3 marzo, 2025

Sean Baker, el chico maravilla que se ha llevado cinco Oscar

Sean Baker se ha hecho con los cinco de los seis Oscar a los que optaba – película, dirección, guion y montaje,- por su película, ‘Anora’. No es precisamente un recién llegado, pero ‘Anora’, la peculiar historia de una chica de compañía que se casa con el inmaduro hijo de un oligarca ruso, y ahí empiezan todos sus problemas cuando creía que tenía la vida solucionada para siempre, le ha encumbrado. 

Entre otras cosas porque el filme se alzó con la Palma de Oro en el festival de Cannes del pasado año, y la Palma es mucha Palma; recuerden el efecto que tuvo, antes de la pandemia, en una cinta como ‘Parásitos’ de Bong Joon-ho, y después, y en menor medida, en títulos como ‘Titane’ y ‘Anatomía de una caída’. La protagonista, una casi debutante y excelente Mikey Madison –interpretó a Sadie, una de las integrantes del clan de Charles Manson, en ‘Érase una vez en… Hollywood’ de Tarantino–, ha obtenido también el Bafta a la mejor interpretación femenina, aunque la película se quedó a cero en los Globos de Oro pese a sus cinco nominaciones. 

La productora Samantha Quan y Sean Baker en los Screen Actor Guild Awards en Los Angeles. / EFE

‘Anora’ representa un cine más independiente que el evidenciado por ‘Cónclave’ o, por supuesto, ‘Dune: Parte dos’, y en una vena más radical que ‘The brutalist’, ‘La sustancia’, ‘A complete unknown’ y ‘Emilia Pérez’, también independientes de los grandes estudios, pero de un modo distinto al mostrado filme tras filme por el cine de Baker.

Nacido en Nueva Jersey en 1971, personaje igual de peculiar que se pasea por los festivales con su pequeño perro, Baker debutó en formato corto en 2000 con ‘Hi-Fi’, un relato breve de flirteos adolescentes, pero nada inocentes. El mismo año realizaba su primer largometraje, ‘Four letter words’, una variación perversa de las películas sobre fiestas de graduación. Su nombre empezó a sonar con ‘Starlet’ (2012), centrada en la relación de una joven que pasa el tiempo drogándose y cuidando de su chihuahua y una anciana solitaria entregada al cuidado de su jardín.

Tres años después, con ‘Tangerine’, Baker se convirtió en un auténtico fenómeno ‘indie’. Escrita en colaboración con su guionista y productor habitual, Chris Bergoch, esta ficción con marcado estilo de realismo crudo y documental sigue los pasos de una prostituta transgénero que sale de la cárcel e intenta encontrar a su anterior amante rebuscando por la ciudad de noche, tema que entronca con la segunda parte de ‘Anora’, cuando su protagonista e improvisados compañeros buscan por los antros nocturnos de Nueva York y Coney Island al hijo huido del magnate ruso.

Pero nada como ‘The Florida project’ (2017), uno de los mejores filmes independientes estadounidenses de las últimas décadas, crónica ácida, a la vez que tierna, del otro lado del sueño americano: Willem Dafoe encarna al responsable de un motel, situado cerca de Disneyworld, en el que se dan cita una serie de personajes víctimas de la miseria estadounidense. El reverso de una imagen idealizada y edulcorada del país y la constatación del ojo clínico que tiene el director para descubrir nuevos talentos interpretativos: Brooklynn Prince, la niña protagonista de seis años, está espléndida.

Antes de ‘Anora’, Baker volvería a incidir en esa vuelta de tuerca a la contradictoria sociedad y sistema de valores de su país con ‘Red rocket’ (2021), otra mezcla de realidad y ficción ya que su principal protagonista, una estrella del cine pornográfico venida a menos que regresa a su maltrecho lugar de origen en Texas y entabla relaciones con una menor, está encarnado por Simon Rex, actor, rapero y presentador de MTV que a los 20 años había protagonizado varias películas de porno gay.

El cine de Baker, como puede verse, se mueve por los arrabales estadounidenses. Y aunque es crudo, tiene también un considerable poso de ternura y comprensión por esos personajes –prostitutas, trans, actores porno, adolescentes en conflicto– que solo aspiran a tener una vida algo mejor. De ahí la franqueza de su estilo y la agitación que comporta: no es plato para paladares en exceso refinados, aunque tampoco es el cine de la provocación de John Waters o Paul Morrissey, por citar un par de nombres con los que podría comparársele.

“Anora’, la nueva joya de Sean Baker / EPC

Con todo, confiesa que no considera a sus personajes como los clásicos perdedores: “Son seres humanos con todo lo que ello implica”, declaraba en el pasado festival de San Sebastián. “Me interesa retratar las facetas oscuras que existen dentro de todos nosotros, las frustraciones y desengaños que nos hacen vulnerables”. Baker está convencido de que el espectador conecta con los defectos de los personajes antes que con sus virtudes. Como ocurre con Ani, la protagonista de ‘Anora’.

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