Desde 1810, Peugeot ha convertido la precisión, la innovación y la pasión por el oficio en su sello distintivo. Hoy, la marca respalda los Premios Casa Gourmet, uniendo legado industrial y excelencia gastronómica
Para la mayor parte del público, Peugeot es una marca automovilística. Y, por supuesto, lo es: una de las más antiguas del sector aún en activo. Pero si le preguntas a un chef, probablemente lo primero que le venga a la cabeza sea su molinillo. Y es que, aunque no todo el mundo lo sepa, Peugeot tiene un reputado lado gourmet cuyas raíces llegan hasta 1810, año en que la familia transformó un molino hidráulico en el Doubs francés en un taller metalúrgico.
Fue allí donde, trabajando con maestría el acero, comenzaron a crear sierras, cuchillas y, poco después, sus célebres molinillos de café y pimienta, que todavía hoy se fabrican y venden siguiendo el diseño original. De hecho, el famoso emblema del león que hoy corona los coches Peugeot nació en 1850 para representar el filo, fuerza y precisión de los primeros productos de la marca.
En 1889, la firma presentó su primer vehículo, el Serpollet-Peugeot, una curiosidad mecánica para la época. Y aunque no lucía todavía el león en su frontal —se incorporaría en 1905—, los cimientos de aquel invento, y los que vendrían tras él, eran exactamente los mismos que habían sustentado sus icónicos molinillos: técnica, creatividad, precisión, pasión y ambición por ir siempre un paso más allá.
Peugeot con los Premios Casa Gourmet
Del mismo modo que en Peugeot, la alta cocina y el universo vinícola combinan creatividad, conocimiento y respeto absoluto por los procesos. Cada plato y cada vino que alcanzan la perfección nacen de la observación, la maestría y la experiencia acumulada durante años. Por eso, no es casualidad que Peugeot apoye la primera edición de los Premios Casa Gourmet, un encuentro transversal impulsado por Prensa Ibérica y Casa Gourmet que reconoce la excelencia gastronómica en España.
Celebrado en Barcelona, los Premios Casa Gourmet pretenden ser un homenaje al producto nacional y a todas las manos que lo cuidan, valoran e impulsan, desde bodegas, productores locales y directivos hasta marcas gourmet, restaurantes, proyectos de innovación y sostenibles y experiencias enoturísticas. Todos ellos, como Peugeot a lo largo de sus 215 años de historia industrial, son ejemplo de cómo la tradición y la calidad no se improvisan: se perfeccionan.
El tiempo, ingrediente de la excelencia
La historia de Peugeot, desde la pequeña herrería familiar en Doubs hasta la compañía que hoy impulsa el diseño, la electrificación, la seguridad y la tecnología más avanzada en la industria automotriz, es la de un oficio que se ha ido perfeccionando a través de dos siglos.
Como en la mejor gastronomía, para Peugeot el tiempo no es un coste, sino un ingrediente esencial en la receta de la excelencia. Como un vino que madura lentamente en bodega o un queso que alcanza su perfección tras meses de dedicación, sus coches son el fruto de un largo y constante proceso de aprendizaje en el que, respetando la herencia, se atreven a reinterpretarla y mejorarla.
Por ello, algunos modelos históricos de Peugeot bien podrían recibir su propio galardón en unos Premios Casa Gourmet imaginarios creados ad hoc para el sector de la automoción: el Type 156, elegido como coche oficial por el Presidente Millerand, recogería el premio a la “Excelencia institucional”; el 402, con su equilibrio entre estética y función, se alzaría con el reconocimiento a la “Mejor presentación y diseño”; el 504, con más de 40 años en producción y presencia en 13 países, merecería el galardón a la “Trayectoria y fiabilidad”; el 205 GTI, con su carácter rompedor, encajaría en “Innovación tecnológica”; el 505, precursor del SUV moderno, encabezaría la categoría de “Liderazgo e inspiración de futuro”; y la gama SUV de hoy —Peugeot E-3008, 3008, 2008 y 5008— destacaría en “Fusión de tradición y modernidad” y “Sostenibilidad”, combinando 215 años de legado con innovación, diseño, seguridad y tecnología de vanguardia.
La calidad no se improvisa: se perfecciona
La trayectoria de Peugeot no es una mera colección de coches, sino un relato industrial que conecta de manera sorprendente con los principios de la gastronomía. Desde los molinillos presentes en millones mesas y en los mejores restaurantes, a los SUV electrificados que recorren hoy las ciudades del mundo, la casa francesa ha sabido evolucionar, innovar y superarse sin perder sus raíces. Y en un evento como los Premios Casa Gourmet, donde se celebra la autenticidad, la innovación y el esfuerzo que hace posible la excelencia gastronómica, este mensaje cobra especial sentido.
Hoy, dos siglos después, Peugeot sigue compartiendo con la gastronomía española la misma convicción: la tradición no se improvisa. Se perfecciona.
