Por Martín Ávalos
(Escritor)
En una oportunidad, en una caja en la casa de una amiga, entre libros encontré unas hojas sueltas: el prólogo de Baudelaire a un libro de Rimbaud. Sentado en el suelo leí esos párrafos escritos con tanto fuego que calentaban almas a distancias (esas distancias que enamoran, diría V. H. Cúneo). De igual manera el prólogo que antecede al libro Antes y después de Caseros de Luis Franco es un texto acabado en sí mismo que podría vivir fuera del libro, integrando otros libros, o a modo de plaqueta o fanzine: pasquines del pensamiento libre. Pero vayamos al texto en cuestión:
Escrito por Luis Danussi el Prólogo que tengo en mis manos pertenece a la edición de 1954 de la editorial RECONSTRUIR, Colección Radar. El mismo más que anticipar contenido de la obra que le continúa es una revalorización de la conducta, moral o ética de su autor. El tocayo Danussi comienza de la siguiente manera loable: Resulta imposible referirse a Luis Franco, aún con relación a este trabajo sobre Rosas, sin recordar que nos hallamos ante uno de los valores más auténticos de la literatura de nuestra América. Y le sigue con que comenzó publicando poesía en sus años mozos y va nombrando alguno de ellos de este poeta nacido en Belén, Catamarca, hace más de un siglo, allá en 1898, diez años después de la muerte del “padre del aula y la civilización, don Sarmiento. Lo menciono para ir trazando en nuestras mentes una línea histórica y de pensamientos encontrados.
Roberto Arlt -sigue diciendo Danussi- condensa, por su parte, la impresión que le produjo la lectura de “Suma” en esta forma:
“Y la envidia grita:
¡Maldito seas por la música que se escapa de tu flauta divina y por no haber encontrado un pie que empujara tu libro al fondo del mar!”
¡Con las palabras firmes de Arlt a quién no le da ganas de correr a buscar Suma! ¡A quién no las ganas de volver a leerlo al mismo Arlt! ¿O es que acaso las angustias vividas por Silvio Astier en El Juguete Rabioso o por Remo Erdosain en Los Siete Locos/lanzallamas no son suficientes para considerar a Roberto Arlt uno de los nuestro, y su elogio a Suma, garantía suficiente de sensibilidad? ¡Quien esté libre de temores y penas que arroje el primer misil sobre un hospital infantil!
Las loas a Luis Franco vienen a cuenta de su labor poética, ¿Y su prosa? Se pregunta Danussi; también allí nos topamos con un magnífico escritos y continuador de su pluma poética, nos asegura el prologuista. “Cómo no ha de ser importante lo que escribe y lo que dice si, además del acierto y la belleza en la forma de expresarlo, no conoce limitaciones a la espontánea fluidez de su pensamiento; si no está atado a creencias ni dogmas que reduzcan su horizonte espiritual; si ignora lo que es escribir una sola línea respondiendo a intereses subalternos; si vive emancipado de toda preocupación de índole material, de convencionalismos o afanes publicitarios. Si es libre. Totalmente libre.
Para ganarse el sustento, trabaja la tierra, (…)
Nuestro poeta es un hermano del suelo y de las ideas puras del humanismo. Ninguna línea de pensamiento parece haberlo privado de su libertad de pensar, sentir y actuar. Y así, con esa pureza, se larga a revisar nuestra historia nacional para hacernos ver algunos detalles y dudar, con sentido común y práctico, de algunos discursos y hechos históricos buscando nuestra auténtica libertad.
Estos escritos de hace más de 70 años siguen pareciéndome continuidad (si me sitúo en este presente histórico del 2025), continuidad de lo inverosímil. Gobiernos que en nombre de la Libertad saquean a su pueblo despilfarrando su patrimonio, pisoteando la cultura, con un discurso de odio y descalificador en pos de una ficción mercantil de bienestar, negando todo sentimiento estable en una explosión de emociones pasajeras y de ira. Gobiernos que aun cuentan con el apoyo del pueblo subyugando. No va a ser fácil la tarea de reflexión y emancipación Luis Franco. Igual no claudicaremos en la tarea. Por una educación popular, seguiremos.
