El policía detenido en la causa que investiga el asesinato de Fernando Pérez Algaba declaró ante el fiscal y habló de la existencia de una presunta relación de la víctima con la mediática.
18 de agosto 2023, 17:49hs
El comisario detenido por el crimen de Fernando Pérez Algaba, el vendedor de autos de alta gama que fue asesinado y descuartizado en Ingeniero Budge, declaró ante el fiscal Marcelo Domínguez y vinculó a la víctima con Charlotte Caniggia.
Se trata de Mariano Horacio Córdoba (48), oficial de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. El acusado le dijo al titular de la UFI N° 5 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora que era amigo de “Lechuga” desde hace aproximadamente dos años. Detalló además que comenzó su relación con él a partir del negocio de criptomonedas.
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“Lo conoció en el mes de enero del 2021, cuando Fernando volvió de Cariló. Posteriormente, entabló una amistad con él a partir de que quería invertir en criptomonedas. Pero al poco tiempo empezaron a desmoronarse las criptomonedas y Fernando le decía que no se preocupe, que el valor de las criptomonedas fluctuaba”, detalla la declaración de Córdoba a la que accedió TN.
También dijo que conoció una oficina muy ostentosa que había armado Fernando, donde había muchas computadoras con chicos haciendo traiding, y que, según le había dicho el propio comerciante asesinado, se las había prestado Charlotte Caniggia.
Qué dijo Charlotte Caniggia
Al respecto, consultado por TN, el representante de la mediática aseguró que por el momento no saldrá a dar su versión de los hechos.
Además, aclaró: “Si dale a responder todas las cosas que se dicen, estaría todo el día con eso”.
Los vínculos comerciales y la amistad entre los principales sospechosos
Córdoba reveló que en 2021 le entregó 3.000 dólares a Pérez Algaba para invertir en criptomonedas, pero no recibió ningún tipo de recibo. Según su declaración, Fernando quería demostrar su estilo de vida. También contó que “Lechuga” lo invitó a su departamento de Puerto Madero. “Era una persona muy cariñosa, entradora”, aseguró.
En cuanto a la inversión que hizo para operar en el mercado virtual, el comisario explicó que el comerciante le “prometió una retribución mensual por el dinero que entregó”, pero Pérez Algaba “nunca entregó lo pautado”, diciéndole constantemente que le iba a pagar algún día, pero ese dinero nunca llegó.
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A cambio de los 3.000 dólares, el comerciante le propuso que esa plata sea destinada a un proyecto inmobiliario llamado “Renacer” que iba a comenzar en General Rodríguez, con la compra venta de terrenos. “Le pedía sustituir la deuda con esa transacción”, refiere el documento.
El hombre fue detenido el martes, después de ser pasado a disponibilidad en la fuerza. Tras esta decisión, Domínguez pidió investigarlo por su presunta participación en el crimen de Pérez Algaba.
De acuerdo al pedido de detención, el comisario, que se desempeñaba en el área de comunicaciones de la Policía de la Ciudad, tenía vínculos comerciales con el principal acusado y ahora detenido, Maximiliano Pilepich.
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El Ministerio Público cree que Córdoba le pasó a Pilepich un número de teléfono con el que el acusado tuvo muchas llamadas entre el 18 y 19 de julio pasado, días en los que se cree que Pérez Algaba fue asesinado.
El fiscal considera que el comisario, además de habilitarle la línea telefónica, instruyó al exsocio de la víctima en cómo emplear y manejar la cuestión tecnológica para evitar ser vinculado al hecho.
Al respecto, Córdoba declaró que conoció a Pilepich con la comercialización de terrenos en el barrio Renacer. El principal sospechoso le había pedido al comisario que “consiga gente para venderle esos lotes” y así quedarse con una comisión de 500 dólares por cada venta, pero que fue todo “de palabra”. De esta forma, comenzaron una relación de amistad mientras Pérez Algaba viajaba por Miami.
“Maxi tenía muchos problemas familiares y psicológicos. Él contaba que tomaba pastillas ansiolíticas por todos los problemas que tenía”, dice la declaración de Córdoba. También contó que Pilepich tenía intenciones de suicidarse. “Le preguntaba a su psiquiatra cuál era la mejor manera de matarse”, aseguró.
Sobre el teléfono a nombre de Córdoba que la policía le encontró a Pilepich cuando fue detenido, declaró que se lo dio porque “estaba agobiado de tener dos celulares que le sonaba constantemente”. Por eso, le prestó uno “para que se comunique solo con su familia”. Justamente, el dispositivo le pertenece al Ministerio de Seguridad de CABA y no permite descargar ninguna aplicación. Por eso, el comisario lo configuró para que no pueda ser localizado.
Los movimientos de los sospechosos el día que mataron a Fernando Pérez Algaba
Para la fiscalía, el comerciante fue asesinado y descuartizado el 18 de julio, entre las 18 y las 3 de la mañana del día siguiente. El móvil del crimen fue económico y se ejecutó con “alevosía y premeditación”.
Según la declaración de Horacio Mariano Córdoba, ese día lo llamó Maximiliano Pilepich para que se reuniera con él. Eran la 1 de la madrugada, pero no le pareció raro, ya que sostuvo que “Maxi se manejaba en esos horarios”. El acusado le dijo que vaya hasta el campo Renacer en General Rodríguez. “Venite, que está todo bien”, le dijo.
Córdoba se subió a su auto y manejó hasta la ruta 7 y, en un momento de la carretera, vio pasar a Maximiliano en sentido contrario. “Iba a bordo de una Mercedes Benz de color negra”, explicó. Por eso, el policía dio la vuelta y lo alcanzó a la altura de la bajada de Martín Fierro, en la YPF. De acuerdo a la declaración, Pilepich se bajó de la camioneta y se subió al auto, un Ford Mondeo negro.
“Los playeros de la estación de servicio no le permitieron dejar la camioneta estacionada ahí, por eso fue hasta la casa de la abuela de Nahuel (Vargas) que queda a tres cuadras y la dejó ahí”, declaró el comisario imputado.
Después, se fueron juntos en el Mondeo hasta Capital. En el camino, Maximiliano le contó que Fernando Pérez Algaba “ya le había pagado una deuda que tenía”, y que “ese inconveniente ya había terminado”. También le aclaró que se vio con “Lechuga” a las 19 h del 18 de julio, y que después le dijo que la víctima iba a “viajar a Europa”.