En un encuentro que podría marcar un punto de inflexión en la política internacional, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió este domingo a su par ucraniano, Volodymyr Zelensky, en su residencia de Florida. La reunión tuvo como eje central un plan de paz de 20 puntos que, según el mandatario estadounidense, se encuentra en sus “fases finales”.
Tras más de tres años de conflicto y con millones de vidas en riesgo, Trump se mostró optimista, aunque advirtió sobre la urgencia del acuerdo. “Estamos en las etapas finales; si no logramos un entendimiento ahora, esto podría continuar por mucho tiempo y costar millones de vidas más”, afirmó.
La negociación no estuvo exenta de tensiones. El primer borrador del plan generó un fuerte rechazo en Kiev al contemplar concesiones sensibles, como el reconocimiento del idioma ruso como oficial y la cesión de Crimea y la región del Donbás. Sin embargo, luego de intensas gestiones encabezadas por el negociador ucraniano Rustem Umerov, se avanzó hacia una segunda versión que actualmente se encuentra en evaluación.
Durante la conferencia previa al encuentro, Trump destacó la resistencia del pueblo ucraniano y elogió el liderazgo de Zelensky. “Ha pasado por algo que pocas naciones han tenido que sobrellevar. Zelensky trabajó muy duro y es muy valiente”, expresó.
El mandatario estadounidense también anticipó que, tras esta reunión, mantendrá una comunicación telefónica con el presidente ruso, Vladímir Putin, con el objetivo de continuar las negociaciones. En ese contexto, Trump reconoció que los recientes ataques ucranianos en territorio ruso “eran necesarios” y señaló que tanto Zelensky como Putin coinciden ahora en la necesidad de frenar la matanza.
Pese al avance diplomático, Zelensky remarcó que el destino final del acuerdo no se resolverá únicamente en el plano internacional. El presidente ucraniano aseguró que cualquier plan de paz será sometido a una votación popular. “La última palabra la tiene el pueblo”, sostuvo, dejando en claro que la sociedad ucraniana deberá avalar o rechazar las condiciones del eventual cese del fuego y las reformas territoriales propuestas.
Con las bases de lo que Trump definió como un “buen acuerdo” ya establecidas, la comunidad internacional sigue de cerca el desenlace de una cumbre que busca poner fin al conflicto más sangriento en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
