12 abril, 2025

Quita del cepo, Caputo y el FMI. Qué podría salir mal?

Si el ministro de Economía espera hasta el viernes para dar sus anuncios, es por temor a la volatilidad que estos puedan generar. En este caso, el contenido de los mismos implica una nueva entrega al Fondo, el experimento de la quita del cepo y una fuerte devaluación.

Oíd el ruido de puestas cadenas

La noticia de una nueva aceleración inflacionaria anunciada por el INDEC —que marcó un aumento del 3,7 % en la inflación de marzo y casi 6 % en alimentos— pasó a un segundo plano, opacada por los anuncios del Gobierno sobre los cambios económicos que impulsará en virtud del acuerdo con el FMI.

La gestión económica ya venía generando serias dudas, debido a la liquidación de reservas para sostener la brecha cambiaria y la debilidad de todos los resortes que deberían acompañar la salida del shock recesivo al que el propio Gobierno nos llevó.

En ese marco, ¿Cuál era la estrategia del Gobierno? Se limitaba a apostar un pleno al acuerdo con el Fondo y a sus desembolsos como medio para evitar el colapso de la arquitectura económica.

Siendo viernes a la tarde-noche y con los mercados cerrados, el presidente y el ministro de Economía se sintieron seguros para anunciar los cambios que Caputo definió como la entrada a la “etapa 3”.

“Este mes hemos visto una interrupción en el proceso de desinflación. Estos son los efectos de la aberración de la Ley Guzmán, que nos obligó a ir al Congreso a pedir autorización para este acuerdo con el FMI”, se excusó Milei respecto a la inflación del mes pasado, en alusión a la forma totalmente ilegítima mediante la cual el Congreso aprobó un acuerdo con el Fondo sin conocer sus implicancias ni montos. Una nueva muestra de la servilidad de la casta política que el presidente tanto critica.

Finalmente, luego de tantas idas y vueltas, el acuerdo se traduce en una nueva Facilidad Extendida de Fondos (EFF), acordada con el FMI por USD 20.000 millones, de los cuales USD 15.000 millones serán desembolsos de libre disponibilidad en 2025. De esa suma, USD 12.000 millones ingresarán a las arcas nacionales el próximo martes 15 de abril, y otros USD 2.000 millones llegarán entre abril y junio.

Por otro lado, se recibirán USD 3.600 millones de organismos internacionales y una suma de USD 2.000 millones mediante un REPO que concretará el BCRA. Los desembolsos inmediatos totalizan USD 19.600 millones, y quedarán otros USD 3.500 millones para 2025 (USD 1.500 millones del FMI y el resto de otros organismos).

Todo tiene un precio

Sin embargo, nada es gratis. A cambio de los fondos frescos que tanto anhelaba el Gobierno, habrá movimientos en el dólar y una importante devaluación que rondará el 30 %.

Desde el lunes, la cotización del dólar en el Mercado Libre de Cambios (MLC) podrá fluctuar dentro de una banda móvil entre $1.000 y $1.400, cuyos límites se ampliarán a un ritmo del 1 % mensual. También se eliminará el dólar blend. El sistema de “banda cambiaria explícita” disfraza el aumento, que sería superior a $1.300, implicando una devaluación colateral.

En ese contexto, las reservas pasarían de -9.000 millones a más de 10.000 millones de dólares. Con estos números, el Gobierno se animó a levantar el cepo al dólar, con el objetivo de incentivar el ingreso de dólares de inversiones privadas y que el campo liquide las exportaciones (que estiman podrían alcanzar los 3.000 millones mensuales durante los próximos tres meses), es decir, unos 9.000 millones más.

El presidente sostuvo: “Cuando les pedí el voto les dije que venía a arreglar la economía de raíz, sin atajos ni gradualismos, bajo la premisa de que una economía sana y sostenible tiene tres fundamentos: orden fiscal, orden monetario y orden cambiario. Luego de un duro primer año de trabajo, hoy podemos dar por concluido el proceso de saneamiento económico argentino“. Para luego remarcar: “No vengan a decir que ya la vieron, porque esta vez sí es diferente”, intentando desmarcarse de la herencia macrista.

La historia se repite

Las comparaciones resultan difíciles de evitar. El último acuerdo con el FMI fue en 2018, también con Luis Caputo como secretario de Finanzas y, posteriormente, como presidente del Banco Central. Ese acuerdo endeudó al país en casi USD 57.000 millones.

Además, este no sería el primer experimento de eliminación del cepo cambiario. Durante el gobierno de Macri, se levantó el cepo a fines de 2015, cuando el dólar oficial valía $9,80. En octubre de 2019, se volvió a imponer, con un valor del dólar a $65, lo que implicó un salto de casi el 600%.

El ministro sostiene que “la deuda no sube, baja”, porque se cancelan títulos que el Tesoro le colocó al BCRA con esta nueva deuda de organismos internacionales. Como si fuera lo mismo deber pesos que dólares, o tener como acreedor al Tesoro o al FMI.

Asimismo, esto se realizará bajo un importante recrudecimiento del ajuste, en pos de sostener el superávit, y en un escenario donde el Estado posee dólares “prestados”, pero no resuelve la falta estructural de generación de divisas. Las consecuencias ya se sienten: el viernes pasado, el Banco Central vendió casi USD 400 millones (exactamente 398 millones), totalizando unos USD 2.500 millones desde mediados de marzo. Las reservas brutas cayeron a USD 24.726 millones.

¡Va a suceder otra vez!

Esa es la primera frase que resuena al ver las similitudes con el proyecto neoliberal de Mauricio Macri. Es difícil creer que, repitiendo la historia, puedan obtenerse resultados distintos.

En principio, el lunes será un día clave para observar el nivel de volatilidad del dólar en el mercado y el impacto que esto tendrá en toda la rueda financiera del Gobierno.

Como muestra de apoyo, este lunes también contará con la visita de Scott Bessents, secretario del Tesoro de los Estados Unidos y fiel esbirro de Donald Trump.

Este cóctel de medidas coloca nuevos grilletes al pueblo argentino, con un importantísimo endeudamiento que se sostendrá a costa de mayor ajuste y carestía. Por otro lado, mientras la quita del cepo afectará con un golpe devaluatorio al pueblo trabajador, se benefician los mismos de siempre: las empresas extranjeras que podrán girar sus ganancias al exterior, el campo que liquida en mejores condiciones, los importadores que reciben los dólares para sus mercancías, y los especuladores que ahora podrán comprar libremente.

El gobierno de Milei no solo ha afectado los salarios, sino que dinamitó los ahorros de las familias trabajadoras y de los sectores populares. Por eso, no hay fondos para adquirir dólares, y la quita del cepo solo traerá efectos negativos para el pueblo.

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