21 junio, 2025

“Que te jodan, Bosman”: Brasil lidera la rebelión contra Europa y da sentido al Mundial de Clubes

“El cementerio del fútbol está lleno de favoritos”. Renato Paiva, entrenador del Botafogo, confirmó la advertencia que habían preparado equipos como el Palmeiras, contra el que ahora puede cruzarse en un Mundial de Clubes que ha saltado por los aires gracias al efecto provocado por los equipos de fuera de Europa, con Brasil a la vanguardia de la rebelión. El triunfo del Fogão, campeón de la Libertadoers, tumbó al PSG y Luis Enrique no se ocultó en excusas: “Es el equipo que mejor nos ha defendido”. Antes se produjo el empate de Boca contra Benfica; después llegó la victoria de Flamengo al Chelsea, la de Inter Miami al Palmeiras, el empate de Monterrey frente al Inter de Milán, la igualada de Fluminense frente al Borussia Dortmund…

La Ley Bosman que lo cambió todo

Un nuevo orden que un periodista brasileño celebraba en el hotel de la FIFA con sorna: “¡Foda-se, Bosman!”, que también se leía en redes sociales. Alguno también se ha acordado de la declaración de Mbappé minusvalorando el fútbol de Sudamérica. Pero el entrecomillado es una clara alusión al hombre que cambió el fútbol para siempre y que el Mundial de Clubes está consiguiendo traer a un estadío anterior. Cuando Latinoamérica competía e incluso dominaba a los equipos europeos, que no eran financiera ni futbolísticamente más fuertes.

Uno de los aspectos que mejor explicaba el equilibrio de poderes era la limitación de jugadores extranjeros en las plantillas europeas. Hasta que Bosman, un jugador belga sin demasiado cartel, denució su caso. Al terminar contrato con el Liège de su país quiso fichar por un club galo, el Dunkerque. Era agente libre, pero su club exigió una indemnización por traspaso que Bosman denunció argumentando que eso violaba el derecho a la libre circulación de los trabajadores en Europa.

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) le dio la razón y esa sentencia marcó en 1995 un antes y un después en la regulación del mercado de fichajes. En la práctica, esto permitió que los jugadores pudiesen marcharse libremente al terminar contrato, sin que el club de origen tenga que recibir compensación. Como fórmula de protección se fijaron las cláusulas de rescisión. Pero el mundo cambió por completo a través del fútbol. Desde entonces se ha producido un incesante trasvase de jugadores hasta el Viejo Continente.

La sequía que cortó el Botafogo ante el PSG

Esto, lógicamente, se ha traducido en un dominio incontestable de los conjuntos europeos contra los sudamericanos y de otras latitudes cada vez que se han visto las caras en torneos internacionales cortos y adaptados al calendario del poder dominante. El gol de Igor Jesus, delantero de moda en Brasil, al PSG para darle la victoria a Botafogo cortó una serie histórica que se remontaba al 16 de diciembre de 2012. En Yokohama, Japón, país que acogió el Mundialito con periodicidad durante un tiempo, Corinthians derrotó al Chelsea con un tanto de Paolo Guerrero.

Más de 13 años de encuentros fugaces en competiciones preparadas para que el campeón de la Champions abrigase su temporada con un torneo peligrosamente preparado. Solo hace falta ver la Copa Intercontinental en la que el Real Madrid esperó cómodamente en la final a que el resto de equipos se despedazasen. Entre ellos, el propio Botafogo, que perdió ante Pachuca, el rival que medirá si el deficiente debut de Xabi Alonso fue el principio del crecimiento o una realidad de la que no saldrá en EEUU.

Los clubes europeos están siendo víctimas de su propio caché: reciben hasta 38 millones de dólares por los 15 de Sudamérica y los menos de 10 que perciben los equipos mexicanos. Esto, lógicamente, les obliga a jugar en el ‘prime time’ europeo (a partir de las 21:00) que coincide con las 15:00 horas de EEUU. Esto les obliga a jugar al borde de las peores horas de calor y en una franja del día en la que equipos como el Real Madrid están poco acostumbrados. Pero, como dicen los empleados de los equipos consultados por este medio, “es igual para todos”.

El calendario sobresaturado de Brasil

Los representantes europeos saben que escudarse en factores externos no acorta la distancia que debería haber con el resto. Es la teoría, aunque la práctica está demostrando que en Sudamérica hay equipos con gran desarrollo táctico, más allá de lo que puedan inidicar las fuerzas. Es cierto que para los equipos de la Conmebol, la cita llega en un momento idóneo, en medio de la temporada, mientras que para los europeos es un añadido al final de una larga campaña. Sin embargo, fuentes de los clubes brasileños recuerdan que en su país hace años que el calendario está igual de saturado.

E enero a abril se juegan los campeonatos estaduales, como el Paulista o el Carioca. A partir de ahí, el Brasileirão. Entre febrero y noviembre se disputa la Copa do Brasil, a lo que hay que sumar la Libertadores o Sudamericana, además de la Supercopa do Brasil. En total, entre 70 y 80 partidos como los que acumulan los jugadores que están en Europa y que compiten con sus selecciones. El doble calendario estatal y nacional siempre ha generado críticas debido a su saturación, pero se ha mantenido inamovible y, al final, ha terminado por generar escenarios de resistencia.

A partir de ahí, cada club tiene su casuística. Palmeiras, que ha empatado con Oporto y ha ganado a Al Ahly es un equipo con un núcleo competitivo firme, formado por futbolistas como Weverton, Gustavo Gómez o Raphael Veiga. Pero la clave de todo es Abel Ferreira. El portugués fue el artífice de un Braga histórico que se convirtió durante años en uno de los grandes ‘underdogs’ de Europa. Desde 2020 ha conseguido implementar en el club del que ha salido Endrick o ha regresado Vitor Roque, un estilo que mezcla lo mejor de todos los continentes.

El Flamengo de Filipe Luis, candidato ascendente

Su gran enemigo ha sido, precisamente, el Botafogo, del magnate estadounidense John Textor, de ahí su particular interés para que el Mundial de Clubes sea un éxito. Será un modo de compensar las dificultades que atravesó Eagle Football Holdings, grupo que también controla el Olympique de Lyon. De ahí la alegría inmensa del histriónico empresaria por vencer al PSG, al que también tiene en su amplia cartera de adversarios. Botafogo hizo historia al ganar la pasada Libertadores por primera vez en su historia.

El timonel del club que tiene como leyenda a Garrincha es otro técnico luso: Artur Jorge, que tiene a sus órdenes una nómina equilibrada, pero sobre todo muy competitiva, de la que forman parte Igor Jesus, Savarino o Arthur Cabral. Brasil, con un modelo económicamente más rentable que el argentino, ha sido un imán para preparadores de talento. A los comentados hay que unir a Filipe Luis, que dio un golpe sobre la mesa al tumbar al Chelsea en un encuentro que remontó con merecimiento en el tramo final.

Son diferentes ejemplos de una revolución consolidada después de la primera semana del Mundial de Clubes, al que solo le ha dado forma y consistencia la rebelión de los equipos de fuera de Europa. La FIFA internamente lo celebra, porque le permite sacar pecho sobre la idoneidad de un torneo que ha ganado interés con un guión imprevisto por las posturas eurocentristas, ahora, sumidas en un miedo descolonizador que ha alterado las cuotas de favoritismo.

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