13 febrero, 2025

Los falsos mitos y prejuicios sobre el amor romántico dificultan las relaciones sanas de pareja

Pocos son los escaparates que no lucen estos días corazones, la máxima representación del amor romántico, y las declaraciones de amor proliferan en las redes sociales como antesala al día de San Valentín o el Día de los Enamorados, que se celebra cada 14 de febrero. Con motivo de esta efeméride, las parejas se hacen regalos, reservan cenas u organizan escapadas románticas. Pero ¿cuánto de mito y cuánto de verdad hay en lo que llamamos amor?

La psicóloga y sexóloga viguesa Emma Placer, colaboradora de FARO, asegura que cualquier día es bueno para celebrar el amor. “El problema es cuando se convierte en una obligación y genera expectativas irreales”, advierte.

En similares términos se expresa Raquel Morado, psicosexóloga en el centro Con Mucho Gusto! de Santiago. “Nunca estaré en contra de festejar, de recrearnos colectivamente en aquello que nos da alegría y nos hace felices. Pero, ¿de qué hablamos cuando hablamos de amor? Me temo que San Valentín se ha empleado como excusa para generar una necesidad de consumo: parece que si no compras un regalo caro a tu pareja o la llevas a un restaurante elegante, la quieres menos. Pero esta fecha también puede ser una oportunidad para celebrar y reivindicar otras formas de amor que tienen más que ver con el afecto, el cuidado y la conexión con las personas a las que queremos, no solo con la pareja (si la tenemos)”, opina.

En el imaginario colectivo perduran no pocos mitos románticos que se replican en la literatura y el cine y que no contribuyen, precisamente, a construir relaciones sanas de pareja. Para Placer, uno de los primeros mitos que deberían desterrarse es ese que propugna que el amor lo puede todo. “En realidad, el amor no puede nada. Sin nuestra conducta, la emoción se descontrola. El amor no es una emoción primaria, en todo caso el miedo es más determinante, por eso apostarlo todo a la carta del ‘amor’ es perder la partida”, advierte.

Hay otros muchos mitos: “el amor duele”, “mi media naranja”, “somos almas gemelas”, “los celos son una muestra de amor”, “para ser feliz hay que tener pareja”, “por amor, todo vale”, “el príncipe azul”, “quien te quiere te hará llorar”, “sin ti no soy nada” y “no puedo vivir sin ti”…, que alimentan las creencias que ligan las relaciones afectivas con el control, los celos, los sacrificios extremos y el abandono del propio ser en manos del otro, e imposibilitan tener un amor sano y “querer bien” a la otra persona.

“La cultura construye, modela la idea que tenemos del amor. Ya desde la infancia, recibimos constantemente información y aprendemos que el amor verdadero es exclusivo, eterno y que todo lo puede; los celos como prueba de afecto y la búsqueda de ‘la media naranja’; todos los mitos del amor romántico están constantemente representados en las diferentes expresiones culturales. Y claro, esto nos marca y generamos unas expectativas poco realistas y a veces poco saludables de lo que debemos esperar de las personas con las que nos relacionamos amorosamente”, argumenta Morado.

“Somos seres sexuados desde que nacemos hasta nuestro último día”

Emma Placer

— — Psicóloga y sexóloga

Cuando se habla de la pareja, enseguida nos viene a la mente la imagen de gente joven, heterosexual y que responde al canon estético actual, lo que perpetúa los prejuicios. “Las representaciones predominantes en la televisión, las redes sociales y otros medios generan una imagen del amor y la pasión centrada únicamente en la juventud, los cuerpos normativos y la belleza hegemónica. Esto no solo limita nuestra concepción del amor, sino que también invisibiliza a quienes no encajan en estos moldes, excluyendo las relaciones y la sexualidad de quienes ya no se consideran jóvenes o normativamente deseables. Puede ser un ejercicio bonito darnos un paseo observando cómo el amor no tiene una forma única. Seguramente confirmaremos que todas las etapas de la vida pueden estar llenas de afecto y deseo”, dice Morado.

Respecto a esto, Placer asegura que el amor no entiende de edades, aunque reconoce que el edadismo está ahí, especialmente hacia las mujeres. “Existe una creencia falaz de que a partir de cierta edad somos invisibles o no válidas para seducir, amar… Esos prejuicios refuerzan y amplían esos mitos que están asociados a la sexualidad, como la pérdida de interés y de deseo sexual a partir de ciertas edades, cosa que está demostrado que es completamente falsa. Somos seres sexuados desde que nacemos y, aunque nuestra expresión sexual cambia se mantiene hasta nuestros últimos días”, asegura.

“Los mitos del amor romántico están en todas las expresiones culturales”

Raquel Morado

— — Psicosexóloga

El ritmo de vida actual puede resultar un reto para la vida en pareja. “Las largas jornadas laborales, la exigencia de productividad y la inmediatez con la que vivimos nos deja poco espacio, también para nuestras parejas y, en general, para las personas que queremos y con quienes compartimos nuestra vida”, afirma Morado.

¿Cómo mantener entonces la chispa? Según Placer, jugando. “El juego favorece la ilusión, el placer, la experimentación, la curiosidad, el descubrimiento… Las personas cambiamos y a través del juego puedes conocer siempre cosas nuevas de tu pareja”, comenta.

Desafíos de la vida en pareja

Las nuevas tecnologías también afectan a la forma en que vivimos las relaciones de pareja. “Las pantallas no son cálidas –afirma Placer–, ponen una pared en la comunicación de pareja, distraen del contacto visual tan necesario. Sería conveniente que en ciertas ocasiones en pareja pusiéramos en pausa el uso de pantallas”.

Pero no por ello hay que restarles valor. Ya lo demostraron en la pandemia, permitiendo la comunicación a distancia y sigue favoreciendo las relaciones a personas que pertenecen a colectivos para los que el entorno aún es hostil. “Para muchas personas LGTBIQA+, la tecnología ha sido clave para relacionarse de manera segura, encontrar comunidad y acceder a espacios de apoyo”, dice Morado.

Pero los verdaderos enemigos de la pareja es la violencia que, advierte Placer, está en muchos detalles. “La calidez en las palabras que decimos a nuestras personas queridas es clave para predecir un futuro cómodo y confortable en pareja”, alega.

En la sociedad de la inmediatez, ¿el amor también lo es? Parece ser que no. “La sensación de enamoramiento o encantamiento dura exactamente lo mismo que antes, ya que existe una cuestión química indiscutible. Lo que ha cambiado, afortunadamente, sobre todo para las mujeres, es que somos más independientes y podemos tomar decisiones sobre continuar o no la pareja sin que esto afecte a nuestra estabilidad económica o social”, expone.

En este sentido, Morado sostiene que el hecho de que haya más separaciones no quiere decir que el amor dure menos, nos queramos menos o que queramos peor. “Muchas veces, que dos personas decidan poner distancia entre ellas puede ser un gran gesto de amor y de cuidado. Mantener una relación con alguien con quien no estamos a gusto, con quien no conseguimos entendernos o que directamente nos hace daño es algo que debemos evitar”, añade.

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