Buenos Aires. En las últimas horas del jueves, la música argentina quedó enlutada por la muerte de Yaco Monti, el recordado cantante y actor nacido en Villa Mercedes, San Luis, tras batallar con una dura enfermedad en Buenos Aires. El eco de su voz melódica, capaz de emocionar a generaciones, aún vibra entre quienes lo escucharon transformarse en mito.
El intérprete supo hacerse dueño de los escenarios desde los años 60, cuando su repertorio cruzaba límites entre la balada romántica y el folclore cuyano. Nadie olvida aquellos versos de “Siempre te recordaré”, la canción que grabó a fuego su nombre en la fama nacional. Luego llegaron otros himnos, como “Volveré a San Luis” y “Un dolor de adiós”, que lo consagraron en todo el mapa de la música argentina y lo llevaron al éxito internacional.
Pero la huella de este artista no se limitó a la música. Yaco brilló en el cine argentino; dejó su impronta en películas como Escala musical (1966), compartiendo pantalla con Osvaldo Miranda y Beatriz Taibo, entre otros; y Escándalo en la familia (1967), donde participaron figuras como Niní Marshall.
El legado de Monti también se expandió al componer para otros grandes: Leonardo Favio, Los Galos, Los Pulpos y la mexicana Imelda Miller fueron algunos de los que supieron de su talento, lo que terminó por crear lazos que tejieron la historia de la música romántica en toda América Latina.
Nacido el 18 de diciembre de 1944 en Mercedes, San Luis, bajo el nombre de Julio César Eugenio, su padre, custodio severo del futuro, le enseñó a tocar la guitarra, aunque sin permitirle dejar sus estudios. “Se podía ser maestro o estudiar en la Fuerza Aérea. Maestro no quería ser. Me gustaban las motos, así que fui a la escuela militar”, relataría sobre esos primeros años.
Eligió el apodo “Yaco” por Yacomo, nombre que encontró en la biblia, y “Monti” por el apellido de su madre. La combinación, años después, le daría la razón.
El destino lo llevó, en 1966, hasta el Festival Internacional de la Canción Parque del Plata en Uruguay. En el escenario, Yaco cantó “Siempre te recordaré” (reconocida también como Qué tienen tus ojos) y, en la mitad de la interpretación, el público lo ovacionó con tanta fuerza que se anunció su victoria. Ese aplauso le concedió una oportunidad: ser convocado por Emi Odeon. Así grabó su primer disco, cuyas ventas cruzaron fronteras, conquistando América y Europa.
En el ámbito familiar, fue padre de tres hijos, dos de los cuales heredaron la pasión: Facundo, cantante y compositor, autor de “‘Cuando tú me quieras”; y Jonathan, cantante y bajista del Bahiano.