrorista que esperan noticias en un piso franco. Cobeaga ya había rodado tres años antes ‘Negociador’, otro relato en clave de comedia oscura centrado, en este caso, en las negociaciones entre ETA y el Gobierno español durante la tregua de 2005.

De 2014 es ‘Lasa y Zabala’, sobre el terrorismo de Estado concentrado en las actividades del GAL. Más reciente, de 2023, es ‘Maixabel’, centrada en el proceso que llevaría a Maixabel Lasa, viuda de Juan María Jauregui, otra víctima de ETA, a aceptar la entrevista en la cárcel que le propuso uno de los asesinos de su esposo, encarnado por el mismo Luis Tosar en un papel y registro bien distinto al de ‘La infiltrada’. En formato televisivo se han producido en los últimos años ‘La línea invisible’ (Movistar Plus+), sobre los orígenes de la organización, y ‘Patria’ (HBO), a partir del libro homónimo de Fernando Aramburu, además del documento ‘No me llame Ternera’ (Netflix), entrevista de Jordi Évole con el etarra Josu Urrutikoetxea.

ETA anunció el cese definitivo de toda actividad armada el 20 de octubre de 2011. Desde perspectivas distintas, y con la distancia y mesura que otorga el tiempo, se han realizado no pocos productos audiovisuales que reflexionan sobre aquella lucha armada que se cobró tantas víctimas y mantuvo en vilo a la sociedad vasca y española durante décadas de asesinatos individuales, atentados con bomba, secuestros y extorsiones. ‘La infiltrada’ es una más de las opciones. Su características básicas de thriller han jugado a su favor. Quizá ha perdido algo de perspectiva histórica. Que el tema sigue siendo atractivo lo demuestra el hecho de que Agustín Diaz Yanes ha dirigido ‘Un fantasma en la batalla’, producción de J.A. Bayona, Belén Atienza y Sandra Hermida para Netflix en la que Susana Abaitua da vida a una guardia civil que está más de una década en ETA como agente encubierta. Una diferencia importante, ya que una agente encubierta actúa con la tutela judicial, a diferencia de la infiltrada, y no debe romper literalmente con su pasado.

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